En el mundo de los negocios lo normal es que las previsiones se trabajen a finales de año pero, debido al trastocamiento general por el cierre económico del covid, las de 2021 no las presentamos a finales del 2020, quedando pendientes para cuando el panorama se aclarase y tuviéramos datos más fiables. Pues bien, tras confirmarse la recuperación y que debería iniciarse un nuevo ciclo económico, creo que esta es una buena oportunidad para analizarlas; además, el verano nos da cierto margen para la reflexión.
Dichas previsiones, que también son útiles para quienes invierten fuera, las presentábamos por agrupaciones de países pensando en los exportadores (un 34% del PIB), pues han sido éstos los que han permitido el crecimiento y cambio estructural en el anterior ciclo, tema que vimos al estudiar la sostenibilidad de nuestro crecimiento y la dualidad de nuestra economía. Ahora, cuando el turismo exterior ha sufrido un enorme daño, al ser la exportación de bienes casi el 25% del PIB, tendrán que ser ellos quienes de nuevo nos permitan salir adelante.
A toda esta calamidad se suma que esta crisis ha demostrado la enorme vulnerabilidad de las cadenas de suministro, surgiendo así oportunidades por un "insourcing" continental en Europa, y todo ello mientras se buscan alternativas a China como proveedor de suministros. Un ejemplo de las dimensiones de dicho reemplazo podría ser el sector chino del acero, que vimos aquí, una de tantas "sustituciones" que difícilmente aprovecharemos por la "política energética verde para ponerse morado" de nuestra partitocracia mata pobres.
La obsesión china contra todos
Suele ocurrir, con las personas, empresas, instituciones, regiones (en España hay dos casos) y países que, tras darles enormes privilegios, beneficios y ayudas, por una cierta forma de supremacismo, normalmente bastante idiota, se creen dioses con derecho a todo, del expolio al enseñoramiento, llegando incluso a intentar destruirte: es el caso de China con el resto del mundo (rusos incluidos). Por supuesto solo es cuestión de dejarles, como a los japoneses, que se cuezan en su propia salsa para que vayan a menos, como muestra su previsión de crecimiento.
De los datos sorprende que el causante de millones de muertos ni siquiera entrara en recesión (también tuvimos que comprarles muchísimos productos médicos) y, lo que es más preocupante, el bajísimo crecimiento de Estados Unidos tras el salto por recuperación de inventarios, en torno al 1,6% cuando su potencial es sobre el 2%, algo que sin duda se debe al enorme endeudamiento público que, como nosotros, le ha impuesto el Establisment socialdemócrata disfuncional que padecen. El caso indio lo recomendamos hace años y ahí van, cumpliendo con lo previsto a pesar de la peste roja.
Huyen del gigante asiático
Este es un grupo de países con serios conflictos con China de quien son grandes proveedores y consumidores. Por un lado están los menos desarrollados, donde destaca Vietnam, otra alternativa a China, con gran crecimiento, y Tailandia. Por otro países más desarrollados que se están yendo de China, Japón y Corea, y que podrían, por el comentado "insourcing", invertir aquí si hubiera condiciones; esto último, como la Nueva Pax Americana, lo ha visto muy bien el Reino Unido, por ejemplo.
¿La alternativa perdida?
Me refiero a Hispanoamérica y Brasil quienes, con mano de obra abundante, podrían servir de alternativa a algunos productos chinos. También son importantes productores de materias primas, lo que les hace competidores de Rusia. Además, por su posición geográfica, el riesgo en el transporte a Europa es casi nulo. La peor previsión (siguiente gráfica), si excluimos la Venezuela podemita, es para Argentina, siendo para el resto moderadamente robusto pero con un alto riesgo por la chavización política.
El origen de este desastre radica principalmente en sus partitocracias para vasallos que quieren un amo exterior, como la nuestra, con sistema electoral proporcional de listas, siendo Chile (lo advertimos) el último en incorporarse al suicidio nacional, donde cinco chorizos deciden quién puede ser diputado. Esta locura le va muy bien a Rusia, cuya apoyo al chavismo y a la podemización de la región también vimos como caso curioso de choque de civilizaciones. Todos, como nosotros, están en proceso de cambio de ciclo generacional y es una lástima que no vayamos a aprovechar bien el ciclo económico que empieza, sobre todo para los petroleros tras la destrucción de oferta por la pasada guerra de precios.
