Por primera vez desde hace casi una década, en las elecciones catalanas del domingo pueden ganar con cierta holgura las opciones no soberanistas. Si tal hipótesis se confirmara, como apuntan distintas encuestas, estaríamos ante un escenario político muy distinto a aquel de 2015, en el que los partidos que apostaban por la independencia y los que defendían el derecho a decidir sumaron 83 escaños frente a los 52 de PSC (Iceta), Ciudadanos (Arrimadas) y PP (Albiol). No es un asunto menor. Aunque habrá quien prefiera no verlo así.
En estos casi diez años de coacción nacionalista han pasado muchas cosas. Tantas, y tan calamitosas, que lo milagroso es que no se haya roto nada. Al menos de forma irremediable. Si los pronósticos aciertan, el 12 de mayo deberíamos estar en disposición de abrir una etapa nueva, que sirviera realmente para pasar página y dejar atrás uno de los períodos más negros de la historia de Cataluña. No es opinión. Son hechos.
La arremetida de los independentistas contra la legalidad democrática ha tenido múltiples consecuencias, todas ellas indeseables: manifiesto e histórico retroceso económico, indisimulable deterioro de los servicios públicos e intolerable repunte del racismo y el supremacismo, entre otras. Pero la más grave de todas, alimentada irresponsablemente por esa doctrina excluyente, heredera de aquella que exigía la pureza de la raza como factor imprescindible de aceptación en la etnia, ha sido el daño, a veces destrozo, ocasionado en la convivencia.
Empobrecimiento, monitorización, fanatismo e intolerancia. Ningún balance de lo ocurrido que pretenda ser ecuánime puede prescindir de estos conceptos para explicar la vida cotidiana de la Cataluña procesista
Cataluña es una sociedad partida en dos mitades que ha visto cómo se achicaban los espacios compartidos. Muchos catalanes, en los momentos más airados del procés, han tenido que hacer como que no veían ni escuchaban para no arruinar de forma irreversible dilatadas relaciones personales. Familias acosadas por reclamar el derecho a una enseñanza no vigilada. Profesores e intelectuales a los que se amenazaba (y todavía se amenaza) e impedía expresar con libertad sus ideas en las aulas.
Empobrecimiento, monitorización, fanatismo e intolerancia. Ningún balance de lo ocurrido que pretenda ser ecuánime puede prescindir de estos conceptos para explicar la vida cotidiana de la Cataluña procesista. Sin olvidar el de una violencia selectiva que casi nunca fue espontánea. Hasta la aplicación del 155, Junqueras y Puigdemont siempre estuvieron al mando. Son los principales promotores del fracaso. La paradoja es que ha sido el más medroso el que parece que va a salir ganando. Antes de las elecciones generales de julio, el fugado Puigdemont era apenas un espectro. Hoy, por obra y gracia de Pedro Sánchez, es uno de los personajes más influyentes de España.
Dos hipótesis
La posibilidad de que un acuerdo entre el Partido Socialista y el Partido Popular le diera al constitucionalismo el gobierno de la Generalitat es mucho más que remota. Pero no es esa la cuestión. La cuestión de fondo es que, para desgracia del conjunto de los españoles, esa hipótesis seguiría siendo inviable incluso si los números salieran. El antagonismo extremo que rige las relaciones entre gobierno y oposición es uno de los grandes dramas del país y la principal gasolina del independentismo.
No conviene por tanto perder el tiempo en fabulaciones. Centrémonos en conjeturas que tengan más visos de ser llevadas a la práctica. La principal, Hipótesis 1: un gobierno PSC-Esquerra Republicana. Para algunos, una desgracia. Para otros, un mal menor. Yo soy más de estos últimos. ¿Problemas? Varios. Empezando por la resistencia que pudieran oponer a ese pacto las bases y algunos dirigentes de ERC. Pero no es ese el principal. El principal es el de siempre. Se llama Pedro Sánchez.
Cada vez que el líder socialista, en las grandes disyuntivas políticas, ha tenido que elegir entre lo mejor para el país o para él, siempre ha optado por él. Y no hay ninguna razón para pensar que esta vez vaya a actuar de otro modo. Más bien al contrario. De entre los candidatos con opciones reales, hay pocas dudas de que Salvador Illa sería el presidente de la Generalitat más adecuado para abrir un ciclo en el que se emprendiera una cierta normalización. Pero no parece esta una opción compatible con los planes de Sánchez.
Cada vez que Sánchez, en las grandes disyuntivas políticas, ha tenido que elegir entre lo mejor para el país o para él, siempre ha optado por él. Y no hay ninguna razón para pensar que esta vez vaya a actuar de otro modo
“Que Stalin alcanzase su posición fue la suprema expresión de la mediocridad del aparato”, dejó escrito Leon Trotsky en Mi vida. Con un partido sin alma, como se vio en la procesión sin peana de Ferraz, entregado a la causa de un oportunista declinante, las posibilidades de una reacción interna que dificultara la renovación del pacto de sangre entre Sánchez y Puigdemont son hoy del todo inverosímiles. La supervivencia de Sánchez está en manos de los 7 diputados de Junts, y esa es la única realidad que en este minuto preocupa al presidente.
