Por mucho que Pablo Echenique se empeñe en separar a Unidas Podemos de Vladimir Putin y emparentarlo con Vox, la comparecencia histórica de Zelenski ayer en el Congreso ha dejado al aire las vergüenzas y contradicciones del PCE e IU y cómo las bases comunistas están con Moscú y en contra del presidente ucraniano.
El Congreso de los Diputados –en sesión de honor con el Senado- escuchó ayer a Zelenski comparar el ataque de la Legión Cóndor contra la población civil de Guernica –que serviría de criminal ensayo para lo que vendría después en la Segunda Guerra Mundial- con los ataques a la población ucraniana en Bucha o Mariupol.
Para desesperación del relato de Echenique, Vox aplaudió la intervención de Zelenski en la que se rememoraba el ataque de los aliados franquistas. No aplaudieron varios socios de Echenique y UP, como Oskar Matute (EH Bildu), Albert Botran (CUP), Mireia Vehí (CUP) y Néstor Rego (BNG). Incluso, otros dos diputados de UP como Roser Maestro y Miguel Ángel Bustamante ni siquiera asistieron por una supuesta "conciencia antifascista". El líder del PCE y mano derecha de Pablo Iglesias, Enrique Santiago, se levantó y aplaudió "solo por respeto institucional".
El gesto de Santiago y de los dos ausentes–aparte de confirmar que las simpatías del PCE están con el invasor ruso, por mucho que se tilde de imperialista, nacionalista y zarista a Putin- responde a la bronca existente en las bases comunistas españolas, que no tienen que aparentar que condenan a Moscú.
Zelenski y la postura del PCE
El PCE anunciaba en su cuenta de redes sociales en vísperas del discurso de Zelenski la posición oficial del partido y de Izquierda Unida: “IU traslada su absoluto respeto institucional por el presidente Zelenski. Ucrania se encuentra invadida por una potencia extranjera como es Rusia y el pueblo ucraniano cuenta con toda nuestra solidaridad”. Pero la respuesta incendiaria de muchos comunistas de base, les hizo luego matizar en el escaño ese apoyo.
La reacción del PC de Madrid, a través de su secretario general, no se hizo esperar. Álvaro Aguilera tildaba a Zelenski de “un peligro para la paz y su pueblo. Heredero de un golpe de estado que ilegalizó al Partido Comunista y a 11 partidos más. Me da igual que los medios le hayan construido traje de Cid Campeador. Debe haber debate en órganos. No en mi nombre”.
Y las reacciones de apoyo a la postura del PC madrileño y en contra de la cúpula del partido se sucedieron.
Algunos, es cierto, recordaban que Zelenski ilegalizó en 2014 al PCE tras la invasión rusa del Dombás porque Moscú, por ejemplo, destituyó y encarceló a todos los concejales y alcaldes contrarios a la invasión y colocó al frente de las alcaldías ocupadas a los concejales del PC. Un detalle que quienes denuncian la ilegalización de la formación comunista suelen pasar por alto.
A toda esta guerra interna responde el ‘gesto’ de Santiago de aplaudir a regañadientes el discurso del presidente ucraniano: saben a quién apoyan sus bases, por mucho que Echenique se empeñe, día sí y día también, en señalar a Vox como los aliados de Putin.
Los de Abascal deberán explicar por qué se pegan tiros en el pie y votaron en contra de retirar la llave de Madrid a Putin, pues nadie se cree la explicación de que el gesto era por defender al pueblo ruso. Y ahcerlo, además, el día en que se conocían los perfiles de los tres consejeros para Castilla y León a los que nadie podría poner una pega y que quedaron opacados por el voto en contra en el ayuntamiento de la capital. Pero ayer, en el Congreso, Vox sí aplaudió a Zelenski. Y los que se asuentaron, se quedaron sentados o aplaudieron por obligación fueron los socios de Echenique.
Jock Colville
Pero, vamos a ver... ¿Cómo puede encarcelar a nadie en 2014 un tío que no llegó al poder hasta 2019? Volodimir Zelenski en 2014 no era ni siquiera candidato. Que los comunistas, herederos de Stalin quien borraba de las fotos a los que se le oponían, pretendan elevar la mentira a monumento no puede hacer que el periodismo caiga en ese invento.