Desde que empezó la guerra de Ucrania hace ya quince meses hay dos grupos en Occidente que apoyan de forma más o menos entusiasta a Rusia. De un lado están los viejos comunistas, que ven en Putin y en el ejército ruso una reencarnación de los líderes soviéticos y del ejército rojo. Su apoyo a Rusia viene condicionado por el hecho de que es Rusia la que se opone a la OTAN y a Occidente, que son los verdaderos enemigos de los comunistas desde siempre. La extrema izquierda occidental sabe que el régimen de Putin no tiene nada de comunista de puertas adentro, pero les complace que haga frente a Occidente y se erija como un contrapoder. De ahí que hablen tanto de geopolítica porque es eso mismo lo que a ellos les interesa, el equilibrio entre las diferentes potencias. Para ellos desde el final de la guerra fría EEUU hace y deshace a su antojo en un mundo unipolar. Esa es la razón por la que apoyan a cualquiera que desafíe la hegemonía estadounidense ya se trate de los ayalotás iraníes, los bolivarianos de Venezuela o la Rusia de Putin.
Que la extrema izquierda occidental se pusiese del lado de Rusia en la guerra no fue una sorpresa. Todos contábamos con ello.
En anteriores conflictos como la guerra de Irak ya tomaron partido por Saddam Hussein y por los grupos yihadistas que le sucedieron. Los llamaban resistencia iraquí y aprovechaban para reclamar su lucha siempre que podían. Algo similar sucedió con las primaveras árabes de hace unos diez años. Identificaron a muchos de los presidentes derrocados como el tunecino Ben Alí o el egipcio Hosni Mubarak como los hombres de Washington y apoyaron las revueltas. Con el libio Muamar el Gadafi lo tenían mucho más claro ya que este hombre ejerció durante buena parte de su vida como un combatiente antiimperialista.
La sorpresa, por lo tanto, no fue el hecho de que la extrema izquierda se mostrase comprensiva con Putin y las razones que esgrimió hace más de un año para desatar su “operación especial” contra Ucrania. Lo llamativo fue como una parte nada despreciable de la derecha occidental confraternizaba con el Kremlin. No era nuevo. Algunos partidos de derecha identitaria de Europa occidental estaban ya a partir un piñón con Putin. Eso era algo sobradamente conocido, pero una cosa es simpatizar con un líder extranjero con el que se tienen una serie de afinidades ideológicas y otra bien distinta es apoyarle en una agresión injustificable como la de Ucrania. Algunos de estos partidos como la Reagrupación Nacional francesa o La Liga italiana tuvieron que recular, matizar su apoyo y condenar, a veces a regañadientes, la invasión.
Lo llamativo fue como una parte nada despreciable de la derecha occidental confraternizaba con el Kremlin
En Estados Unidos la fractura se produjo dentro del Partido Republicano en un momento en el que este partido acababa de perder la presidencia. La cuestión rusa estaba, además, desde hacía ya mucho tiempo en el centro del debate. En la campaña electoral de 2016 los demócratas acusaron a Rusia de entrometerse filtrando una serie de correos electrónicos que pusieron a Hillary Clinton en apuros. A aquello se le denominó trama rusa y se investigó durante años sin sacar nada en claro. Se asignó un fiscal especial, el antiguo director del FBI, Robert Mueller, que elaboró un informe muy sustancioso en el que se revelaban contactos entre miembros del equipo de Trump y agentes rusos, pero no había pruebas suficientes para hablar de conspiración. Mueller presentó este informe en abril de 2019, sólo unos meses antes de que diese comienzo la campaña electoral que sacó a Trump de la Casa Blanca. Tras ello sobrevino la frustración de buena parte del electorado republicano y eso no pasó desapercibido en Moscú, que se guardó la bala para emplearla más adelante.
Desconocemos si el Gobierno ruso interfirió en la campaña de 2016 porque, como bien concluyó Mueller, no hay pruebas que puedan incriminarles directamente, pero de un tiempo a esta parte es público y notorio que los terminales propagandísticos del Kremlin practican el antioccidentalismo más descarado. Todo al compás de las propias declaraciones de Putin. Con la izquierda del espectro no tienen demasiados problemas. Ahí se encuentran el terreno abonado. No sucedía lo mismo con la derecha, a la que están llegando a través de otro tipo de mensajes. Según ellos Occidente se encuentra en un grado avanzado de descomposición moral, tomada por las minorías y machacada por el aborto, el divorcio, el descreimiento y la desestructuración familiar. Frente a eso se erige una Rusia cristiana, moralmente intachable que está obligada a emprender una cruzada y rescatar a Europa de sí misma y de sus propios excesos.
