Opinión

Españolizar España

España tiene muchos problemas, unos más graves que otros, como es natural. Entre los más graves, están el Gobierno neofidelista (fidelismo sin violencia armada) que negocia el futuro de España con un delincuente tribal, y la ascensión

  • Asterix y Obelix

España tiene muchos problemas, unos más graves que otros, como es natural. Entre los más graves, están el Gobierno neofidelista (fidelismo sin violencia armada) que negocia el futuro de España con un delincuente tribal, y la ascensión al poder del Mujerismo, que no es más que feminismo, pero visto como si las mujeres fuesen una tribu. Este Mujerismo, como se sabe, ha declarado la guerra al hombre heterosexual blanco y lo que representa: el Progreso.

Sí, con todos sus errores, excesos, horrores y crímenes, el Progreso. Los hombres heterosexuales blancos y la sociedad por ellos creada nos ha traído hasta aquí. Hasta el mejor momento que ha vivido nuestra especie desde que aprendió a usar el fuego. Las mujeristas olvidan con desagradecida facilidad, que sin la disposición al sacrificio, la fuerza física, la cultura del trabajo, la invención de la meritocracia y la inexorable superación moral del hombre heterosexual blanco, no existirían el feminismo ni los derechos de la mujer, por sólo mencionar dos temas cruciales para las conquistas sociales y la igualdad que disfrutan hoy las mujeres en los países acogidos a las normas de la Civilización Occidental (la única que existe).

Muchos problemas tiene España, la corrupta partitocracia, los sindicatos parásitos, la educación convertida en vehículo de adoctrinamiento ideológico izquierdista, el despilfarro obsceno del dinero de los contribuyentes, la compra descarada de votos mediante métodos diversos, el regalo de dinero público a todo tipo de “colectivos” que han llegado a formar, junto a la clase política y sus aledaños, un ejército de mantenidos cuya estabilidad económica y social depende en gran medida de que un partido u otro tenga acceso al cofre del tesoro de los contribuyentes. Para no hablar de las huestes de funcionarios públicos, que no paran de crecer gracias a que su incremento se ha convertido en una manera más de comprar votos: la famosa política del estómago agradecido.  

Lo asombroso, es que este pensamiento mágico es refrendado como la cosa más natural por todas las autoridades españolas ¡incluyendo la Corona!

Muchos problemas. Y el mayor de todos, el pensamiento mágico, que ya se ha apoderado de la realidad política, intelectual y cultural de los españoles, convirtiéndose así en el hábitat sagrado, y por tanto indiscutible, del tribalismo español en general, y en particular de las dos tribus antiespañolas más beligerantes, la catalana y la vasca. Ese pensamiento mágico, enquistado de tal forma en la psiquis nacional (si tal cosa existe) es quien permite a representantes nacionalistas antiespañoles de ambas tribus referirse a sus regiones o provincias como “países”, y a los españoles que viven en ellas como “ciudadanos” de esos países inventados. Lo asombroso, es que este pensamiento mágico es refrendado como la cosa más natural por todas las autoridades españolas ¡incluyendo la Corona! Sin percatarse al parecer, de que haciéndolo dan carta de realidad a una irrealidad (una mentira) cuya aceptación y blanqueamiento (palabra de moda) es el peor enemigo que tiene la igualdad de los españoles, ya que compromete la existencia misma de España como nación.

¿Hay solución? Yo la única que veo es españolizar. Españolizar España.  No hay nada más importante hoy para los ciudadanos españoles libres e iguales, que españolizar. En España no se debería estar hablando de otra cosa que de Españolizar. Españolizar en España significa  civilizar. A menos tribu, más civilización. Venimos de la aldea y de su sempiterna viruta oscurantista y separadora, es decir, identitaria. Alejarse de ella es civilizarnos. ¿Cuál es el mayor problema de los españoles hoy? El tribalismo identitario y el folklorismo ascendido a pujo simbólico nacional, en las autonomías españolas. No tengo nada contra el folklore, pero debe permanecer en el ámbito turístico, pretender que se convierta en seña de identidad nacional es tan absurdo como intentar imponer la locomoción mediante tiro animal. Es ridículo. Y peligroso. Porque todo disfraz ritual desemboca en uniforme. Uniforme que se carga (como quien carga una pistola) de excepcionalidad y razones históricas, uniforme que te obligan a vestir de una manera u otra.   

Astérix siempre me ha parecido un personaje lamentable. Los romanos eran la Civilización. Había que convertirse en romano, no aferrarse a la idiotez de la poción mágica

Ser tribal en pleno siglo XXI, es un atraso. La especie se dispone a colonizar la Luna y la llamada IA, a suplantarnos. No tiene ningún sentido sacralizar la aldea. La aldea es la caverna y el gruñido propio, y es el impulso simiesco. Por eso Astérix siempre me ha parecido un personaje lamentable. Los romanos eran la Civilización. Había que convertirse en romano, no aferrarse a la idiotez de la poción mágica. Todo exaltador de su terruño, primero piensa naturalmente que ese terruño y el nacer en ese terruño, lo hace diferente, o sea, superior a los desgraciados que no han tenido la suerte de nacer en ese terruño. Una idea racista, reaccionaria y primitiva. Nacer aquí o allá es un accidente, y no debe acarrear superioridad, ventaja o privilegio respecto al resto de los habitantes del país. No entiendo por qué algo tan simple es tan difícil de entender en España.

El pensamiento mágico tribal, su normalización e implantación, es el mayor problema de España, repito. Y la solución es españolizar. Españolizar. De españolizar de la manera más efectiva y decidida, y moleste, ofenda o duela a quién sea, es, a estas alturas, la única manera de salvar la España de ciudadanos libres e iguales.  

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