Las recientes votaciones en Colombia han dado como ganador, por un estrecho margen y con acusaciones de fraude en el recuento, al ex alcalde de Bogotá, ex guerrillero, economista, político partitócrata de vieja relación con Clinton, Gustavo Francisco Petro Urrego, quien ha logrado imponerse al Establishment y la partitocracia colombiana. Se abre pues un período de incertidumbre y, para analizarlo, veremos primero su ciclo generacional, de forma similar a como hicimos con Chile y con otros países, para luego entrar en las cifras económicas al momento de su toma del poder, cosa que haremos, como siempre, con la debida autocrítica.
El ciclo generacional
Como sabemos, cada casi cien años, un orden muere poniendo en riesgo la propia existencia de la nación produciéndose una crisis existencial que genera un orden nuevo. Los primeros ciclo generacionales de Colombia fueron los de España y el último vino de la mano de Felipe V cuando crea el Virreinato de Nueva Granada en 1717. En 1810, como otros territorios del imperio, desconocen la autoridad del rey a la espera de lo que sucediera en la península y, ante la traición de Fernando VII, se independizan y el virreinato implosiona. Dicho primer orden entra en crisis, pierden Panamá, cambian la Constitución en 1910 y la Unión Republicana crea el nuevo orden que ya muere.
En el ciclo actual hubo un hecho crítico, el asesinato del político Eliecer Gaitán Ayala, crimen en el que Fidel Castro pescueceó como pocos a fin de llamar la atención de los mandamases y que le hicieran "organizador" (que diría Mackinder) de algo, y lo consiguió, como saben; digamos que hizo una "queimada" (por la película) y se cebó con Cuba y Colombia, entre otros. Tras el "Bogotazo", que Chávez copió con su "Caracazo", vino un período de lucha narco-guerrillera que dejó, dependiendo de la fuente, unos 400.000 muertos, heridos y otras víctimas aparte. Gracias al descubrimiento de petróleo, esta tragedia no fue a peor y, comenzando con el Plan Colombia (1999-2016), terminaron cerrándose unos acuerdos de paz y la partitocracia colombiana intenta integrar a la "izquierda" narco-guerrillera (plebiscito fallido 2016) a la legalidad para que dejaran de matar, entrando así en un período endeble, hoy en desarrollo, de cambio de orden y nacimiento de su tercer ciclo generacional.
Geografía y demografía
Lo primero que se observa de este hermoso país es que los Andes hacen una especie de "V" de sur a norte por cuyo centro transcurre, hasta el Caribe, el río Magdalena. Uno pensaría que allí se asentaría la población, desarrollándose en dicha arteria, allí surgirían talleres (y posteriormente astilleros), lonjas de carne, pescado, etc., permitiendo bancos, bolsas de commodities, más industria, etc., hasta que te acuerdas que es un país tropical, con sus enfermedades, con lo que la población termina predominado en la zona montañosa y, literalmente, la economía se vuelve cuesta arriba. Así que al final, aunque eso es más de periodos previos a los sesenta del pasado siglo, el principal puerto, el Buenaventura, ha terminado en el Pacífico, en una bahía impresionante cerca de Cali, y no en el Caribe.
Tenemos pues a un país con casi dos veces la superficie de España, camino de los 55 millones de habitantes (siguiente gráfica), con una demografía sana - no como la nuestra que es suicida -, de las que permiten la permanencia de la nación, que tiene recursos naturales para asegurarse la energía (produce más petróleo que la Venezuela de Maduro) y materias primas, con grandes ríos y 7.063 kilómetros de navegación fluvial mayor y permanente, algo crucial para acumular capital e industrializarse, como hemos tratado aquí repetidamente. Es cierto que muchos ríos van a Venezuela (donde el chavismo destruyó el desarrollo de su Orinoco) o Brasil, con lo que no tiene la densidad fluvial de Holanda o Alemania, pero no son los míseros 80 kilómetros equivalentes que tiene España, península que además es pobrísima en materias primas industriales. El Magdalena no es el Mississippi, pero Colombia tiene condiciones para ser una potencia regional muy respetable. ¿Qué puede salir mal? ¿Le han puesto un Petro en el camino para que el narcotráfico y su guerrilla siga a sus anchas? Veremos.
Crecimiento, paro e inflación
Lo primero que se observa en la estadística (siguiente gráfica) es que padecen un alto nivel de paro estructural, lo que lleva a un emigración que enriquece a Estados Unidos y España, por ejemplo, con tensiones inflacionarias y un crecimiento elevado, producto de esa estructura de su geografía económica y de la guerra a la que les han sometido. Por supuesto, en sus problemas estructurales de oferta también tiene una gran responsabilidad la partitocracia que padecen, ya que, por definición, al no tener un Gobierno representativo de los ciudadanos, no se resuelven los problemas de los mismos; como aquí, vamos.