Si fueran otras las circunstancias, pero sobre todo si fuera otro Sánchez, quizá podríamos estar ante una excelente oportunidad de restaurar confianzas y reconducir una dinámica que, de no corregirse, acabará por eliminar cualquier vestigio del Estado en Cataluña. El independentismo ya no tiene prisa. Esa es la novedad. Se están tomando su tiempo. Como Sánchez, que también pretende comprar tiempo; a tocateja. Y eso incluye la Hipótesis 2: Illa se aparta en favor de Puigdemont. Así que no parece sensato albergar demasiadas esperanzas.
jm15xy
Estoy de acuerdo con la conclusión, pero no con el razonamiento ni con las premisas. Pedro Sánchez Pérez Castejón y Carles Puigdemont gobiernan Cataluña porque ellos gobiernan España, porque ellos presiden la coalición que de momento gobierna (toda) España. La Generalidad o Generalitat de Cataluña no es más que un órgano del Estado (como lo son las demás comunidades autónomas, desde las menos importantes como por ejemplo Extremadura o Murcia como las más importantes como Madrid, Cataluña, País Vasco). Salvador Illa por tanto solo aspira a presidir un gobierno regional, subordinado al Estado cuyo gobierno preside Pedro Sánchez. Tal son las estructura constitucional española que una mayoría en el parlamento (sea la mayoría absoluta de un solo partido o la mayoría absoluta de una coalición) tiene pocos contrapesos que no sea su sentido de moderación y pudor político (lo que carecen Sánchez y Puigdemont), ni de los gobiernos regionales ni de las demás instituciones estatales ni siquiera de la oposición política (inclusive cuando existe como ahora un gobierno dividido con el Senado en manos de la oposición), ni de los demás actores sociales y políticos. Saludos.
syloxozi
Aquí se puede aplicar el principio de la navaja de SáncHez: " de todas las posibilidades, la que más beneficie a SancHez es la más probable" ¿Y qué le beneficia más a SancHez? Que sea investido Puigdemont con los votos del resto de los indepes independientemente de si gane Illa o nó. Un gobierno PSC-ERC puede poner en riesgo el apoyo de Junts en el congreso. Y ya ha quedado claro que SáncHez no tiene intención de dejar el poder de ninguna manera. Si para ello tiene que sacrificar a Illa, que se dé por muerto. Por otro lado, no creo que el PP consiga tantos votos como para poder ser apoyo del PSC, ¡porque sería capaz de apoyarle! y eso sería el principio del fin de Feijoo ya que en estas elecciones se vota solo en Cataluña pero el resultado afecta a toda España.
Gabirol62
Más claro, agua. Un análisis lúcido. Muchas gracias.
NormaDin
Me admira que alguien pueda establecer ponderaraciones y componendas electorales en el circo catalán. Qué mas dan el siniestro hombre gris, que el tontete fuguista, que el maño engolao de talla mínima.
Ernesto Tagliavini
Dos notas (ninguna de las cuales importa lo más mínimo, razonar ha dejado de servir para nada hace ya mucho). 1.- La parte de razón del articulista: "... El independentismo ya no tiene prisa. Esa es la novedad. Se están tomando su tiempo... " EXACTO: en Cataluña ni hay pacificación, ni reencuentro ni... sagradas formas. Si alguien le compra esa burra tuerta a Sánchez debería hacérselo mirar. Y si vota al PSC por eso,... En fin, no hay que insultar a los inocentes, ya van bien como van. 2.- La parte de "wishful thinking" del artículo: "...En estos casi diez años de coacción nacionalista han pasado muchas cosas. Tantas, y tan calamitosas, que lo milagroso es que no se haya roto nada. Al menos de forma irremediable..." ¿CÓMO QUE NO? La discordia entre catalanes y españoles la creo ya absolutamente irreversible a estas alturas. Y resulta imposible de evitar porque está claro que hay demasiados catalanes que quieren el dinero de los españoles pero no su compañía. Y a nadie le gusta que lo chuleen afectando superioridad. De mí sé decir que tenía música en catalán, que hacía escuchar a mis amigos extranjeros para explicarles la diversidad española; ya los he roto, en Cataluña me desprecian. Y no es que comprara productos catalanes, no: PRESUMÍA de hacerlo y de saltarme boicots que me parecían producto del fanatismo. Ahora rechazo cualquier cosa que venga de Cataluña. CUALQUIERA. Hasta perder mi tiempo para estar seguro de no comprar de allí ni agua. No estoy orgulloso de todo eso que he hecho y hago. Claro que no, me crea una profunda tristeza rayana en la desesperación. Me limito a señalar que en esto del odio NO HE EMPEZADO YO: MENTIRA. Y si sólo fuera mi caso eso no importaría nada; pero creo que somos muchos en el hartazgo. Así que si, ejem, "Catalunya" quiere irse que se vaya; pero YA. Con las cuentas claras y sin que ningún TRAIDOR le regale MI DINERO para pagar SU DEUDA. ¿Que no se ha roto nada irremediable, don Agustín? Yo creo que sí. Se ha roto lo más importante; y lo que tiene peor arreglo, además. Pero que quede claro: ni lo ha roto España ni lo hemos roto los que en España defendimos la singularidad catalana (y vasca) tantos años y fuimos, a qué decirlo otra vez, pura y simplemente ENGAÑADOS. Esos catalanes falsarios nunca me volverán a engañar. Con su falsa moderación cuando pintan bastos y su prepotencia más descarada cuando creen poder salirse con la suya.
vallecas
¿Partido Socialista Constitucionalista?? Entiendo D. Agustín que se ha mudado de lugar de residencia. Pero se ha mudado de Planeta. Saturno ¿quizás?. Puigdemont será el President porque ganará a ERC, que sumados a la CUP y a Alianza Catalana les dará la mayoría absoluta, y si les faltara algún escaño, Sánchez se los proporciona. Illa es sólo un monigote.
Birmania
Totalmente de acuerdo con su comentario.
00_andurinha
Los desarrolladores e implantadores de este software parecen sacados de la propia PSOE. ¡Qué catástrofe! Un saludo.