Con el estallido público del caso Koldo-Ábalos que, como acertadamente señala Alejandro Vara, puede acabar siendo Koldo-Ábalos-Sánchez, el interés se ha centrado básicamente en las aristas penales del suceso. Con todas las reservas que son necesarias en un suceso como éste, la información que se va conociendo parece apuntar a un claro supuesto de corrupción con tintes delictivos. De así confirmarse finalmente, caerá -deberá caer- la correspondiente condena judicial sobre todos los presuntos corruptos, los tres que dan o darán nombre al caso y aquellos que les acompañaron en la comisión de los posibles delitos que podrían haber cometido. Siendo esta cuestión la más trascendente que debe dirimirse, debería también caerles una contundente reprobación moral pues su conducta habría infringido los valores más elementales de la ética. A la espera de conocer el resultado de la investigación, determinados datos del caso que ya están constatados me inducen a realizar una valoración desde un prisma diferente.
Es un hecho que el ciudadano Koldo era asesor del ministro Ábalos. Para hablar con más precisión jurídico-administrativa, era un vocal asesor en el Ministerio dirigido por el segundo. El citado puesto, vocal asesor, está catalogado con el nivel 30 en la jerarquía administrativa de la Administración que es el más alto en la relación de sus puestos de trabajo. Es ocupado habitualmente por un funcionario de carrera si bien excepcionalmente puede ocuparse por una persona que, careciendo de dicha condición, tenga el bagaje profesional adecuado para cumplir su desempeño. Es un dato que el ciudadano Koldo no cumplía la primera condición -ser funcionario de carrera- y resulta innegable que tampoco lo hacía con la segunda. Está claro, haber ejercido de portero de un local de peculiar divertimiento, haber sido conductor de determinadas personalidades, tener un historial de condenas por agresión física con causación de lesiones … no constituyen el mejor aval para justificar el asesoramiento que pudiera realizar sobre las competencias atribuidas al Ministerio de Transportes. Estamos, así, ante un nombramiento claramente irregular que premió al nombrado con una elevada retribución para pagarle unos favores o servicios totalmente ajenos a la función que debiera cumplir en el puesto para el que se le nombró. Un auténtico escandalazo si se me permite la poco académica expresión.
Resulta inevitable poner en relación lo expuesto con la recurrente crítica que recibe Sánchez por ser su Gobierno el que ha batido el récord en el número de asesores designados, entre 850 y 1.100 según las distintas informaciones publicadas, del orden de un 50% más de los dispuestos por el Gobierno precedente, el de Mariano Rajoy. En un plano de ingenuidad puede asociarse esta inflación de asesores exclusivamente con la tradicional vocación estatista de la izquierda española, especialmente acusada desde el liderazgo de Sánchez. Ahora se comprueba que no solo es así, que existen más motivos para que en el actual Gobierno haya crecido el número de asesores como las mil flores que reclamaba Mao Tse Tung durante la Revolución Cultural que él mismo propició en China y que acabó propiciando la realización de verdaderas atrocidades políticas y humanas, cuestión que ha concurrido históricamente en todos los movimientos políticos que toman como base la ideología socialista.
Resulta inevitable preguntarse por el curriculum profesional de los mil Koldos que han sido nombrados para el puesto de vocal asesor en la Administración por el largo dedo de Sánchez
Así, de situarnos en el escenario menos sangrante resulta que la multiplicación de asesores en la Administración pública que han implementado Sánchez y su cohorte de colaboradores ha sido un mecanismo para pagar a algunos con dinero de todos los servicios ajenos a la gestión pública que debieran prestar. Y si nos situamos en un plano más acusado, sucede que, además de lo anterior, es también un instrumento para adueñarse de la Administración del Estado y poder así utilizar sus resortes para enriquecerse ilegalmente. Resulta pues inevitable preguntarse por el currículum profesional de los mil Koldos que han sido nombrados para el puesto de vocal asesor en la Administración por el largo dedo de Sánchez y preguntarse al tiempo por las funciones que realmente están ejerciendo.
No acaba aquí el esperpento pues también hemos sabido que el ciudadano Koldo fue nombrado vocal del Consejo de Administración de la empresa pública Renfe Mercancías, nombramiento que le proporcionó un goloso aumento de sus ya injustificadas retribuciones. No es necesario esforzarse para afirmar la absoluta incompatibilidad entre el bagaje profesional del personaje con los requerimientos propios del puesto de consejero de dicha empresa. Quiere decirse que la invasión perpetrada por el sanchismo no se limita a la Administración pública, sino que alcanza también al sector público empresarial. De ahí su empeño en aumentarlo.
Saquear el Estado, ese botín del socialismo
Con la óptica de quien ha trabajado en el Sector Público durante veinticuatro años sirviendo a los intereses generales, veintiuno en el ámbito de la Administración y tres en la esfera de la empresa pública, yo me declaro absolutamente escandalizado. La invasión socialista del aparato del Estado con objeto de utilizar los recursos públicos para la satisfacción de fines espurios, fueran personales o fuesen partidistas, infringiendo para ello el Código Penal es el atentado más grave que puede perpetrarse contra el interés general. Y, por cierto, deja en pelotas -perdón por el vulgarismo- todo el discurso progre rebajando hasta niveles freáticos la bandera de su pretendida superioridad moral, esa que enarbolan con un grado ilimitado de hipocresía moral. Ahora puede entenderse la obsesión socialista por aumentar el tamaño del Estado pues cuanto mayor es su dimensión, mayor es el botín que obtienen al saquearlo.
No quiero acabar sin referirme a unas palabras pronunciadas el pasado viernes por Pedro Schwartz en un merecido homenaje que le dimos un grupo de amigos, todos liberales por vocación, que acudimos entusiastas al acto ideado por Lorenzo Bernardo de Quirós y organizado por Ignacio Yusti. Con la brillantez que le ha acompañado en su trayectoria profesional y política, dijo el maestro de tantos que, al final, ganaremos pues tenemos la razón. Es así, frente al socialismo ramplón al liberalismo le asiste la razón intelectual pero también, y de qué manera, la razón moral.
Flandes
Abalos y Koldo, los chicos de los recados, genuinos representantes del socialismo patrio, la sanchosfera. El latrocinio de los ERE’S, va a terminar resultando un juego de niños al lado del actual. El mandamás de la trama corruta, que diría el de los maletines en las gasolineras, es el “bombón” de La Moncloa.
farmyardcheek
Ya que habla de militarizar, le cuento. Yo hice la milicia universitaria, y quería hacerla en el Cuerpo de Ingenieros, pero me exigían 30 meses de mili. Acepté. Por cierto, esos 30 meses me han venido muy bien para completar mis 35 años cotizados para la jubilación.
farmyardcheek
Sus preguntas son dignas de un cómico
farmyardcheek
Su pregunta es digna de de un cómico.
Juanmanuelito
Habla don Ignacio de "escandalazo". El problema que tenemos aquí es que media España ha dejado de escandalizarse.