A través de ese mensaje han llegado a mucha gente, que, generalmente por desconocimiento cree que realmente Rusia es una reserva espiritual de la cristiandad. Digo por desconocimiento porque Rusia es el país con mayor tasa de abortos del mundo y el tercero con la tasa de divorcios más elevada. En esto sólo le supera Kazajistán, una antigua república soviética, y la pequeña república de las Maldivas en el océano Índico. En Rusia el aborto es legal desde hace más de un siglo, fue, de hecho, el primer país del mundo en legalizarlo para cualquier supuesto. En los últimos años se han aprobado algunas restricciones para combatir la crisis demográfica, pero, aun así, sigue siendo muy común entre las rusas abortar una o varias veces a lo largo de su vida. La tasa de aborto en Rusia es cinco veces superior a la de España o Alemania y tres veces superior a la de Suecia o Estados Unidos, los dos países occidentales con las tasas más elevadas. Con el divorcio pasa algo similar. En Rusia uno de cada dos matrimonios acaba en divorcio, empezando por el del propio presidente, que se divorció de su esposa Liudmila hace diez años.
En los últimos años se han aprobado algunas restricciones para combatir la crisis demográfica, pero, aun así, sigue siendo muy común entre las rusas abortar una o varias veces a lo largo de su vida
Como con el aborto y el divorcio no pueden dar lecciones, los artífices de la propaganda rusa se centran en otras cuestiones como los derechos de los homosexuales y los transexuales. En Rusia la homosexualidad se despenalizó en 1917 poco después del triunfo de la revolución bolchevique, pero veinte años más tarde Stalin volvió a prohibirla, prohibición que se mantuvo hasta la disolución de la Unión Soviética. En ese tiempo cualquier persona que se fuese sorprendida practicando relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo era arrestada y encarcelada en virtud del artículo 121 del código penal soviético. Hoy en Rusia las relaciones homosexuales son legales, pero se han promulgado varias leyes que impiden, por ejemplo, la celebración de desfiles del orgullo gay. Ha pasado algo parecido con la pornografía. Estuvo terminantemente prohibida durante el periodo soviético, luego se legalizó y hasta surgió una pequeña industria como en todo el este de Europa. Hoy Rusia es uno de los países del mundo en los que se registra mayor tráfico a sitios de contenido pornográfico como Pornhub. Respecto a la transexualidad, en Rusia es legal y se permite la reasignación de género sin necesidad de cirugía.
Los artífices de la propaganda rusa se centran en otras cuestiones como los derechos de los homosexuales y los transexuales
A la luz de los hechos no parece que Rusia sea un modelo de valores cristianos. Menos de la mitad de la población (el 47%) se identifica como cristiano, sólo el 41% como ortodoxo. El resto o son musulmanes (el 6,5%) o directamente ateos o agnósticos. Estos constituyen en torno al 40% de la población, algo similar al resto de Europa y a Estados Unidos. Rusia es un país laico en el que sus habitantes practican una religiosidad muy superficial. Hay devotos muy entregados como es lógico, pero constituyen una minoría. El relato de régimen ruso tiene, como vemos, más de realidad virtual que de otra cosa, pero a pesar de ello ha persuadido a muchos de que la Rusia de Putin es la tabla de salvación de Occidente. Con esa realidad virtual condimentada de imágenes de Putin asistiendo a Misa y besando crucifijos, los medios afines al Kremlin han creado la impresión entre una parte nada despreciable de la derecha occidental de que Europa y Estados Unidos está condenados y que sólo Rusia, que mantiene encendida la llama de la ortodoxia, puede frenar la decadencia moral que nos devora en nombre de lo que se ha dado en llamar la ideología “woke”.
Esa ideología (si es que podemos llamarla así, que lo dudo ya que no cualifica como ideología en tanto que no responden a un conjunto normativo de ideas) existe, está ahí y la enarbolan algunos partidos de extrema izquierda seducidos por el pensamiento posmoderno, la teoría francesa que llaman los estadounidenses, aunque luego la realidad es que la mayor parte de pensadores posmodernos y su aplicación más maximalista se está llevando a cabo en Estados Unidos. Pero el aborto, el divorcio o los derechos de los homosexuales y los transexuales no forman parte de esa teoría. El primero, el aborto, ha dado pie a acalorados debates en Occidente. Respecto a lo segundo, los derechos de los homosexuales y los transexuales forman parte de los derechos humanos, un patrimonio irrenunciable de cualquier persona que se diga civilizada.
