Alrededor de 40 años tendrían ahora los cinco niños asesinados en el atentado ordenado por Josu Ternera contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza. Corría el año 1987. No hay palabras que puedan justificar, explicar o hasta describir ese espanto, ese horror. Este tipo resulta tan repugnante como el resto de su calaña criminal, aunque quizás algo más porque no han sido juzgados estos hechos, ya que permaneció oculto durante 16 años, como una sabandija, un reptil infecto.
¿Qué le preguntarían los padres de las criaturas asesinadas? No hay castigo suficiente frente a este crimen. Quizás un Oscar en el apartado de sanguinario, como quizás también habría que entregárselo a quien lo ha entrevistado, porque el periodismo va de eso, de poder acercar a la audiencia la vida tal como es. Me da igual la vida de este Ternera, podría estar muerto, debería estarlo, como lo están en vida los padres de aquellos chiquillos. El Festival de San Sebastián ha pretendido poner en el mismo foco tanto el ejercicio periodístico del autor de este documental, Jordi Évole, como la vida de este asesino en serie. Se puede optar por no ver esta entrevista, pero quizás no cabe rechazar su propia existencia porque puede haber perdón, pero jamás olvido. Sin documentación escrita, gráfica, el olvido se hace realidad.
La Justicia ha de cumplir con su misión de hacer cumplir la ley, y volcar su brazo punitivo sobre todos aquellos que han incumplido las normas de la convivencia y el respeto sagrado a la vida
Ojalá José Antonio Urritikoetxea Bengoetxea, este Ternera, no hubiera existido. Ni tampoco la banda que dirigió. Pero son realidades que deben permanecer en la memoria colectiva de este país para que el pasado no se borre, para que estos hechos no se repitan, para que no vayan a parar al rincón de los olvidos. El debate está en el ambiente. Es natural. Por eso cabe reflexionar sobre ese respeto máximo que merece el derecho a saber, a conocer, a informar, a plasmar una realidad, por repugnante que resulte frente a la sociedad. Los medios de comunicación tienen ese deber, el de mostrar la realidad tal como es. Igual que la Justicia ha de cumplir con su misión de hacer cumplir la ley, y volcar su brazo punitivo sobre todos aquellos que han incumplido las normas de la convivencia y el respeto sagrado a la vida.
El legado atroz de Ternera y su banda debe estar presente en nuestra memoria, por las víctimas, por su dolor, por incluso por su olvido, en el que hay tanto político empeñado, como si aquí nada hubiera pasado. Este criminal se ha sentado frente a un periodista, que le ha ofrecido su cámara y su capacidad de difundir sus ideas, sus mensajes. Ahora toca que, impepinablemente, la Justicia cumpla con su labor. Hay hecho que no pueden esconderse, que no se puede 'pasar página'. Interior cifra en 853 los asesinados por ETA, veinte de ellos, menores de edad. Casi trescientos casos siguen aún sin resolverse. Que les explique Ternera a sus familias qué pasó.
joluisma
Menudo REVENTON del EVOLE, especializado en blanqueo de "terroristas" incluido el Papaaaa.?
arturo moreno
Sí a la información, no a convertir en héroe a un sanguinario terrorista.
vallecas
Tiene usted (es) Dª Inma un problema mental irreparable. Solo viviendo en una ensoñación pueden vivir el día a día. Critican a los terroristas y apoyan a Sánchez que pacta con ellos. Quiero pensar que es pura simpleza decir que esto es un mero trabajo periodístico. Es un blanqueamiento de "libro". Darle la oportunidad a un asesino de "humanizarse" sabiendo que va a recibir un apoyo institucional. Utiliza torpemente la frase hecha de "Perdonar pero no Olvidar". Ninguna persona Humana puede perdonar al asesino de sus hijas ¿Usted lo haría??