La convocatoria electoral, por vez primera en nuestra democracia, en unas fechas veraniegas donde millones de españoles disfrutarán de sus vacaciones, despierta en la mayoría, entre los que me incluyo, la sospecha de algún interés particular de Sánchez, que nada tiene que ver con lo que más le interesa a España. Parece que lo sensato hubiera sido esperar a septiembre y la presidencia europea que asumimos como país en el segundo semestre, argumento oficial utilizado por nuestro presidente, suena a burda excusa. Muchos son los que creen que las prisas por anunciar la disolución de las Cortes sin antes convocar un Consejo de Ministros, y llamar a las urnas en el primer domingo (antesala de un puente allí donde el 25 de julio, día de Santiago, es festivo) que legalmente podía hacerlo, están impulsadas por el deseo de Sánchez de cortar de raíz toda crítica interna, frenar el debate público sobre los resultados de las municipales y autonómicas, perjudicar el acuerdo de las fuerzas que en su día fueron Podemos (antes el PCE) y ahora son una extraña suma de siglas y líderes a cual más estrambótico… o una mezcla de todas.
Parece que lo sensato hubiera sido esperar a septiembre y la presidencia europea que asumimos como país en el segundo semestre, argumento oficial utilizado por nuestro presidente, suena a burda excusa
Por supuesto también podría estar detrás de su decisión el convencimiento de una mayor abstención debido al periodo vacacional, especialmente en Madrid, donde tantos votos consigue el PP y donde tantísimos madrileños no estarán en la ciudad un 23 de julio. O es la suma de todos esos motivos. Se ha llegado a decir que Sánchez quiere que no sea su gobierno el que tenga que hacer los recortes que habrá que llevar a cabo pero yo estoy convencido de que Sánchez cree que puede volver a gobernar, y que ha convocado elecciones convencido que será capaz de sumar, con sus socios habituales de estos años, más que la suma de PP y Vox.
Para mí, si hay motivos económicos en la decisión de convocarlas el 23 de julio, no son las presiones de la UE porque mejoremos nuestras cuentas públicas, ya que Sánchez creo que sólo piensa en el corto plazo. Hay dos datos macro que se conocerán de aquí a las elecciones que le ayudarán a maquillar el balance económico de su legislatura: el IPC y el PIB. Acabamos de conocer el dato de IPC interanual adelantado de mayo y ha sido del 3,2%, una cifra muchos más baja que las que estamos acostumbrados a ver desde hace un par de años, y el dato de junio, que será el que esté “vigente” cuando votemos, lo mismo es un “2 y pico”, que aún suena mejor. Pero sin querer enfriar la euforia, hay que tener en cuenta que la inflación es acumulativa, que ahora suba menos que hace un año no implica que los precios estén bajando. Sí hace un año el barril de petróleo Brent rondaba los 110 dólares y ahora ronda los 70 (-36%), principal motivo por el que el IPC reduce su crecimiento, y aun así los precios siguen subiendo, creo es evidente que no podemos estar contentos. Primero porque la sequía y la llegada de millones de turistas internacionales seguirán impulsando los precios de los alimentos y segundo, porque a medio plazo, aunque 2023 acabe mejor de lo que se esperaba, una vez acabado este efecto base de comparar con los máximos de 2022, y que se diluirá en los próximos meses, será muy complicado llegar en 2024 al objetivo del 2%.
No obstante, evidentemente es un buen dato que se reduzca tanto el crecimiento del IPC, sobre todo porque es mejor que los de otros países de nuestro entorno.
Otra cifra a la que se agarrará el actual bloque de gobierno para presumir es que por fin hemos vuelto al nivel de PIB prepandemia, algo que hace unos meses parecía que no ocurriría hasta 2024. A esto ha contribuido que el invierno frío con precios de los combustibles altísimos -que se predijo- no ocurrió, el dinero europeo y el impulso del turismo, pero sobre todo el aumento espectacular de la deuda. Somos el segundo país de la UE que más ha tardado en recuperar el PIB de 2019 y para conseguirlo nos hemos endeudado en más de 300.000 millones de euros, losa que cada vez es mayor porque los intereses para poder financiarla están, al contrario que los últimos años, subiendo.
El que un país cada vez deba más (aunque desde los máximos de 2020 se haya reducido la ratio deuda/PIB, sigue estando casi 15 puntos por encima de 2019), y que cada vez se vea obligado a destinar una mayor parte del presupuesto a pagar a los acreedores, no es una buena noticia. Y sin embargo, el candidato Sánchez lo venderá como algo positivo.
Somos el segundo país de la UE que más ha tardado en recuperar el PIB de 2019 y para conseguirlo nos hemos endeudado en más de 300.000 millones de euros
Lo mismo somos cuatro “frikis” los que seguimos el PIB y el IPC y para nada influye en los votantes pero es importante puntualizar la propaganda electoral. Del mismo modo, en muchos países la tasa de paro tras la pandemia se ha ido a mínimos históricos, por lo que tampoco es que tenga sentido que presumamos de ello en España, cuando somos el líder de paro de la UE y el cambio semántico que ha elevado el número de contratos indefinidos no ha reducido la temporalidad, y sin embargo la campaña electoral de Yolanda Díaz se basará en ello, y no en lo mal que funciona el SEPE, por ejemplo. Por último, aunque es evidente que la ideología lo impregna todo, y eso incluye la economía, lo cierto es que el balance del gobierno Sánchez en este aspecto no es malo porque sean socialistas o comunistas, ya que un gobierno de ideología similar en Portugal ha obtenido muchos mejores resultados, es una cuestión de gestión, de elaborar unos presupuestos incorrectos, de tomar medidas equivocadas, de legislar mal (o de no hacerlo, como en el caso de la okupación), de hacer declaraciones que reducen el optimismo inversor, de ser cortoplacistas etc. Esperemos que el próximo gobierno, aunque sea liderado por los mismos, haya aprendido de esos errores.
vallecas
Usted lo ha dicho "4 raros". Nadie va a votar pensando en ello. La gente va a votar en contra o a favor de Sánchez. Por arrogante y prepotente, cualidades éstas reñidas con la inteligencia, Pedro Sánchez va a sufrir una derrota sideral. Llegado ese momento el ·chulo" de la Moncloa se tendrá que "conformar" con la jubilación de "oro" de ex- presidente. ¿Valiente, audaz?. ja y ja.