De modo que lo que tendríamos con la Rusia de Putin no es más que una coartada para los reaccionarios que ya estaban en Occidente tratando de hacer llegar su mensaje a capas más amplias de la población. Putin les ha permitido poner un nombre al salvador y, sobre todo, intensificar sus ataques a la sociedad abierta, la democracia liberal, el Estado de derecho y eso que llaman globalismo, un término peyorativo que se asocia al cosmopolitismo burgués que denunciaban en la Unión Soviética. Frente a él se levanta, según ellos, el régimen de Putin convertido en sus mentes en algo parecido a un bastión de los valores cristianos tradicionales. Rusia no es bastión de nada, salvo de un etnonacionalismo tóxico que ha transformado aquel país en una irrespirable dictadura belicista. Pero lo que se libra en Occidente no es eso, sino una batalla interna no muy diferente a la que tuvo lugar durante las décadas de los 60 y los 70. En aquel momento fue mucho más violenta, esta vez se queda en conspiraciones, desinformación y, sobre todo, desconocimiento.
CORIOLANO1
Respondo aquí a su interpelación a un comentario mío ahí abajo. Mire usted, el apoyo de EEUU a Marruecos tiene una lógica geoestratégica, que. supongo resultaría ocioso exponerla aquí, siquiera esbozarla por obvia, si bien, ello no obsta para que se mantengan intactos todos los compromisos y tratados que afectan a las relaciones, no ya mutuas, sino en el ámbito de la propia NATO. Dicho esto; en efecto, la sociedad rusa tiene muchos problemas, uno de ellos es estar regida por un mandarín distópico, a la sazón, criminal de guerra probado. Y otra de régimen interno crucial y es que, a diferencia de su denostada Europa, no sirve a la oposición polonio cuando la invita al desayuno.
RafaR
Efectivamente, mientras la corte sean el Sémper, la Cuca, el Bendodo, el Pons y el Moreno... mal va la PP.
Sin_Perdon
La rusofobia del señor Villanueva le lleva a escribir estas cositas. Negar que los USA, desde la caída del telón de acero, ha hecho y deshecho a su antojo con el único interés de seguir siendo un Imperio es negar la realidad. Y para demostrarlo el propio autor enumera un buen puñado de "intervenciones humanitarias" que han acabado TODAS en desastre humanitario. Incluso se "olvida" de unas pocas: Siria, Afganistán, el golpe de estado en Ucrania de 2014 (que explica en gran manera la actual intervención rusa que el señor Villanueva se niega a entender porque él lo vale), el intento de golpe en Bielorrusia, Sudán, Somalia,... Que la sociedad rusa tiene muchos problemas sociales no es algo nuevo, de hecho es algo que ni siquiera un presidente como Putin puede solucionar ¿Usted se imagina que mañana un Abascal al uso prohibiera el aborto? ¿No sería tachado de dictador y tendría una amplia contestación social en la calle?. Vale pues lo que es impensable para España ¿Se reclama para Rusia?. De hecho la enumeración de DERECHOS que existen en la "Rusia de Putin" nos muestra una sociedad mucho más moderna y con muchos más derechos de lo que se nos suele vender. Es que Putin es un "dictador" muy raro. Pasa como en Hungría, una cosa es tener derechos y otra fomentar ciertas conductas que no dejan de ser dañinas para la sociedad. En Rusia no se fomentan como sí ocurre en buena parte de Europa. Y sí, la decadencia moral y social de Europa es alguien que nadie puede negar. Ni siquiera el señor Villanueva que se opone a un buen puñado de ellas. Pero tiene un claro problema este señor, como digo su rusofobia. Él sabrá porqué ¿Alguna novia rusa que lo engañó?.
