En teoría, si se cumple lo anunciado por el presidente del Gobierno, debería empezar esta semana, la ronda de contactos con los partidos políticos para poner encima de la mesa el plan de regeneración democrática que presentó, sin concreción, el miércoles en el Congreso, en línea con lo aaprobado por la UE en marzo pasado. El aval de Europa a las medidas por y para la transparencia de los medios, de quién los financia, ya operativo y dado el visto bueno por parte de todos los diputados de la Eurocámara menos la ultraderecha, en total 460 votos a favor.
Por suerte, en España tenemos la Constitución que desde hace 45 años sienta las bases de los derechos fundamentales, del derecho a la libertad de expresión y de información. Más allá de cualquier otra concreción, la máxima transparencia sea la política. Los ciudadanos, quizás hartos de tanta información que llega por múltiples vías –imposibles de controlar- tienen el derecho a conocer cómo se gestiona el dinero público, a qué medios financia el gobierno y por qué. Además, también es imperativo exigir transparencia de los servidores públicos que hagan pública la veracidad total de sus bienes antes de llegar a un cargo.
Para poder sentar las bases, esos cimientos del plan de regeneración del que habla Sánchez, cabe también sumar en el proceso de su elaboración a los profesionales de la información. La política por sí misma no debe decidir en exclusividad el control de ese derecho constitucional que es el de la información. Profesionales honestos, alejados de colores políticos y bandería ideológicas, podrían colaborar en este prooceso, del que apenas se ha anunciado más que un propósito genérico.
Otra cuestión es que hay que formar al ciudadanos, que no es tonto, desde la escuela, animar en su capacidad crítica –por supuesto primero en casa- para no creer lo primero que se lee o lo último que le cuenten.
Para realmente calmar las ansias de protagonismo de algunos, para emitir todos aquellos mensajes que crean oportunos, deben tener su propia pantalla, su propia televisión, sus propios medios bien identificados
Los del gran hermano político, todos los partidos que tienen representación pública tienen a su lado a sus equipos de prensa, encargados de dar la máxima visibilidad a los mensajes de cada uno. Esos equipos son expertos –o deberían tener conocimientos- de todos los medios de comunicación, pero se quedan cortos. Para realmente calmar las ansias de protagonismo de algunos, para emitir todos aquellos mensajes que crean oportunos, deben tener su propia pantalla, su propia televisión, sus propios medios bien identificados, al igual que hacen las ruedas de prensa en su partido, que emiten notas de prensa, que controlan las redes desde Instagram a X pasando por tik tok o cualesquiera que aparezca. Están tardando ya en lanzar sus propias televisiones centradas en la actividad y los mensajes de sus dirigentes. Como las tienen los grandes clubes de fútbol. Ahí hay un hueco a explorar, a ampliar la labor de los gabinetes de prensa y comunicación de todos aquellos que han conseguido representación parlamentaria. De esta manera el ciudadano que quiera saber exactamente lo que dice uno u otro vaya directo a la fuente, luego ya verá dónde contrasta y como contrasta la información. Quizás algunos partidos no lo necesiten. Quizás con lo que hay ya les vale.
Ansias de visibilidad
Deben los partidos crear su propio gran hermano político, crear sus propios programas de debate, información, e incluso shows al más puro estilo americano. Por una parte, calmaría las ansias de algunos de tener mayor visibilidad, por otra se abriría un abanico singular en la manera en la que los partidos llegan al ciudadano. Luego, quien quiera seguir las sesiones en los parlamentos o congresos respectivos ya hay televisiones públicas que los ofrecen sin cortes.
Esas televisiones de partidos gestionadas por los equipos internos pueden ser también otra manera de llegar a los jóvenes, tan distantes ahora del quehacer político, porque la presencia de los partidos en los foros que visitan los que van a votar por primera vez no es la misma que hace veinte años. Si la sociedad avanza, la política debe avanzar. Moncloa hará bien en contar con los periodistas, con las asociaciones que representan a un sector (no mayoritario, por cierto) de la profesión, para proponer las modificaciones en el reglamento que mejoren el sistema de información en este país.
Wesly
Pedro Sánchez seria creïble cuando habla de "regeneración democrática" si realmente estuviera dispuesto a impulsar la rendición de cuentas, la separación de poderes, el cumplimiento del artículo 9 de la Constitución, que prohíbe la arbitrariedad de los poderes públicos, el cumplimiento del artículo 14 de la Constitución, que prohíbe la impunidad selectiva. Pero Pedro Sánchez no rinde cuentas. En sus comparecencias parlamentarias no contesta a las preguntas de la oposición, insulta a la oposición. Pedro Sánchez no cumple la ley de transparencia. Aún hoy día no sabemos qué empresas han sido agraciadas con fondos europeos. Pedro Sánchez se dedica a colocar a sus peones más sectarios y obedientes en las principales instituciones del Estado, Gobierno, Parlamento, Fiscalía y Poder Judicial incluidos, evidenciando así su vocación totalitaria. Pedro Sánchez no pretende regenerar la democracia, pretende degenerar la democracia. Pretende erigirse en autócrata. Y su propuesta, Dña. Inma, de que cada partido tenga su particular TV (pagada con dinero público, faltaría más) supondria más carga fiscal para los empresarios y trabajadores sujetos a la competencia, y más manipulación a la ciudadanía.
vallecas
El votante no gasta mucho tiempo en lecturas y reflexiones. El votante escucha decir a Sánchez que mentir es correcto, que no cumplir la palabra dada es Progresismo. Sánchez le dice al votante que es honesto alcanzar el poder mintiendo. Y el votante lo vuelve a escuchar Inchaurrondo y Fortes y a toda la TVE, lo oye también a "guallomin" y Ferreras y al resto de La Sexta, lo oye nuevamente en Telecinco, en la Ser, a la "Barceló", y a Otero, lo oye en decenas de webs. Como olvidar El País, el periódico Nº1 de España, y también aquí, Algorri, Sanz, Lucas.......... Sánchez no se conforma porque la "verdad es muy potente" aunque sea poca, y quiere a TODOS sumisos y domados. Si no fuera por los mencionados anteriormente, Sánchez ya estaría fuera de la política y dentro del Juzgado.
CondeMor
Cierre al salir, cacatúa.
ArchieEnVozpopuli
Apreciada Irene: ¡Es tal la manipulación desde el poder que es intragable esa cacareada "regeneración democrática"!. Empezando por la nula credibilidad del promotor. Hoy, para el ciudadano medio, todo son mentiras y falsedades, casi imposibles de contrarrestar porque el poder lo ocupa todo sin oposición. Se han apoderado de todos nuestros recursos presentes y futuros mediante una inaudita deuda pública, ocupándolo todo con obscena impunidad. ¡Pobre España!