Se acercan momentos creativos en la política pues en breve se va a celebrar el gran cónclave de los socialistas españoles que alumbrará ideas fecundas, ya se anuncia que será lo nunca visto en materia de ingeniosidades ideológicas. Más importantes que estas han de ser las novedades orgánicas, llamadas así no porque salgan de los órganos de quienes las conciben sino porque afectan a la estructura del Estado. ¡Ahí es nada! ¡tocarle los órganos al Estado!
Pues en eso estamos. Se ha producido algún movimiento que podemos calificar - en términos de estrategia- como avanzadilla. En el BOE de 28 de septiembre pasado se ha creado el cargo de "Director del Gabinete del director del Gabinete" (sic) lo cual es un hallazgo parecido al que hizo el noble pueblo ruso al descubrir la "matrioshka", una muñeca en cuyo interior se hallaba otra muñeca, y en esta otra y otra, todo seguido hasta el hartazgo estético.
Medite el lector: si ahora ya disfrutamos cuando nos encontramos con un director de Gabinete ¿qué será a partir de ahora al saber que dentro de él hay otro y, dentro del otro, otro y así sucesivamente?
Tenemos asimismo el caso de un golpista catalán que ha sido indultado. Pues bien, se ha descubierto que hay que indultarlo de nuevo porque el primer indulto no abarcaba con suficiencia la suma de sus iniquidades. Surgirá así el indultado que acoge en su seno otro indultado, con lo que llegaríamos al indultado macizo, sin fisuras, un golpista todo él indulto, como esas sombras repetidas mil veces que sacan los poetas en sus momentos más inspirados.
Ministerio de Senectud
Transitamos pues por el buen camino. Preciso es, empero, avanzar. Como existe un Ministerio de la Igualdad y otro de la Infancia y la Juventud. lo facilón sería proponer ahora el de la Senectud Artrítica y la Madurez Menopáusica.
Sin embargo, más transversal me parece, a la vista del panorama nacional y de los derroteros por los que se adentra, dar la campanada con el ministerio "de la Mojiganga" con sus direcciones generales dedicadas a la "Farsa" y a la "Extravagancia", a las que se investiría con las competencias para emitir noticias contradictorias, confusorias y derogatorias.
Las líneas generales de su política se elaborarían en la Secretaria de Estado "de la Tinta del Calamar", concebida como órgano central en la conformación del próximo Gobierno. Tendría el delicado cometido de producir los "argumentarios" creando con ellos una realidad probablemente tartamuda pero elocuente y líricamente insultante.
Trapisondas y zagarateros
Al frente de esa Secretaria "de la Tinta del Calamar" habría que poner a un sujeto (a) que hubiera superado el más exigente de los másteres dedicados a adiestrar a trapisondas y zaragateros.
A sus órdenes estaría un personal compuesto, no por funcionarios profesionales, formados en aquel turbio pasado que ignoraba lo plurinacional, sino por un grupo de entusiastas calvatruenos cuidadosamente seleccionados por los sindicatos.
Estas son las líneas generales que, desde mi insignificancia, me atrevo a proponer al areópago de delegados del partido del Progreso, afanosos en la búsqueda de su supervivencia alimenticia. Y, por ello, tan admirables como heroicos.