Diego Ruiz
Incomprensible. Me publican por fin el comentario....y ahora no está. Bueno, eso que dice alguno de que la culpa de la invasión es del invadido porque provocaba (como la chavala de corta minifalda, habrase visto) la instalación de numerosas bases militares por parte de la OTAN (o sea los USA) en el territorio limítrofe con Rusia, incluyendo las repúblicas bálticas, parece que no quiere ver que esas bases precisamente se establecen con un objetivo disuasorio, no ofensivo. Disuasorio de los continuos intentos de LEBENSRAUM de Putin, cuyos valedores ya tienen el "argumento" perfecto para justificar. si Ucrania ce, el siguiente ataque de Putin a las 3 repúblicas bálticas y tb a Polonia: "Son las bases i....a" . Yo más bien les diría: "Es el LEBENSRAUM, i...a". Pero nada, ni es eso y tb está muy requetebién que Putin envenenara a Yuschenko candidato proeuropeo a la presidencia de Ucrania en 2005. Por supuesto, un títere del Gran Satán americano. Todo ello desencadenó la gran respuesta popular en la llamada primavera naranja. Previo amaño masivo electoral, Putin quiso oclocar al frente de Ucrania a su títere Yanukovich, pero no lo logró. Más adelante, tras ser presidente Yuschenko, lo fue Yanukovich en unas elecciones limpias, lo que demuestra la falacia de que Ucrania no es una verdadera democracia. La extrema derecha y la extrema izquierda siempre han ido e irán de la mano en su obsesivo odio a los USA. Siempre. Ponga unas exageraciones del Maidán de 2014 por aquí, una generalización del batallón Azov y sus simpatías nazis a todo el ejército de Ucrania, unas bases militares orque, fíjense qué raro raro....raro, los países del antiguo bloque soviético NO QUIEREN NI EN PINTRA VERSE ASEDIADOS POR LAS AMBICIONES IMPERIALISTAS DE PUTIN, y tendremos el libreto de los valedores de extrema derecha e izquierda a la invasión de Ucrania por el nuevo Hitler. Supongo que lo correcto hubiese sido dejar a tus aliados, desde 2004 miembros todos de la UE (2007 Rumanía y Bulgaria) indefensos ante las constantes amenazas de Putin y su nostalgia por la reconstrucción de la URSS y su zona de influencia: "LA caída de la URSS fue el mayor desastre del siglo XX". No el nazismo ni las guerras mundiales, sino el colapso de la CCCP. Pero no, resulta que el pobre y acosado Putin no ha tenido el hombre más remedio que invadir, muy a su pesar, a la vecina Ucrania ante las constantes provocaciones belicistas de la OTAN y loa USA, que arrastran en su deriva imperislista (Putin no es imperialista él sólo ejerce su derecho a al legítima defensa) a sus aliados europeos y extraeuropeos. Delirante. (si es que esta expresión no es tb "inapropiada")...
Diego Ruiz
Hombre por fiiiin llegóooooo la coseeeechaaaaa. Pero he puesto puntos y aparte y no los coge. Pone todo seguido. En fin, vaya tropa
Diego Ruiz
Es increíble cómo algunos no quieren ver el LEBENSRAUM de Putin. Primero Ucrania y luego las repúblicas bálticas para reintegrarlas a la casa de la madre Rusia por el nuevo zar, ex comunista. Y tb entonces a los que justifican a Putin les faltará tiempo para encontrar razones que jstifiquen un ataque demoledor a las 3 repúblicas, Letonia Estonia y Lituania, y a Polonia. Al fin y al cabo, es lo mismo que hicieron en los años 30 Inglaterra y Francia cuando Hitler perpetró el Anschluss y luego la conquista de los Sudetes en Checoslovaquia. Los austriacos son de habla y tradición germana. Ya lo dijo Putin para el que quisiera oírlo: "La caída de la URSS es el mayor desastre del siglo XX". Se olvida ( la extrema derecha tan a gusto y unida en esto a la extrema izquierda podemita, pues asume todos sus "argumentos"...) lo que no conviene esto es. cómo en 2005 el candidato proeuropeo, Yuschenko, a la presidencia de Ucrania fue ENVENENADO por espías de Putin , y cómo éste, desestabilizando de forma brutal a Ucrania, logró que las presidenciales fuera amañadas para otorgar el triunfo a su delfín, Yanukovich. La gente salió por decenas de miles a las calles en la primavera naranja, el Supremo anuló el falso proceso electoral y Yuschenko alcanzó la presidencia. Todos supongo unas marionetas de los intereses norteamericanos. Luego ese Yanukovich ganó otras presidenciales y fue presidente de Ucrania, lo que demuestra que hubo elecciones limpias y que por tanto Ucrania posee una