Vi el vídeo hace unos cuantos días -como miles de personas- pero lo dejé pasar. No quise escribir sobre él. ¿Para qué? No había mucho más que añadir. Reconozco que, en un principio, sólo pude reír y pensar: “Menos bótox y más libros”. Sin embargo, reposada ya la secuencia, lo que sentí fue una inmensa pena. Y no hay nada peor que sentir lástima por alguien.
Desgraciadamente, no es nuevo que un certamen de belleza deje alguna de las respuestas de sus participantes para el recuerdo. No hay más que bucear por la red para encontrarte con perlas del pasado que nutren de carcajadas y asombro el presente. Rescato de internet, por ejemplo, el ridículo que hizo una tal Magdalena hace unos años en uno de estos concursos cuando el presentador le pidió que contara cuál había sido su mayor logro y porqué. “Alcanzar el éxito -soltó ella- no es cuestión de azar. Es un cúmulo acumulado en todas el tiempo perfecto. Considero. Muchas gracias”. La frase es textual. Un cúmulo acumulado. No me he vuelto loca. Y lo mejor es que, después del ridículo, Magdalena se alejó del micrófono con la espalda erguida, firme, desfilando sonriente, como si nada. Vaya ovarios.
Confieso que, de alguna forma, puedo hasta admirar la valentía de estas mujeres porque si yo hubiera pronunciado lo que dijo recientemente la representante de Cataluña en Miss Universo España 2024, estaría ahora mismo escondida bajo tierra y sumida en la más absoluta vergüenza. Ella justificó el error alegando que fue un desliz, una confusión de términos, que escuchó “notabilidad” en vez de “natalidad”. Vaya cuajo el suyo si tenemos en cuenta que la respuesta seguía siendo bochornosa. Hueca. Sin sentido. “El descenso de la notabilidad en España es un tema que lamentablemente nos está impactando muy fuertemente a nuestra sociedad. Eh. El descenso de la notabilidad es algo que nos hace sufrir y es algo que tenemos que luchar en contra, ¿vale? Pero, también es algo que nos puede contribuir y que nos puede mejorar como planeta y como sociedad”.
“Yo lo he llevado muy bien, la verdad. O sea. El momento de estar en el escenario y que te hagan la pregunta y tú no la entiendes, yo lo que sabía es que no iba a no responder nada, o sea (…)”
Lo siguiente, es de sobra conocido. El video se hizo viral y su nombre pasó a formar parte de la extensa lista de Misses sin respuesta a una pregunta. Cómo quedó en el certamen, ni idea. Pero, para entonces, Lara Doval era ya una estrella y protagonista de innumerables titulares. Cuál fue mi sorpresa el lunes cuando haciendo zapping la encontré siendo entrevistada en un programa precisamente de zapping. Lo cierto es que me sorprendió verla dando la cara después del sonado percance y me llamó la atención, sobre todo, su falta de sofoco. “Yo lo he llevado muy bien, la verdad. O sea. El momento de estar en el escenario y que te hagan la pregunta y tú no la entiendes, yo lo que sabía es que no iba a no responder nada, o sea (…)”. Ahí sonrió y yo pensé: pues quizá el silencio hubiera sido lo mejor. Después, añadió: “Pero bueno, algo dije y parece que es una respuesta bastante universal”. Olé ahí. Lo grave es que la cosa continuó porque al ser preguntada por cómo vivió el hecho de convertirse en tendencia, esto es lo que soltó la joven. “Con mucho humor, me han venido tantas oportunidades desde que ha pasado todo esto. Sí, sí. Ahora como que me estoy subiendo al tren, por así decirlo. O sea. Lo estoy viendo como una gran oportunidad (…) Y a veces la gente me ve y dice como un comentario y yo sigo: si, mira, soy Miss Notabilidad”.
Pues eso, Miss Notabilidad y con orgullo. Nada como reírse de una misma o que se rían de ti y ni siquiera te des cuenta. Qué terrible. Prefiero ahorrarles el resto de la conversación que tiene frases como: “Las preguntas siempre están basadas en nuestra opinión sobre (…) Tu siempre vas a tener una opinión”. Ojalá hubiera tenido una opinión porque la traca final llegó cuando el presentador del programa le dio la oportunidad de resarcirse del incidente y lo que hizo Lara fue resbalar de nuevo con la banda puesta. “Pues la crisis de natalidad en España es un reflejo de nuestra sociedad y es un reflejo de la carrera y de las oportunidades que están teniendo las mujeres. No podemos como mujeres trabajadoras que están, emprendedoras, permitirnos tener tantos niños y entonces yo creo que es algo positivo en ese sentido. Eso sí, deberíamos tener la oportunidad de tener un mejor equilibrio entre la vida profesional y la vida familiar. Y entonces así combatir este problema universal.”
Ni la indemnización en diferido de Cospedal resultó tan farragosa. Y eso que había tenido tiempo la chica de elaborar algo coherente. Había una idea de fondo, pero nada. A ratos se trastabillaba, a ratos daba la sensación de que estaba leyendo. Sin embargo, desde el plató le aplaudieron, así que ella se rio, se atusó el pelo y hasta otra. Se subió al tren Miss Notabilidad para seguir dando la nota. Y no la culpo, me preocupa más leer que todo esto ha abierto un debate para que las preguntas en estos certámenes sean más sencillas. ¿Cómo? ¿No deberían ellas cultivar tanto cuerpo como mente? ¿Qué mundo queremos construir? Eso sí que es digno de atención, sí que merece cierta notabilidad.