Opinión

Pedro Sánchez y su Gobierno protegieron a Rubiales… hasta que llegó el piquito

Pedro Sánchez, Miquel Iceta, José Manuel Franco: todos miraron para otro lado mientras se desvelaban las presuntas corruptelas de Luis Rubiales con Piqué, las mordidas, los viajes... Hasta que llegó el beso y el machismo y Sánchez bajó el pulgar

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Luis Rubiales. -

Pedro Sánchez y su Gobierno hicieron lo posible para que Luis Rubiales no cayera. Durante meses, mientras se publicaban los audios de sus pelotazos con Gerard Piqué en Arabia Saudí, sus viajes pagados por la RFEF y sus fiestas, el presidente, su ministro, su responsable de Deportes, miraron para otro lado. La corrupción no le pasaba factura a quien presumía de intercambiar mensajes con el inquilino de la Moncloa. Solo el beso a Jennifer Hermoso hizo caer el pulgar de Su Sanchidad y convirtió a Rubiales en un apestado.

La demostrada hipocresía de Pedro Sánchez no ha sido una excepción en el escándalo de Luis Rubiales. Desde 2022, las revelaciones periodísticas ponían en la picota las actividades del presidente de la RFEF. El Consejo Superior de Deportes no quiso intervenir y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), el organismo con capacidad para inhabilitarle, permaneció inane.

Luego, cuando las revelaciones de todos los chanchullos de Rubiales llegaron a los tribunales, el propio CSD argumentó que –al estar en la justicia ordinaria- el TAD ya no podía actuar. ¿Por qué esa condescendencia con Rubiales por parte del Ejecutivo y de Pedro Sánchez?

Pedro Sánchez, Luis Rubiales y la caída

Solo cuando el presidente de la RFEF –según su tío, Juan Rubiales, pasado de fiesta de la noche anterior- se agarró sus genitales en el palco de la final del Mundial que compartía con la Reina y dio el ‘piquito’ no consentido a Jennifer Hermoso provocando la reacción del feminismo, Pedro Sánchez condenó a Rubiales y le dejó caer. Hasta entonces, él y su Gobierno habían mirado para otro lado.

Tras la detención de Rubiales esta semana a su llegada de República Dominicana y su posterior puesta en libertad, el sumario del caso ha reflejado negro sobre blanco la trama de blanqueo, mordidas y la organización criminal que se había montado desde la RFEF con el silencio, cuando no la vista gorda, del Gobierno de Pedro Sánchez y de sus máximos responsables del deporte.

"Rubiales pactó con Piqué un pelotazo de 24 millones por la Supercopa en Arabia: Os quedáis 6 kilos" fue el primer titular de El Confidencial en abril de 2022. Eran los “Supercopa Files”. Aunque Piqué intenta dar explicaciones, el Gobierno calla. Al frente del CSD está un socialista fiel, José Manuel Franco, secretario de Estado dependiente del Ministerio de Cultura que, en esos momentos, encabeza Miquel Iceta. Otro de probada sumisión a Pedro Sánchez.

José Manuel Franco casi ni valoró el escándalo de los negocios entre Rubiales y Piqué. “No es lo más recomendable para el fútbol español", apenas acertó a decir. Y las sombras sobre la connivencia del Gobierno se extienden cuando Rubiales –sin que nadie del Ejecutivo le contradijera- se defendiera alegando que tenía el aval del Gobierno de Pedro Sánchez para llevar la Supercopa a Arabia Saudí. Este medio publicó que Sánchez ordenó defender ese traslado, ante el malestar de Carmen Calvo.

Iceta, que ante los escándalos de corrupción que afectan a Rubiales insiste una y otra vez en que la RFEF es una entidad privada y el Gobierno no puede actuar, algo que se desmintió después cuando tras el beso a Hermoso se exige a Rubiales que dimita, se puso de perfil y llegó a decir que la ley protegía la privacidad de las comunicaciones.

