Opinión

Desmesura y delirio en el seno del Gobierno

Recuerdan a Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina y hermana del Ausente, José Antonio. El mismo ceño puritano, la misma malsana afición a decretar cómo han de comportarse los ciudadanos en sus casas

Hay resacas sociales que duran, cuyos efectos políticos se prolongan en el tiempo. La división clamorosa del movimiento feminista que vimos el pasado 8–M está llamada a durar. Como lo está la absoluta división en la coalición de Gobierno a propósito de la reforma de la ley del 'sólo sí es sí'. Hemos asistido a una exasperada división del movimiento feminista clásico con el ultra-feminismo agresivo impulsado por Unidas Podemos. A propósito de la reforma de la ley del 'sólo sí es sí' y de la 'ley Trans'.

EL debate sobre la reforma de la ley del 'sólo sí es sí', una auténtica chapuza que ha rebajado alrededor de 800 penas a depredadores sexuales, e incluso ha producido decenas de excarcelaciones, se zanjó la semana pasada en el Congreso de los Diputados con el apelativo de "puñado de fascistas” dirigido por la portavoz de Unidas Podemos al grupo parlamentario socialista. Adjetivo ese incalificable que requeriría de un ejercicio de autoridad por parte del Sr. presidente del Gobierno, que sin embargo nada hizo y dejó pasar el improperio, como en tantas otras ocasiones contra sí mismo. Quien se deja insultar de forma tan grave seguirá siendo insultado.

Es inadmisible que el propio socio de coalición de Gobierno se comporte de esa forma arrogante e intolerable. Pero no pasa nada, porque, a lo que se ve, su único objetivo es mantener esa coalición ya descompuesta por todas partes. El resultado será que ambos socios paguen por tan inédito comportamiento. ¿Se imaginan en cualquier Gobierno de coalición en la Unión Europea una salida de tono de semejante desmesura sin consecuencia política alguna?. No, naturalmente, en la Unión Europea no hay un solo Gobierno análogo al que padecemos en España.

Unidas Podemos no sólo no bajará el pistón de sus delirios, sino que los subirá. Lo estamos viendo a diario con declaraciones extravagantes

La ley Trans, que invisibiliza a las mujeres y desprotege a nuestros menores, es el otro argumento de ruptura del movimiento feminista. Porque, como le preguntó una persona a la Sra. Montero en un acto de la semana pasada: “Señora ministra, ¿qué es una mujer?”. Y no hubo respuesta inteligible.

Pero todo dará igual, una vez advertido que Unidas Podemos no sólo no bajará el pistón de sus delirios, sino que los subirá. Lo estamos viendo a diario con declaraciones extravagantes ya sea de la ministra de igualdad, que se pone a hablar del sexo con la regla, o del sexo en mujeres de ochenta años. Ya sea con la ministra de asuntos sociales, que no pierde ocasión para acreditar su incontinencia verbal. O con esa otra persona absolutamente vociferante, que ocupa nada menos que el cargo de secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, conocida como Pam.

Esta Pam, que ya hace unos meses se tomaba a broma las rebajas de penas a violadores que se iniciaron tras la entrada en vigor de la ley del 'sólo sí es sí' el pasado 7 de octubre, ha proseguido con multitud de declaraciones al parecer con la única intención de perturbar ad nauseam un ambiente que viene tan cargado. La última: “Los hombres no necesitan el registro civil para ser violadores. Lo son. Y en este país lo son bastante”. Una auténtica necedad que convierte a los hombres, casi el 50% de la sociedad española, en enemigos. Una grave e inaceptable manera de polarizar y tensionar al conjunto de nuestra sociedad.

Su penúltima ocasión, también en los actos feministas del 8-M, lamentando que la madre de un dirigente político español no hubiera podido abortar. Antes también barbaridades como que “el satisfyer mata fascistas”; o que no comparte que “las mujeres prefieran la penetración a la autosatisfacción”.

Creadores de identidades y más identidades que finalmente sofocan la condición que nos une, que es la de ciudadanos de la nación española

Lo que aquí tenemos es gente incapaz de entender la función pública, y de mantener una compostura elemental en un cargo público. De otro modo una suerte de populismo–gamberro, o de gamberro–populismo. Incapaces de comportarse en público con un mínimo de respeto hacia los ciudadanos. Creadores de identidades y más identidades que finalmente sofocan la condición que nos une, que es la de ciudadanos de la nación española.

Esta gente que nos dice cómo debemos comportarnos en nuestro propio dormitorio son un peligro democrático. Porque, al cabo, no hay nada tan puritano e intransigente como estos inquisidores de nuevo cuño que han aparecido en nuestro país. Al final, recuerdan a Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina y hermana del Ausente, José Antonio. El mismo ceño puritano, la misma malsana afición a decretar cómo han de comportarse los ciudadanos en privado dentro de sus casas. La misma policía de costumbres. La misma tendencia a forzar e imponer las relaciones sociales. Idéntica manía de persecución contra la sociedad.

Gente que tiene la obcecación de corroer y poner patas arriba la obra de reconciliación que fue la Transición y la Constitución de 1978. Gente cuyos aliados profundos son ERC y Bildu, que nunca se dan por contentos ni satisfechos con la autodestrucción de sus sociedades vasca y catalana, y que han confundido la vida política con un continuo apostar contra España. Gente que mientras estén en el Gobierno únicamente aportarán inestabilidad y desmesura, hybris con tendencia a la locura. En primer lugar, a su propio socio de coalición, el PSOE, y por descontado al conjunto del pueblo español.

Gente que no cejará en su empeño de hacer del PSOE una fuerza errática y desnortada. Y a fuerza de mantener esas alianzas indeseables, será el propio PSOE quien lo pagará. Su disfunción es y será el objetivo último objetivo de esos aliados sumamente peligrosos que no buscan sino la destrucción de la ciudadanía y de nuestras reglas de convivencia y juego democrático.

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