Tal parece que al gobierno le molesta sumamente que quienes damos cumplida cuenta de lo que pasa podamos desempeñar nuestro oficio con normalidad. Compañeros de El Mundo, de El Espectador o, el último, Vito Quiles a quien envío igual que a los otros todo mi apoyo y solidaridad han sido detenidos cubriendo las manifestaciones de Ferraz. Dicen que estos compañeros estaban arrojando botellas y no sé cuántas cosas más. Miren, lo dudo mucho. No veo yo a ninguna persona que, en pleno trabajo de informador, se dedique a esos menesteres, máxime cuando las cloacas del estado tienen infiltrados entre los pacíficos manifestantes; tanto es así que ni siquiera disimulan, y los encapuchados exaltados se trocan en agentes de la autoridad de repente, deteniendo a troche y moche. Hombre, Marlaska, tápese un poquito.
Pero el caso de Vito, por la repercusión que tienen sus informaciones sin desmerecer a nadie, es singularmente importante. El gobierno ha declarado la guerra hace mucho tiempo a la prensa disidente, a la que no come de la mano de Sánchez, la que dice lo que pasa porque está ahí para dar fe, cosa más simple gracias a los móviles. Y Quiles es uno de los que luchan en la vanguardia de esta manera de informar, libre, desacomplejada, sin pelos en la lengua y con una valentía que debería hacer sonrojar a los bien pagaos que desde sus cómodas poltronas dedican el día a buscar adjetivos elogiosos para mejor alabar al de Moncloa. Servidor tiene la inmensa suerte de poder escribir en un medio libre como éste, remanso de periodismo al que no llega la marea contaminada y repleta de basura de otros lugares. Es por eso que me creo en la obligación, ante el atronador silencio de la mayoría de la profesión, de salir al ruedo y decir que estamos deslizándonos por una pendiente peligrosísima. Porque en España existe la censura. De entrada, vivimos en la tiranía de lo políticamente correcto que acostumbra a ser intelectualmente estúpido; por otro, en los grandes medios, en las cadenas importantes, los generales de república bananera en los que se han convertido los directores de dichos pasquines aprietan a sus trabajadores para que nadie se salga ni una coma del guión fabricado por Moncloa. Créanme, hay redacciones en las que una persona decente debe ir a trabajar con máscara antigás si no quiere morir asfixiado por el hedor.
Es por eso que me creo en la obligación, ante el atronador silencio de la mayoría de la profesión, de salir al ruedo y decir que estamos deslizándonos por una pendiente peligrosísima. Porque en España existe la censura
No soy corporativista a fuer de no ser gregario y pienso que en todos los sitios hay de bueno y de malo; tampoco creo que por el hecho de ser periodista tengas ganado el cielo. Pero cuando veo detenciones arbitrarias – de hecho, tanto El Mundo como El Espectador se reservan el uso de emprender acciones legales – me siento aludido, afectado y concernido. Hoy es Vito Quiles quien ha pasado una noche en el calabozo simplemente por ser un periodista que no agrada al poder. Mañana podría ser yo o cualquier otro. Eso es lo que sucede cuando un político se niega a responder en rueda de prensa a las preguntas de un medio y el resto de periodistas presentes no levantan sus culos cebones de las sillas o cuando se prohíbe a un compañero asistir a las ruedas de prensa oficiales – a mi querido Xavier Rius le pasó en la generalidad, por ejemplo, acusándolo además la portavoz de machista – y nadie dice ni mú.
No hay democracia sin libertad y no hay libertad política sin libertad de información. Es un axioma por el que se miden todos los sistemas que en el mundo son. De ahí que detener un periodista sea un semáforo en rojo que parpadea para indicarnos en qué régimen pretenden meternos Sánchez y su banda. La República de esa gente empezó cerrando periódicos y metiendo en la cárcel a periodistas, y ya ven como acabó el asunto. Ojo.
