Opinión

Gobierno Sánchez: los gatillazos de Frankenstein

Sánchez necesita hilvanar prodigios, redondear portentos, provocar asombro. Le decían ‘gobierno Frankenstein’, pero por ahora ni eso: se queda en ‘gobierno gatillazo’

  • Pedro Sánchez en el Congreso.

Los huesos de Franco, los amnistiados fiscales y ahora, el consejo de RVTE. Las promesas del nuevo Gobierno van cayendo poco a poco, de una en una, como las hojitas en otoño. Va perdiendo Sánchez los dientes de leche y muestra ya unas encías despobladas, de una desnudez horripilante. La portavoz del Ejecutivo se afana, viernes tras viernes, en justificar el desastre, con más empeño que acierto. Celaá ya no da abasto. Los gatillazos se acumulan y escasean las excusas. Quizás preferiría estar en otra parte.

Tres semanas de negociación y cinco plenos parlamentarios no han sido suficientes para sacar adelante el ‘decretazo’ de RTVE. Reclamaba Pablo Iglesias la defenestración del actual equipo directivo. “Dadme los telediarios”, predicaba el jefe de Podemos. Cuando Sánchez intentaba cumplir su compromiso para saldar su deuda de la moción, le falló la aritmética. Unos votaron a Bisbal, otros a Federico y, finalmente, en el momento decisivo, dos diputados se equivocaron de papeleta. Lo que mal empieza mal acaba. Vuelta a empezar. Donde se pretendía diez consejeros adictos habrá ahora que improvisar un administrador único. Votado también por la mayoría. Quizás vuelvan a equivocarse. Quizás Sánchez e Iglesias estén condenados a los viernes negros, a no poner sus ávidas manos en la tele. La caja tonta ha salido muy lista.

Los huesos de Franco por ahora tampoco se mueven. Alguien falló en los pronósticos al anunciar que era cosa de días. “Este mes”, dijeron. “Bueno, más adelante, por el calor”. Nadie habló con la iglesia. Tampoco con la familia. Problemas legales, arguyen. El sepulturero tendrá que esperar. El Valle es una romería. Ya hay más colas ante la tumba que para ver cine español. Otro gatillazo.

Quizá Sánchez e Iglesias estén condenados a los viernes negros, a no poner sus ávidas manos en la tele. La caja tonta ha salido muy lista"

Durante años, Sánchez reclamó con ahínco a Rajoy las listas de los amnistiados fiscales. Cristóbal Montoro, desde su mayestática displicencia, esgrimía la imposibilidad legal. El PSOE insistía, aun consciente de lo inviable de la demanda. Ahora tiene que tragarse sus reclamos. “Uno se pasa la vida descubriendo que los otros tienen razón”, apuntaba Chesterton.

Una docena de ministros desfiló la semana pasada por el Congreso prometiendo medidas, leyes, iniciativas. Un horizonte de mutaciones que barrerían en tres días toda huella de marianismo. Los primeros cien días, se promete el paraíso y luego ya, si eso… ”Haré lo imposible si ello fuera posible”, decía el anterior presidente.

Vendrán más pifias. Lo de 'Billy el Niño', que hizo llorar a Iglesias, es otra de ellas. La anulación de las sentencias del franquismo quizás la siguiente. Caamaño, astuto titular de Justicia de Zapatero, ya advirtió de que tal cosa es legalmente inviable. Su actual sucesora, Dolores Delgado, quizás la ministra con más predicamento periodístico del actual ejecutivo, salvo Pedro Duque, se ha comprometido a ello. Veremos. “Busquemos únicamente lo que es alcanzable”, advertía Bentham. A Sánchez eso no le basta. Necesita hilvanar prodigios, redondear portentos, provocar asombro. Cómo, si no, se puede gobernar con 84 diputados. Le decían gobierno Frankenstein. Ya vemos que, por ahora, es el gobierno gatillazo.

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