Según Fundeu, "las expresiones ecoimpostura, lavado de imagen verde o ecopostureo, más coloquial, son algunas alternativas válidas a la voz inglesa greenwashing, que alude a cierta estrategia de mercado que utilizan algunas empresas para aparentar ser más respetuosas con el medioambiente de lo que en realidad son". En definitiva, estamos hablando de publicidad engañosa.
La absurda corrección política que nos hemos autoimpuesto como sociedad o, peor aún, que hemos permitido que nos impongan, nos está llevando a hacer lecturas distorsionadas y prejuiciosas de la realidad. Sirva de ejemplo mi propia experiencia. Soy un defensor practicante del reciclaje; lo hago en mi casa y también fuera de ella. Esta acción, que considero normal y responsable, sorprende a algunas personas que conocen mi defensa de la energía nuclear o me han oído hablar de las limitaciones de las renovables.
La realidad es que, en términos absolutos, defiendo ambas tecnologías; es el pensamiento único el que ha establecido que los perjuicios de la energía nuclear y las ventajas de las renovables son absolutos, cuando no es así. La polarización en la que vivimos sumergidos hace que, si no rechazas la energía nuclear y no abrazas, a ojos cerrados, las renovables, te conviertes en un sucio contaminador.
Una de las últimas víctimas de este fanatismo ha sido la empresa Repsol, que ha comenzado a comercializar "combustibles renovables" a precios asequibles.
¿Qué son los combustibles renovables?
Los combustibles renovables están obtenidos a partir de materias primas no minerales, que no se agotan, y que en su proceso productivo capturan una cantidad de dióxido de carbono (CO2) equivalente a las emisiones que producen en su combustión. La Directiva RED es mucho más prolífica en la clasificación de los diferentes tipos, sin embargo, para una primera aproximación quédense con dos ideas: renovables y neutros en CO2.
El combustible renovable se puede obtener, entre otros, mediante el tratamiento de residuos orgánicos (aceites de cocina usados, desechos agropecuarios o biomasa) o mediante la síntesis termoquímica de hidrógeno y carbono (CO2). En el primer caso estaríamos hablando de los biocombustibles y en el segundo de los combustibles sintéticos (e-fuel). Por supuesto, se pueden usar en la mayoría de los vehículos que actualmente consumen combustibles convencionales. De hecho, los que ustedes usan habitualmente ya incorporan una cierta cantidad significativa de biocombustible. Además, existen en formato gasolina, Diesel y queroseno (aviación).
Esto, que a priori es algo bueno, que reduce la contaminación que emiten nuestros medios de transporte, parece que ha puesto nerviosos a más de uno"
Esto, que a priori es algo bueno, que reduce la contaminación que emiten nuestros medios de transporte, haciéndola neutra en emisiones, que evitará tener que tirar a la basura 300 millones de coches en la UE y gastarnos un montón de dinero en vehículos eléctricos y que tiene una incidencia nula en nuestro modo de vida, parece que ha puesto nerviosos a más de uno.
Lo cierto es que nada de esto es nuevo, pero era muy caro, por lo que no provocaba demasiadas inquietudes. Con los precios actuales de la gasolina y el gasóleo, biocombustibles y combustibles convencionales se han equiparado en precio; y amparados por la legislación europea que los admite como fórmula para cumplir un balance neutro en emisiones, se han convertido en una alternativa real y sostenible, económica y medioambientalmente. Todo esto ha contrariado a quienes concebían al vehículo eléctrico como fórmula única para cumplir los objetivos de descarbonización en el trasporte.
Porque, al parecer esto no va de cuidar el medioambiente y crear hábitos sostenibles, objetivos loables y que cualquier persona responsable respaldaría, sino que hay que hacerlo de la manera que el ecopostureo ha decidido, con poca base científica.
¿Y cuál es el problema con el que se ha encontrado Repsol?
Repsol fue acusada de publicidad engañosa, no solo por Iberdrola, que fue la empresa que interpuso la demanda, sino por la propia ministra que, atendiendo a sus palabras en la red social X (antes Twitter), "llega a los tribunales el hartazgo por el greenwashing", atacaba directamente a la compañía dirigida por Imaz. Otras empresas de hidrocarburos, como Shell o Petronas se han visto envueltas en situaciones similares. En el caso de Repsol, por ahora, y a la espera de la sentencia que en su momento dicten los tribunales, Autocontrol (organismo independiente y voluntario de autorregulación publicitaria) ha dado la razón a la petrolera y ha dicho que, efectivamente, sus biocombustibles cumplen la directiva europea de renovables en cuanto a que son neutros en emisiones, son utilizables en la mayoría de los coches fabricados desde del año 2000 y que no muestran incrementos significativos de consumo.
Es tal lo absurdo del argumento que solo podemos concluir que atiende a una cuestión ideológica o a poderosas razones económicas"
Sin embargo, en el Reino Unido, el organismo equivalente a Autocontrol, ha considerado que sí existe publicidad engañosa. Lo sorprendente es que no es engañosa por una legislación más severa, o porque estén vendiendo productos no neutros en emisiones o no compatibles con los vehículos actualmente en circulación. La resolución, en las islas del brexit, se basa en que en la publicidad de los biocombustibles no se menciona que otras actividades de la empresa (petróleo y gas convencionales) sí tienen un impacto medioambiental nocivo.
¿'Ecopostureo' y 'econegocio'?
Cualquier campaña de publicidad pretende vender el producto promocionado, resaltando características atractivas, que deben ser ciertas. Evidentemente, en la publicidad británica de biocombustibles no se menciona la contaminación directa o indirecta que producen otras actividades del grupo empresarial; de la misma manera que una marca de vehículos que tiene una línea de negocio de coches eléctricos, te explica sus bondades y no alude a las emisiones del resto de vehículos que fabrica, y mucho menos a la siniestralidad de los ciudadanos al volante. Es tal lo absurdo del argumento que solo podemos concluir que atiende a una cuestión ideológica o a poderosas razones económicas. Pero lo más absurdo es que si estos combustibles son neutros en emisiones, deberíamos acelerar la transición a ellos, para lo que es imprescindible la publicidad de los mismo.
Pero no nos engañemos, detrás de todo esto hay muchos intereses económicos y geopolíticos. Por cierto, que España tiene una posición ventajosa para la fabricación de estos combustibles. Si no acabamos con la industria agropecuaria, tendremos biomasa renovable en cantidades elevadas; si dejamos de toquetear el sistema eléctrico, tendremos energía eléctrica barata y renovable; y si no destruimos empresas como Repsol, también dispondremos de la tecnología. Ustedes deciden.
Francisco Ruiz Jiménez ha sido consejero y miembro del comité de dirección del grupo Redeia
Maltrecho
Encontré eco combustibles en la estación de servicio. Es decir, que el uso de coches de combustión no implican impacto de carbono. Ya no hay razón para que se imponga el coche eléctrico. Otra cosa es que reaccionen los políticos... Y cuando.