Santivago
Que por cierto, para los amantes de los "detalles". Que pases TODA una noche en un calabozo, hostigado por los mamporreros de Marlaska según el sujeto y salir con el flequillo The MadRoom perfecto, con una ligera greña para dar dramatismo al asunto, si que es de noticia para EDATV....
Santivago
Vito Quiles no es periodista, ni se le parece. Y da mucha vergüenza que alguien le considere periodista. Tal cual.
Norne Gaest
Por la foto, voto que se trata del periodista de Estado de Alarma, la única cadena que cubre o ha venido cubriendo los hechos que la corrección política no quieren que veamos: los actos electorales de Vox, la inmigración ilegal en las Canarias, el principio de las concentraciones en Ferraz, etc. Que el resto de la profesión no de la noticia, proteste o lo califique de ultraderecha, indica el nivel de los medios de comunicación en España, el sometimiento a la tiranía cultural de los progres. Si hemos llegado a la situación actual es porque la izquierda ha sometido a la derecha con lo del progresismo. Llevamos décadas de sumisión a su dictadura cultural y los medios de comunicación ocupcan en ello un destacado lugar, empezando por las televisiones. Uno de sus éxitos es normalizar el nazionalismo, con z, o la ultra izquierda podemita o yolandista. El otro la demonización de Vox, de forma que (aparte de los purgadores internos de esta formación, pues tontos y maniobreros de corto alcance no faltan en ninguna sitio) consiguieron que el principal partido de la oposición al sanchismo fuese castigado las elecciones de Julio, cuando iban precisamente de derribar al tahur de la Monclona, mientras que el PSOE, que había hecho méritos para haber sido arrojado al basurero de la Historia, consiguió incluso aumentar sus votos. !Ay, esa batalla de las ideas que el Partido Popular sigue sin estar dispuesto a dar! Le dan tortas a diestro y siniestro, una y otra vez, y no se acaba de enterar... Lo malo es que todos pagamos las consecuencias.
DJUNQUERA
Buen artículo, Miquel.
k. k.
Vamos cuesta abajo y sin frenos. Pero esto se veía venir, nada nuevo bajo el sol. Hay un tal Rac_Lpez, que escribe debajo de mí un interesantísimo comentario. Acusa al periodista encarcelado de neofascista. Aquí el quid de la cuestión. Antes, en este país, uno podría ser lo que quiera sin ir a la cárcel. Se le llama libertad de pensamiento. Uno tenía el derecho de ser neofascista, o independentista catalán, o aún peor, socialista. Y por eso no iba a la cárcel. Se da la circunstancia, además, de que el periodista en cuestión no es en absoluto neofascista. Simple y llanamente no es socialista, es decir, es una persona normal y decente. Ahora bien, lo dice en voz alta. Pero aunque así fuera, como afirma este ser, aunque fuera un franquista convencido, no tendría que ir a la cárcel por ello. En el momento en que se mete a la disidencia en la cárcel, a todo aquél que piensa distinto, comienza la represión política, esto es, la dictadura. Acéptenlo, ya estamos en una dictadura (dictablanda por ahora), para regocijo de Rac_Lpez. Luego no lloren cuando vengan las cartillas de racionamiento, porque cuando nos vayamos de este país van a nadar en la pobreza.
Leonidas
Bueno, acabó con los rojos huyendo cómo ratas. Ellos verán
Rac_Lpez
Este señor es tan periodista como yo astronauta. Se ha degradado tanto la profesión que ahora cualquier mamporrero se llama "periodista". Solo hay que leer algunas de las infames columnas neofasistas y golpistas en VozPópuli para entender cuan bajo ha caído esta profesión.
RafaR
He buscado en Google la noticia de la detención. La inmensa mayoría de los periódicos que dan la noticia lo hacen con titulares como "el periodista de ultra derecha...", "el agitador ultraderechista...", etc. Mucho me temo que vamos a tener que acudir a la fuerza como medida de autodefensa. Porque éstos (los del nuevo frente popular) ya han empezado. O acabamos con ellos, o acaban con nosotros.