'El fantasma de las navidades pasadas' suele presentarse con una forma más monstruosa y desconcertante cada año. Blande un arma afilada, como es la nostalgia, con la que es capaz de dañar incluso a quienes caminan por la vida con armadura y con el impulso del viento de cola. El espectro juega con ventaja porque siempre hay una ausencia que duele en estas fechas. O un pensamiento relampagueante que advierte de la decadencia propia, que cada año es mayor y que atestigua una mayor distancia con la juventud.
Hay sucesos que advierten de que todo se ha maleado en los últimos años, incluso aquellos espacios en los que sólo debería caber la inocencia. Por eso, asalta estos días el pensamiento (fantasmal) de que hubo navidades mucho mejores que las actuales. Para muestra, un botón. Esta semana, la congregación de la Igualdad -encabezada en esta ocasión por Alberto Garzón- alcanzó uno de los objetivos que perseguía desde hacía un tiempo, como es el de barnizar con un componente político los juegos de niños, lo que equivale a manipular su inocencia.
Por eso, a partir de ahora están prohibidos los anuncios de juguetes que sugieran la existencia de roles diferentes entre niños y niñas.
El fantasma navideño comparecerá este año con la firme intención de recordarnos que hubo un tiempo en el que el catálogo infantil de El Corte Inglés -el de diciembre- no generaba suspicacias en el Gobierno. Había una sección de niños y otra de niñas, bien diferenciadas por colores, artilugios y elecciones previsibles. Además, el folleto estaba impregnado de ese olor a tinta que está en extinción desde que la araña digital se extendió sobre todos nosotros.
Ya era posible entonces que un niño incluyera en su carta a los Reyes Magos un juguete de niña y viceversa. No parecía muy frecuente (ni era malo), como tampoco lo es ahora, pero se toleraba, como las 'cocinitas' en la sección de féminas y los coches teledirigidos en la de niños. Había un orden que podría aceptarse o vulnerarse, pero que estaba fundamentado en las tendencias mayoritarias. Por tanto, los responsables de los grandes almacenes se preocupaban de vender sus productos, y no de perpetuar roles de género. Alberto Garzón y su tropa han decidido que eso era nocivo para la sociedad.
Los publicistas deberán trabajar a partir de ahora dentro de una vía estrecha, a sabiendas de que, si la abandonan, podrían adentrarse en el territorio de la ofensa
Por eso, han impulsado un nuevo "código deontológico sobre la publicidad no sexista de juguetes", que ha sido rubricado por el Ministerio de Consumo con la la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y Autocontrol. Como siempre, esto no sólo es cosa de los partidos progresistas y las asociaciones que les siguen el juego, sino también de las empresas, que se han comprometido por decenas.
Su epígrafe más polémico es el número 34, que dice: “Como regla general, los mensajes publicitarios de juguetes evitarán mostrar sesgos de género en la presentación que hacen de niños y niñas”. Por lo tanto, los publicistas deberán trabajar a partir de ahora dentro de una vía estrecha, a sabiendas de que, si la abandonan, podrían adentrarse en el territorio de la ofensa. En la niña vestida de rosa o las gorra de policía para el muchacho.
Sobra decir que con esta normativa pretenden negar la evidencia, y es que hay comportamientos primigenios que decantan a los niños y las niñas hacia unas u otras actividades. Pero claro, aquí no se persigue el interés general, sino el engorde de las ideologías que tan buen sustento dan a quienes las defienden. Entre ellos, varios ministros. Lo peor es que hay más consentidores que promotores, así que, como esto nadie lo para, cada vez está más extendido en las sociedades occidentales.
Un vino machista
Resulta curioso que haya sido también estos días cuando ha trascendido -a través de Diario de León- que el Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Igualdad, ha remitido una carta a una bodega de El Bierzo para solicitar la retirada de la etiqueta de uno de sus vinos, dado que muestra a una mujer en bañador, junto al mar azul y con un barco velero al fondo.
