Cada crisis sacude nuestros cimientos, agrava las desigualdades existentes y revela la discriminación arraigada. Al igual que las crisis económicas mundiales anteriores, la pandemia de la covid-19 es apátrida y devastadora. La única respuesta efectiva tendrá que ser también global: coherente, unida y regida por principios. En cada crisis reside la oportunidad de reconstruir mejor, y esto es a lo que todos debemos aspirar.
La igualdad importa ahora más que nunca. Esta pandemia ha puesto de manifiesto el efecto devastador de las desigualdades, y las está agravando. Debemos responder con acciones inmediatas, concertadas y decididas para poner fin a las múltiples formas de discriminación que exponen a las personas a sufrir daños. Desde un punto de vista médico, económico y moral, no podemos permitirnos olvidar a los más afectados por la covid-19, a menudo los más pobres, y a los que no siempre se ve o se escucha. Una sociedad que se afana por lograr la igualdad es juzgada en última instancia por el modo en que se ocupa de sus habitantes más vulnerables.
Agua y saneamientos dignos
La covid-19 está poniendo claramente de manifiesto que el respeto de los derechos humanos salva vidas. Del mismo modo que muchas patologías médicas preexistentes constituyen comorbilidades que favorecen la progresión acusada del virus, los daños sociales y económicos subyacentes también son comorbilidades que propician el contagio. Poner fin a la discriminación, mantener la igualdad de acceso a la asistencia sanitaria, el derecho a una vivienda digna, al agua limpia y al saneamiento, y la protección social esencial -por citar solo algunos ejemplos- serán fundamentales para superar la pandemia.
La solidaridad debe prevalecer en nuestra respuesta a la pandemia. Muchas personas en todo el mundo han demostrado su preocupación mutua durante esta crisis. Otras han reaccionado con ataques físicos y verbales a grupos que ya eran vulnerables. Esto no solo daña a las personas, sino que también perjudica los esfuerzos por combatir el contagio y el daño económico causado por el virus.
Las Naciones Unidas y la Unión Europea seguirán trabajando conjuntamente para dar respuestas a la crisis del coronavirus que se asienten en la igualdad, a la vez que progresan sobre la base de la fructífera cooperación en curso, como la Iniciativa 'Spotlight', que representa un esfuerzo mundial sin precedentes para invertir en igualdad de género.
Las Naciones Unidas y la UE han reafirmado su compromiso de defender los derechos de las personas discapacitadas, que se han visto afectadas de forma desproporcionada por la crisis
Este es también el motivo por el que 138 Estados miembros y observadores de las Naciones Unidas han unido sus fuerzas en la declaración del secretario general de las Naciones Unidas a favor de una respuesta inclusiva de los discapacitados a la covid-19. Las Naciones Unidas y la UE han reafirmado su compromiso de defender los derechos de las personas discapacitadas, que se han visto afectadas de forma desproporcionada por la crisis, en consonancia con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Todos los países deben hacer lo mismo, garantizando que las medidas y los planes de recuperación actuales hagan hincapié en las necesidades de las personas que son víctimas de la discriminación.
Esto es lo que ha hecho la Comisión Europea con sus propuestas de Plan de Recuperación. El instrumento de emergencia 'Next Generation EU' refuerza el presupuesto de la UE con 750.000 millones de euros adicionales, garantizando que la igualdad sea el eje de la recuperación. Por ejemplo, el Plan de Recuperación intensificará la preparación frente a las crisis y la gestión de crisis, otorgando un papel más importante al Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades en la supervisión de las pandemias y proporcionando directrices adecuadas a todos los ciudadanos, especialmente a las personas vulnerables, como los discapacitados y los ancianos. El objetivo es hacer frente a los desafíos que plantea la pandemia de coronavirus y garantizar que la recuperación sea socialmente justa e inclusiva.
Todos somos conscientes de la diversidad de pueblos, culturas y tradiciones de nuestras sociedades. La covid-19 constituye un desafío multidimensional, y solo venceremos si sumamos todos los recursos y el talento de que disponemos, sin dejar a nadie atrás.