La actitud casi cómplice del Gobierno con Rubiales se mantuvo en todo momento cuando los problemas que se desvelaban afectaban a la corrupción. Incluso, cuando llegan las primeras denuncias al CSD sobre el piso de lujo que Rubiales usaba a cargo de los fondos públicos pese a estar censado en Madrid. El Gobierno siguió sin mover un dedo para sancionarle.

La segunda denuncia al CSD contra Rubiales llega tras publicarse cómo había contratado detectives para espiar al presidente del sindicato de futbolistas. Tampoco se movió un dedo desde el Gobierno. Lo máximo: una carta de Franco a Rubiales en la que le invita a que “proporciones a la opinión pública los datos de que dispongas para mitigar la inquietud que algunas informaciones han generado". Literalmente.

Para entonces, la Fiscalía ya había visto indicios suficientes en las informaciones para abrir de oficio una investigación por posibles delitos de corrupción. Y, sin embargo, y pese a que llegan más denuncias al CSD –hasta cinco- el organismo del Gobierno que encabeza el fiel Franco sigue sin remitir el caso al TAD. Nunca lo hizo por la corrupción. Sin embargo, solo pasaron unas horas tras el beso a Jennifer Hermoso hasta que se envió al TAD un escrito para inhabilitar a Rubiales por dos faltas muy graves.

¿Por qué Pedro Sánchez y su Gobierno dejaron campar a sus anchas a Rubiales y no actuaron hasta que se cruzó el fantasma del machismo en la entrega de medallas de la final de Australia? Rubiales, que grabó a varios ministros del Gobierno como el difunto titular de Cultura José Manuel Guirao, presumía de ser un reconocido sanchista y de cruzarse mensajes con el presidente. Algunos de ellos fueron publicados por el mismo medio.

En esas conversaciones, Rubiales felicitaba a Pedro Sánchez por sus resultados electorales, su gestión de la pandemia o sus entrevistas en medios. O, como en marzo de 2019, le pedía mediación para conseguir modificar una ley que le permitiera la reelección. “Buenos días, presidente!!! Excelente reunión con el ministro Guirao. Además de buen tipo, ya creo que conoce de qué pie cojea cada uno”, decía uno de los mensajes de Rubiales a Sánchez.

En él, se mostraba la cercanía que tenía con Moncloa. “Si sale adelante lo que hablé hace dos semanas con Iván [Redondo] y lo que él me ha comentado en la reunión de hoy, se daría un paso de gigante para volver al equilibrio natural del fútbol español”, aseguraba un exultante Rubiales en su conversación con el presidente del Gobierno.

En otros mensajes, Rubiales deseaba suerte en las elecciones a Pedro Sánchez. “Mucha suerte Pedro, mucha suerte compañero, porque te mereces un magnífico resultado y vas por el buen camino bajo mi humilde opinión. Ya sabes dónde estoy”. Y el presidente del Gobierno le respondía: “Gracias!!!! Abrazo”.

En las conversaciones publicadas, Pedro Sánchez contesta a Rubiales: “Ánimo. Se pelea hasta el final. Buenas noches. Abrazo”. Hoy, nos quieren hacer creer que este Gobierno y su presidente lucharon contra la trama…

En otra ocasión, y tras fracasar en unas gestiones contra su archienemigo Tebas, se queja a Sánchez y busca su complicidad. “Estoy solo. Sé que tú has pasado por esto y me comprendes”. “Si no fuera por las instituciones internacionales que me respaldan, ya me habría ido (…). Te pido que este mensaje quede entre tú y yo. Aunque seas mi presidente, te pido que quede entre Pedro y Luis”. “Buenas noches y GRACIAS DE TODOS MODOS”. Finalmente, Pedro Sánchez le contestó: “Ánimo. Se pelea hasta el final. Buenas noches. Abrazo”. Hoy, nos quieren hacer creer que este Gobierno y su presidente lucharon contra la trama de Rubiales…

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