democracia digna de tal nombre. No importa, olvidamos cómo Putin se carga "polonizando" a todos los periodistas críticos, y tb que allí no hay prensa que no sea afín al nuevo Hitler. generalizamos lo del batallón Azov nazi para decir que todo el ejército de Ucrania es nazi. Obviamos tb que, aun forzada por la situación, la URSS reconoce la independencia de Ucrania en 1991 y ahora viola el derecho internacional con una invasión. En fin, es blanco y en botella que Ucrania es solamente la antesala de un plan de expansión imperialista LEBENSRAUM a gran escala. Pero mientras algunos vemos la Luna, otros sólo en el dedo de los exagerados a conveniencia hechos del Maidán en 2014. Nunca los extremos diestro y siniestro se juntaron tanto, pare regocijo de estos últimos viendo como los primeros se le suman alborozados. Y no digo más que aquí en Vozpopuli se han puesto en plan ursulinas y ni un solo vocablo fuerte se puede utilizar. Sea, menos mal que es gratis (lo cual es de agradecer en estos tiempos de pago para seguir en general viendo contenidos en general mejorables, no ha aumentado la excelencia pese a tener que pasar por caja), porque si fuera de pago sería para cabrearse ( puedo usar la expresión "cabrearse" o tb es "inadecuada" ???) . A ver si a la tercera va la vencida y me publican el comentario.
Diego Ruiz
Francamente, no sé qué entienden aquí por "expresiones inadecuadas". Igual es que pretenden que hablemos como frailes benedictinos
Diego Ruiz
Qué vergüenza. Un buen rato escribiendo un extenso comentario y ni aparece ni me explican por qué.
vozberti
Los artículos de este señor son una mera soflama de propaganda que suelen ser un popurrí de mil cosas todas entremezcladas. A este señor le falta la explicación básica y con argumentos de por que se produce la intervención de Rusia. Ignora todo lo anterior como si no existiera el golpe del Maidan, los bombardeos desde 2014 al Donbás y Luganks, los actuales crímenes de guerra de Ucrania, el espíritu nazi de las fuerzas ucranianas, la persecución de la cultura rusa y del habla rusa en Ucrania, algo mucho mas terrorista como los vascos con el español, luego el golpe mortal a una energía barata a Europa que ha arruinado la industria europea todo por seguir los pasos otanistas, y un suma sigue que convertirá a Europa en un erial. Este señor es de los que se encuentra muy a gusto con la teoría del hegemón en política internacional. O sea se supone que odia a los autócratas y dictadores pero luego desea que exista un poder omnipresente que dirija los destinos de tu nación y le de por bombardear y fragmentar a naciones como hizo con Yugoslavia, por cierto otro conflicto creado por la OTAN y sin resolver. No digamos de Libia, de Irak con las falsas armas de destrucción masiva aniquilando a ciudadanos. Sigue usted por buen camino señor Villanueva.
CORIOLANO1
Comentario oportuno, bien argumentado y con un análisis impecable. Felicitaciones. Como adenda diletante, permítame dejar constancia del estupor que produce el aleccionador espectáculo que están brindando sus apoyos en España. Desde la izquierda estalinista, a una parte de la derecha de fe conocida, que desde sus televisiones, no solo están, al estilo del cura vasco Setien ,"entendiendo" y justificando la invasión de Ucrania sino disculpando sin ambages las atrocidades de un criminal de guerra. Estos últimos cuentan entre sus filas, incluso, con militares en activo o no, de alta graduación, lo cual es mas preocupante. Sobre todo porque el sátrapa ruso, puso su ejercito al servicio de la sedición catalana, como parte de una estrategia global de apoyar cualquier movimiento que atente contra la unidad de Europa. Y, para concluir, una pregunta inquietante; en caso del advenimiento de un conflicto armado, estos que se atribuyen las esencias del españolismo, se prestarían a servir de cabeza de puente a los planes de este consumado, antiguo, y bien determinado enemigo? Humm!
vallecas
Esto no va de APOYAR a unos o a otros, no. Esto va de odiar. Desde hace varias décadas la izquierda en Europa se mueve, y así a conducido a sus seguidores, por el ODIO. Si odio a Occidente apoyo a Putin, China, Islam......Si odio a España apoyo a.........En España la izquierda y la extrema izquierda tratan de confrontar, de polarizar. Tratan de que nos odiemos unos a otros.