“Oh, descreídos hijos de la concupiscencia mediática, sabed que yo también comparto con vosotros el pecado de herejía ante la verdad inmutable del gobierno de coalición. Como Pablo de Tarso, antes de su caída del caballo, perseguí al enemigo; él, aprobando la lapidación del protomártir Esteban, encarnando el alma del encarnizamiento en contra de los cristianos, llevando a ancianos, hombres, mujeres y niños a la cárcel; yo, denostando al socialismo del PSOE, acusándolo de revisionista, bujarinista, traidor y enemigo de la revolución.
Más heme aquí hoy, hijo de fariseos como el de Tarso, haciendo una profesión de fe farisaica, como su propio nombre indica. Porque amo al PSOE, amo a Sánchez, amo a Lastra e incluso amo a Ábalos, que ya es amar. Y en verdad os digo, hijos de la letra impresa y el titular traicionero, que antes pasará Dina por el ojo de una tarjeta de móvil que Vicente Vallés entre en el Reino de Podemos. ¡Arrepentíos y cesad en vuestras inicuas blasfemias, abjurad de vuestras críticas abyectas y manteos puros de todo lo que no sea adorarnos a Pedro y a mí! Que si Soros, cundo descendió de lo más alto, le dijo a Sánchez “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi reino en España”, a mí me dijo Roures “Pablo, tú vales mucho”. Y si San Pablo decía a viudas y solteras que sería bueno mantener su celibato, bien puedo decir yo que aquel que esté libre de asesoras, tire la primera exclusiva.
¿No existió en su día el llamado privilegio paulino, que establecía que el vínculo matrimonial podría romperse cuando la parte cristiana sabe que la otra le es infiel? ¿Y acaso no sois vosotros, concubinos del becerro de oro fascista y derechoide, infieles a la Buena Nueva que os he venido a transmitir, más infieles que Dinio en medio de esa noche que siempre le confunde? ¿Acaso no debéis amarme las unas y las otras? ¿Acaso no habéis visto mi venganza caer con mano de plomo sobre errejonistas y otros ángeles rebelados ante mi omnisciencia gloriosa? ¿Acaso no sabéis que bienaventurados aquellos que crean en mis consignas, porque de ellos serán escaños, cargos e incluso algún periódico?
El llanto, el crujir de dientes y de nóminas os llevará a la desesperación, y está escrito que os arrojaréis en brazos de la Bestia Escarlata que os atormentará siete veces siete en su plató de Sálvame"
A vosotros os hablo, escribas peperos, que os creéis a salvo, porque tan cierto como que escondí la tarjeta del móvil de Dina para evitarle una gran tensión, pues tal es mi generosidad y munificencia, así llegaré yo, como ladrón en la noche, a pediros cuentas y lloverá sobre vuestras cabezas pestilencia en forma de comparecencias televisivas de Sánchez y estigmas con la cara de Colau. Estáis a tiempo, periodistas, que os refociláis con las editoriales de Herrera, a quién tengo reservado en el Hades podemita un tormento sin parangón, cantar con Echenique hasta el fin de los tiempos “Chúpame la minga, dominga, que vengo de Francia”.
Tales cosas sucederán, y el llanto, el crujir de dientes y de nóminas os llevará a la desesperación, y está escrito que os arrojaréis en brazos de la Bestia Escarlata que os atormentará siete veces siete en su plató de Sálvame hasta que confeséis que sois rojos, maricones y que el gobierno lo ha hecho muy bien en esta pandemia. Oíd los que tengáis oídos y mirad los que tengáis ojos, porque los signos del Apocalipsis heteropatriarcal son visibles, pues Pilar Rahola se ha despeinado, Lo País dijo el otro día, sin querer, una verdad, Rosa María Mateo ha esbozado media sonrisa y Bardem soltó un “¡La Virgen!” cuando vio lo que debía a Hacienda. Periodistas, arrepentíos antes de que los ángeles vengan a por vosotros en forma de agentes del SEBIN”.
Hasta aquí, la Primera de Pablo Iglesias a los periodistas. Ahora, allá ustedes y que viva Vicente Vallés.