Los déficits gemelos
Desde hace casi dos décadas Colombia tiene déficit público y déficit comercial (Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos) de bienes y servicios (siguiente gráfica), un desequilibrio solo sostenible vía inversión extranjera y endeudamiento externo y, también, por las transacciones opacas de la industria de narcóticos.
Lógicamente, esas transacciones ilegales no entran de forma normal en el sistema económico, con lo que participan parcualmente de la financiación de la economía, de forma que el ajuste termina afectando al tipo de cambio del peso colombiano, que pueden ver en la siguiente gráfica comparándolo con el colón costarricense, país que dicen que es la Suiza de Hispanoamérica, pero poco tiene que ver, si no comparen con el franco, por ejemplo.
El ajuste pendiente
Si lo anterior requerirá un ajuste, la deuda pública también. Su deuda pública está en torno al 70% del PIB, un nivel en que, por ejemplo, la UE tuvo que rescatar a España en tiempos de ZP1. No teniendo a la UE de apagafuegos, su margen fiscal es mínimo.
Cuando se piensa en la economía colombiana suele creerse que lo principal es su excelente café, seguido del oro, pero, siendo importantes, dentro de sus exportaciones lo son más las de petróleo, carbón y derivados del petróleo, justo lo que España necesita; luego está el turismo, que también es muy importante. Hay complementariedad económica pero, que ni se les ocurra copiarnos en política, que menudo desastre al que nos lleva la partitocracia corrupta y sociópata que padecemos. Además, la Nueva Pax Americana ofrece oportunidades para un país con sus recursos y costes laborales que tiene tratados de libre comercio con EE.UU., la U.E: y más de sesenta países, de modo que pueden hacer su ajuste y salir adelante con éxito.
Un futuro meritorio
Hay que decir que lo que han conseguido ellos solos, dentro de enormes dificultades, fuera de las ayudas de las grandes potencias comerciales, bajo la amenaza de la "izquierda" terrorista y narcotraficante, es del todo meritorio, de forma que, si consiguen implantar un orden benéfico, el despegue será espectacular. Lo primero sería cambiar ese sistema electoral partitocrático absurdo (alguien se puso en exceso "creativo") por uno representativo de los ciudadanos, como el francés, que ya usan para el Ejecutivo pero no para el Legislativo, algo que debería ser fácil dado su pasado liberal, a ello seguiría una agenda democrática que eliminase la partitocracia, algo que los repúblicos colombianos seguro conocen muy bien.
La mayor duda está en si Petro va a comportarse como un patriota y un demócrata, o como un político español de tres al cuarto lacayo de intereses inconfesables, distrayendo, por ejemplo, con la ruinosa agenda 2030 mientras malogra el ciclo generacional que está empezando. ¿Le pusieron para eso, para traicionar a su país, descarrilarlo y hacer una "queimada"? Estaremos atentos a ver si Petro es otro arruina-países de las internacionales de traidores y delincuentes que padecemos o un colombiano como Dios manda. ¿Ustedes qué creen?
Yorick
Gracias, señor Riestra. Sus artículos son la prueba de que nuestra visión del mundo no depende de la información que recibimos, sino de las lentes que la filtran. Y las suyas son macrolentes: no por su tamaño, sino por lo grandes y trascendentales que hacen ver las cosas.
GONZALOMARTIN
El estado de la economía colombiana, irreprochable. Pero hay que tener cuidado con el relato. Las acusaciones de fraude son tan falsas como las de Trump. El bogotazo fue un enfrentamiento abierto entre el Partido Liberal (laico y con sentido "social", en un reduccionismo) y el conservador, que llevó a una guerra civil. Fidel Castro sacó pecho, pero sólo fue de visita y no era aún nadie. La narco-guerrilla fueron muchas guerrillas de izquierda apoyadas por Cuba, China o ninguno de ellos herederas del mal cierre político de lo que allí se llama La Violencia: apartar a la izquierda de la posibilidad de gobierno. El narco no entra en la guerra de guerrillas hasta más tarde, y fue empleado por sus opositores, el paramilitarismo fundado por ganaderos y personas del establecimiento que, finalmente, provocaría más muertes aún que la guerrilla. Y como está perfectamente documentado, con complicidad estatal. Petro fue miembro del M-19, una guerrilla urbana en la que no pegó un tiro, negociaron la paz, entregaron las armas y ha sido político hasta hoy. Mal alcalde, buen parlamentario. Hay mucho reduccionismo en España en presentar a Petro como ex-guerrillero, una simplificación del contexto colombiano. Sobre si se abona a políticas populistas o sensatas en lo económico, a priori ha seleccionado ministros más bien centristas y que en algunos casos fueron en opciones políticas rivales y que criticaron su programa en campaña. Está por ver.