Opinión

El Brasil de Lula se queda a oscuras

Las redes suponen una rendija por la que se cuela la libertad de expresión en un Occidente ahogado de discurso políticamente correcto de los medios dirigido desde la clase dirigente. Es esencial para los Gobiernos ejercer un control absol

  • Pedro Sánchez y Lula da Silva

Las redes suponen una rendija por la que se cuela la libertad de expresión en un Occidente ahogado de discurso políticamente correcto de los medios dirigido desde la clase dirigente. Es esencial para los Gobiernos ejercer un control absoluto de ellas, por un lado evitan opiniones críticas fuera del marco mental hegemónico, y por otro lado, sin disidencia las redes sociales son excelentes instrumentos idiotizantes de la población que se esclaviza de forma 'voluntaria' ante una pantalla de consumismo inagotable.

Cuando Elon Musk compró la red social Twitter no sólo le cambió el nombre a X. Publicó posteriormente los #Twitterfiles con la documentación que probaba que la anterior dirección de la empresa ejercía un sesgo progresista muy fuerte censurando un discurso contrario. Se cerraban perfiles según órdenes del Partido Demócrata y funcionarios federales en vísperas de unas elecciones presidenciales en EE.UU. para alterar el resultado. Una cuestión gravísima que en el resto del Occidente podrido no se dio importancia porque lo realizaron los progres, no la ultraderecha peligrosa para la democracia. Desde entonces el reclamo comercial de la red social X es la libertad de expresión a toda costa para diferenciarse de su competidor Meta, dueño de Facebook e Instagram. Hace unas semanas su fundador Zuckerberg emitió un comunicado en el que se arrepentía de haber colaborado tanto con el gobierno de los EE.UU. en labores de espionaje a usuarios y para censurar contenido sin más motivo objetivo que la discrepancia política

Como la verdad siempre ha molestado a los débiles de espíritu y a los corruptos, hace unos días la red social X ha sido prohibida en el Brasil de Lula da Silva por orden del juez Moraes, del politizado Tribunal Supremo. Lula consiguió volver al poder por varios factores, pero uno de ellos fue que Bolsonaro no pudo desmantelar por completo el gigantesco Estado clientelar politizado, donde no hay diferencia entre las instituciones y el partido que represente el socialismo del Grupo de Puebla. 

Las redes suponen una rendija por la que se cuela la libertad de expresión en un Occidente ahogado de discurso políticamente correcto de los medios dirigido desde la clase dirigente.

En China tampoco es posible acceder a casi ningún contenido digital del mundo occidental, y a veces se llevan a cabo inspecciones sorpresas en las fábricas para revisar que ningún trabajador tiene instalada una VPN que le permita acceder a contenidos que el Gobierno chino haya decidido que no puede ver. Ya nadie siente extraño el control férreo que ejerce el gigante chino sobre los ciudadanos a través de la tecnología, lo sienten como un anhelo de control de cada aspecto ordinario de la vida. La tecnología otorga un poder absoluto como no se ha conocido en la historia ante su infinito alcance.

Ya nadie siente extraño el control férreo que ejerce el gigante chino sobre los ciudadanos a través de la tecnología

Lo que caracteriza la guerra contra la libertad de expresión fuera de China es que ese control férreo de las conciencias pretende hacerse en nombre de la democracia y el respeto al Estado de derecho. La realidad de lo sucedido en Brasil es que un senador brasileño denunciaba en redes sociales actuaciones arbitrarias del juez Moraes relacionadas con actos policiales y con fines políticos. La reacción por parte del juez fue solicitar a X el cierre del perfil de este senador junto con el de otros muchos que publicaban discursos contrarios y se denunciaban corrupciones del régimen. El motivo alegado era la 'desinformación' o el 'discurso de odio', los dos artefactos para la implantación de la tiranía tecnológica en Occidente. Debido a la negativa de la empresa a someterse a presiones políticas, el juez ha decretado el cierre de X en Brasil.

El relato de Lula ha sido defender a este juez y enarbolar el discurso emancipatorio anticolonialista. (Lula pertenece a una élite globalista que aboga por la gobernanza mundial). Reivindicar la soberanía de Brasil frente a un millonario americano que ha de cumplir las leyes brasileñas. Sobre el papel ningún demócrata lobotomizado se opone a estas palabras, pero la realidad es que pretende acabar con la libertad de expresión, la oposición y la democracia con la excusa de defender un Estado hediondo de derecho que recoge normas tiránicas contrarias a la justicia, la verdad y la libertad de los ciudadanos.

Un episodio que recuerda mucho a las palabras de Thierry Breton, el comisario de mercado interior de la Unión Europea que en defensa de la Ley tiránica de Servicios Digitales, exigió a Elon Musk controlar el contenido de una entrevista con Donald Trump en la plataforma si no quería recibir sanciones. Alegaba que los europeos no podemos exponernos a discursos de odio ni desinformación, como si la verdad fuese un producto radioactivo en la Europa de la democracia liberal.

No crean que lo que sucede en China y Brasil es propio de otros mundos. La élite burocrática europea nos considera borregos contribuyentes que con un Superestado que controle nuestras conciencias y nos diga qué ver y qué no lo aceptaremos antes que ser señalados como "ultraderecha nazi". La subversión del orden civilizatorio occidental se hará en nombre de la democracia. Por si algún día despertamos contra ellos.

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