La misiva expresa lo siguiente: "La actividad de la bodega no justifica la cosificación femenina que emana del anuncio, presentando a la mujer como un objeto sexual. Consideramos que esta forma de utilización del cuerpo de las mujeres como reclamo favorece la perpetuación de las actitudes discriminatorias". Esto esto "infringe el artículo 3º de la Ley General de Publicidad, que declara ilícitos los anuncios que presentan a las mujeres de forma vejatoria, bien utilizando particular o directamente su cuerpo o partes del mismo como mejor objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados que vulneren los fundamentos de nuestro ordenamiento", según reproduce el citado periódico.
El fantasma de las navidades pasadas se carcajea al mostrarnos aquellos tiempos, no muy lejanos, en los que celebrábamos la posibilidad de conversar sobre lo más obvio -que podía representarse en forma de carne, anécdota o chiste- tras haber sido capaces de desterrar el puritanismo del nacional-catolicismo.
La censura ha avanzado de forma alarmante desde entonces y es hoy tan evidente que asusta. Se extiende por el ámbito de la educación superior, el del arte y el de los medios de comunicación. Tal es así que cualquier argumento o representación que disientan de los postulados de la Igualdad pueden conducir a quienes los pronuncie a un juicio sumarísimo. No hace falta excederse mucho: basta con etiquetar mal un vino, con hacer una pregunta atrevida en El Hormiguero o con fotografiar a una niña en el anuncio de una muñeca para ser señalado... y cancelado.
La censura ha avanzado de forma alarmante desde entonces y es hoy tan evidente que asusta. Se extiende por el ámbito de la educación superior, el del arte y el de los medios de comunicación
Leo estos días la fantástica novela La casa de las bellas durmientes, de ese genio perverso y solitario que era Yasunari Kawabata, y no soy capaz de evitar un pensamiento desasosegante. Me pregunto si alguna editorial hubiera estado dispuesta a publicarla en estos tiempos. Porque cuenta la historia de una posada a la que acudían los viejos del lugar para acostarse junto -que no con- a mujeres jóvenes, desnudas y sedadas. Durante la experiencia, en la que el sexo estaba prohibido, se reencontraban con sensaciones olvidadas de juventud, fertilidad, piel tersa y vida más ágil y enérgica.
Es un canto magistral a la nostalgia y a esos fantasmas de las navidades pasadas que tan molestos son en estas fechas. Pero claro, todo sucede mientras ellas están narcotizadas, de ahí su incorrección. Es uno de esos escritos que, como los catálogos de juguetes, seguramente no pasarían el filtro de todas esas despreciables catequistas contemporáneas que hacen ruido desde Igualdad, pero a las que una parte de la sociedad española sigue el juego, por acción o por omisión. Y es terrible.
S.Johnson
Lo mas gracioso del tema es que lo hacen CON NUESTRO DINERO... ¿Será posible juzgar por corrupción y malversación a toda esta caterva cuando pierdan las elecciones? Esperemos que alguien tome la iniciativa. Hoy han subido el precio del tabaco, no solo quieren que no pequemos contra el (des)orden totalitario ideológico impuesto (¿estamos hablando de violencia política?) sino que muramos perfectamente sanos. Aunque sea a la fuerza. Sanos y absolutamente lobotomizados.
KATAPUM
Y quién he determinado que lo que aparece en la etiqueta del vino de marras es una mujer?
Karl
«No se puede dar al Estado el poder de hacer bien sin darle también el poder de hacer mal... de hecho, de hacer lo que quiera.» ~Albert Camus
Karl
Es espantoso que gente ignorante tenga tanto poder. __ “It is frightful that people who are ignorant should have so much influence.” ~George Orwell
vallecas
El motivo real por el que se da un Golpe de Estado es el de imponer un pensamiento único denostando a todos los demás. Pero este golpe de estado es aún peor, porque solo se da sobre las clases medias y bajas. Los que tienen "pasta" ya hace tiempo que se han ido (real o metafóricamente). Para sus hijos, colegios privados. Para ellos la abstracción mental y física que les permite el dinero. Dicho de otro modo "que pasan de todo este rollo".
Reliable1
¿Entonces se adentran en el territorio de la ofensa los hombres homosexuales en la "gay parade" de Junio en Madrid vestidos de niñas de rosa o con gorras de policía? Me refiero al párrafo séptimo.