Se eclipsaba el fulgor felipista, como años antes lo había hecho la estrella de Adolfo Suárez, considerado imbatible después de haber promovido la Constitución hasta el punto de que para los competidores de la Unión de Centro Democrático (UCD), en particular los socialistas, resultaba imprescindible romper el póster de Suárez si se quería avistar la victoria en las elecciones generales, ya que consideraban que, en aquellas circunstancias, se daban por derrotados de antemano. De aquel chusquero de la política, como Suárez se definía a sí mismo, se decía que estaba tan aferrado al poder que no saldría de Moncloa ni con agua caliente, pero un año después de ganar las elecciones procedía a dimitir por propia iniciativa. Conspiraban en la “casa de la pradera” junto al embalse de Santillana, cuando Leopoldo Calvo Sotelo dijo contundente “entre Landelino y yo, me quedo con Suárez”, pero el de Cebreros no quiso enredarse perfilando su legado e, imbuido de haber cumplido su misión, se despidió por televisión porque de ninguna manera quería que, una vez más, la democracia fuera un breve paréntesis en la historia de España.
También Felipe González dejó paso a José María Aznar sin atender a las posibilidades disponibles para una alianza de esas que dieron en llamarse de perdedores. El presidente Aznar se auto impuso un límite máximo de dos legislaturas y designó candidato a Mariano Rajoy que debió esperar a que se consumiera Bambi Zapatero que, para cuando ganó, ya era un líder pancartista.
Todo lo anterior viene a cuento de los errores de percepción que padecemos de modo que, quienes consideramos más aferrados al poder, acaban abandonándolo sin mayor resistencia
Todo lo anterior viene a cuento de los errores de percepción que padecemos de modo que, quienes consideramos más aferrados al poder, acaban abandonándolo sin mayor resistencia. Así que ¡ojo con Pedro Sánchez! por si en algún momento abandonara el manierismo con el que se complace en pintar su legado y se sintiera llamado a cumplir una misión que le impusiera el abandono de algunas alianzas del gobierno Frankenstein que ha venido salvaguardando contra pronóstico.
Volveremos de la dispersión de agosto, cambiaremos de estación, tendremos otoño e invierno a medio gas y media calefacción y llegaremos a la primavera con elecciones autonómicas y municipales el domingo 28 de mayo. Y, como sostenía Carlos Luis Álvarez, Cándido, da la impresión de que el PSOE ha puesto en marcha una maquinaria infernal para perder las elecciones, sabiendo que para salir derrotado de las generales es condición necesaria haber perdido antes las municipales y autonómicas. Veremos
unidospode0S
Se olvida el columnista del reguero de barbaridades que va a dejar el autócrata, aunque muera de muerte natural. Y el despiste no es algo que se prodigue en Aguilar. ¿Qué pasa?
Fran2
Como no sea que le de un tabardillo no caerá esa breva
Pontevedresa
Sánchez nunca tendría la nobleza de hacer lo que hizo Suárez, cuya figura se engrandece conforme pasa el tiempo y vemos un desfile de políticos cada vez con menos categoría, con menos nivel, rayando a menudo el analfabetismo o que hasta han tenido que pasar por la piedra para ser ministras. Viendo lo que hay en candelero, se puede afirmar que "Cualquiera tiempo pasado fué mejor" sin temor a equivocarse.