¿Lo pequeño es hermoso?
Eso era lo que afirmaba el muy promocionado e influyente Ernst Schumacher pero, a nivel de países, salvo Portugal, lo que realmente ha contado es que o lo hacían muy bien o desaparecían, siendo Israel el último en incorporarse a esta lista y que, vistas las tendencias demográficas de las distintas civilizaciones, marca el camino a seguir por Occidente. Son sitios ideales para hacer negocios aunque, salvo Israel, su crecimiento sea muy bajo; en algunos de ellos no somos bien vistos, pero no reforzarse allí sería absurdo.
Los grandes de Europa
Salvo Polonia, que es la que tiene mejor previsión (casi 3%, tras el salto por recuperación de inventarios) y con la que no terminamos de integrarnos bien (más potencial), son mercados del todo imprescindibles para nosotros, de modo que, aunque la previsión es muy baja, 1,5% o menos, hay que mantener el esfuerzo pues sigue habiendo oportunidades más allá de la sustitución de China.
El caso español, que está en una situación crítica, lo veremos en detalle cuando informen de los últimos datos del Producto Interior Bruto a finales de mes, pero tal vez lo más preocupante, dada nuestra desastrosa forma de gobierno, sea que los cuatro principales países de la anterior gráfica, también sustituyan a España como proveedor internacional, algo que ya se dio con el contrato de las fragatas para la US Navy que se llevó Italia. Luego está el Reino Unido, la antítesis de España, que está cambiando de ciclo generacional, y que, precisamente por ello, incluso con la adversidad del Brexit, mantiene el tipo por sobre los grandes.
"Jihad zone"
Que además es la que se ha de transitar para importar nuestros principales insumos industriales: el Próximo Oriente, una región muy favorecida por Occidente y donde ocurre algo parecido a lo comentado de China, sino véase el caso turco (o el marroquí) que está en una guerra proxi con Francia en Libia.
En general, y en este caso más todavía, fuera de Occidente, si no tienes "un buen garrote", no te respetan. La opción del garrote la vemos como disuasión y el mayor éxito de esa estrategia ocurre si no lo has tenido que usar. Aquí, con nuestro mesianismo político (en realidad corrupción), se hace lo contrario y solo un tonto o un corrupto (nos han vendido) puede pensar que resolver el déficit público se puede hacer destruyendo la defensa, que es 1% del PIB, siendo "lo público" pasa el 45% del PIB; pagaremos muy caro la falta de disuasión creíble.
Oriente próximo es una zona tentadora por su alto crecimiento, inducido por la explosión demográfica y por Occidente, pero ir allí sin una buena disuasión doméstica lo encuentro demasiado arriesgado, incluso en Egipto. Preocupa el poco crecimiento de Argelia, aliada rusa, muy armada (6 submarinos por 1 España, etc.), con ambiciones declaradas en la plataforma continental balear y que, como Marruecos (tanto monta), nos puede montar una yihad en casa fácilmente.
Un ciclo duro
Hace años, cuando presentábamos la tabla de gestión económica (libertad económica, corrupción y PIB), advertíamos que el mundo, de Sudáfrica a Turquía o de Marruecos a China, se volvía más salvaje y que, según los estadounidenses modificaban su hegemonía, debíamos reestructurarnos. Lamentablemente ha reinado el clientelismo y la corrupción, teniendo ahora que enfrentar un ciclo muy modesto, con muchos más riesgos, con una pandemia interminable, estando extremadamente endeudados y con un enorme daño demográfico.
Trump derribó el Nuevo Orden Mundial de George Bush padre y Biden simplemente le copia hasta que consiga enterrarlo. No es un buen panorama, pero es lo que toca, pues lo anterior era insostenible. Lamentablemente, al paso que vamos en España, me temo que para nosotros el siguiente ciclo será peor.