Las pruebas encontradas a lo largo de decenas de cuevas en las costas del Mediterráneo indican que los neandertales vivieron a menudo junto al mar y que fueron capaces de explotar algunos de sus recursos. Ahora, un estudio realizado por el equipo de Paola Villa en la Universidad de Colorado Boulder indica que no solo se apostaron junto al océano, sino que buceaban en sus aguas de vez en cuando para recoger conchas de los fondos poco profundos.
El trabajo, que se publica este miércoles en la revista PLOS ONE, se basa en el análisis de 171 conchas encontradas en el interior de la Grotta dei Moscerini (Cueva de los Mosquitos), en el centro de Italia. En 1949 los arqueólogos que trabajaban en este lugar descubrieron estas conchas en el interior de la cueva y determinaron que sus habitantes las usaron como herramientas para cortar y raspar hace alrededor de 100.000 años. Mediante un análisis más exhaustivo de estas conchas, de la especie Callista chione, el equipo de Villa descubrió que alrededor una cuarta parte de ellas tenía su cara interior suave y pulida, lo que indica que no fueron arrastradas y erosionadas por las olas en la playa, sino que en su día fueron recogidas del fondo, cuando aún estaban vivas.
“Es bastante probable que los neandertales recolectaran almejas a profundidades de entre dos y cuatro metros”
“Es bastante probable que los neandertales estuvieran recolectando almejas a profundidades de entre dos y cuatro metros”, asegura la investigadora principal. “Por supuesto, no tenían equipo de buceo”. Los autores concluyen que el buceo en aguas poco profundas era una actividad común entre estos primeros habitantes de la costa mediterránea y citan un estudio anterior del equipo de Erik Trinkaus, que a partir del análisis anatómico de los cráneos determinó que muchos neandertales sufrieron otitis externa, conocida como “oído de surfista”, debido a estas inmersiones.
Para Paola Villa este hallazgo es solo una prueba más de que los neandertales eran tan flexibles y creativos como los Homo sapiens, a pesar de que durante muchos años se les ha creado una imagen de brutos y poco sofisticados. “La gente está empezando a entender que los nendertales no se limitaron a cazar grandes mamíferos”, asegura. “También hicieron cosas como pescar en agua dulce e incluso bucear”.
En opinión de Joseba Ríos, investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), lo más destacable del trabajo es que aporta “una prueba más de que los neandertales no vivían de espaldas al mar”, como se había sostenido durante algún tiempo, mientras que la cuestión sobre si buceaban o no le parece que está menos clara y no es tan relevante. “Cada vez hay más trabajos que certifican que los nenadertales no vivían de espaldas al mar”, explica a Vozpópuli. “Hay evidencias de ocupaciones de islas en Grecia a las que solamente se podía llegar navegando, hay otros yacimientos en los que hay consumo de moluscos marinos, como el yacimiento del Cuco en Castro-Urdiales, otros en los que aparecen huesos de cetáceos, como en las cuevas de Gibraltar… Este parece otro ejemplo más de uso de recursos de origen marino”, prosigue. “Sobre si esos recursos se obtenían del fondo del mar o las playas, ese debate sigue abierto. En cualquier caso, no creo que haya argumentos para pensar que los neandertales eran incapaces de sumergirse debajo del agua para coger algo”.
"Es una prueba más de que los neandertales no vivían de espaldas al mar, como se pensó en algún momento”
En general, reconoce el experto, disponemos de muy poca información sobre qué hacían los neandertales cerca del mar, ya que en las épocas glaciales en las que vivieron en Europa la línea de costa estaba mucho más abajo y hoy ha quedado varios kilómetros mar adentro. Hace entre 115.000 y 100.000 años, en la época concreta en la que la Cueva de los Mosquitos estuvo ocupada, sí se produjo un periodo menos frío y el lugar estuvo al borde del mar, por lo que la información allí recogida es interesante.
“Pero la mayoría de los registros sobre su actividad junto a la costa, si existen, tienen que estar hoy día sumergidos”, recuerda Ríos. “En algunas dragas que se hacen en el Mar del Norte aparecen recurrentemente restos de animales, industria lítica e incluso restos humanos, lo que indica que en ese espacio en el Canal de la Mancha, que estaba emergido, había bastante actividad. Ha habido algunos intentos infructuosos, pero sin duda sería un sueño excavar allí y encontrar un yacimiento submarino”, concluye.
Referencia: Neandertals on the beach: Use of marine resources at Grotta dei Moscerini (Latium, Italy). PLoS ONE 15(1): e0226690.