Desde que comenzó su andadura como nuevo presidente de la República Argentina, Milei focalizó la atención internacional, cuestión lógica pues se enfrentaba al reto de sacar a su nación del profundísimo foso en el que había sido sumergida por la última versión del peronismo, la peor de todas, la que conjugó la menor eficacia en la gestión y el mayor nivel de corrupción. El peculiar estilo del nuevo presidente argentino, el contenido de las medidas que anunciaba y la valentía con la que parecía dispuesto a afrontar su implementación también contribuyeron a aumentar la expectación con la que se recibió el inicio de su etapa en la Casa Rosada.
Transcurrido el primer año de su mandato presidencial, hasta los más críticos con Milei deben estar asombrados con los diversos éxitos que ha logrado aunque, eso sí, se abstienen de reconocerlo amén de intentar difuminarlos aludiendo torticeramente al aumento del número de pobres que ha ocasionado. Volveremos después a esta última cuestión pero es preciso referirse previamente a algunos de los logros alcanzados por el Gobierno de Miley.
De encontrarse Argentina prácticamente en los umbrales de la hiperinflación -24% mensual en el momento de traspasarse el poder- ha pasado a tener actualmente una inflación mensual del 2,4% y en línea claramente descendente. Moderar de ese modo el alza de los precios es positivo para todo y para todos, pero especialmente para los que viven de un sueldo pues reduce el perverso efecto de pérdida del valor real de los salarios que sucede en los periodos altamente inflacionistas. Haber eliminado en tan solo un año el déficit público que se encontró, nada menos que el 15% del PIB, constituye un récord histórico que también merece ser alabado y, además hacerlo con santa envidia si es mirado desde España donde tenemos el déficit enquistado en nuestras cuentas públicas.
En materia de la sobre regulación, el desalojado peronismo alcanzó cotas inimaginables. Como pequeño ejemplo, leí hace unos días que el Gobierno Milei había eliminado la prohibición que impedía la existencia de gasolineras en las que el usuario se autoabasteciera de combustible, hasta ahí llegó el intervencionismo del peronismo precedente
La progresiva desactivación del desorden monetario y del caos cambiario que asolaban a la economía argentina ha sido una palanca que ha hecho crecer la estabilidad y la seguridad que requieren los procesos de inversión, prácticamente ausentes en los últimos años del corrupto Gobierno peronista de Fernández. No es ajeno a lo anterior el inteligente uso de una política fiscal que, en vez de penalizar, incentiva la actividad inversora. Igualito que la conducta seguida por el Gobierno español. Iniciar una rápida desregulación en el mercado de la vivienda ha tenido como efecto que en Argentina los precios se hayan reducido un 16%. ¡Ya podía aprender Sánchez! Pero es que en materia de la sobre regulación, el desalojado peronismo alcanzó cotas inimaginables. Como pequeño ejemplo, leí hace unos días que el Gobierno Milei había eliminado la prohibición que impedía la existencia de gasolineras en las que el usuario se autoabasteciera de combustible, hasta ahí llegó el intervencionismo del peronismo precedente.
Las medidas expuestas y otras más han provocado que la prima de riesgo argentina se haya reducido en dos tercios de la existente cuando Milei llegó al poder, pasando de estar en torno a los 2.000 puntos porcentuales a situarse alrededor de los 700. En este escenario, vuelve el optimismo y la confianza en la potencialidad económica del país, recuperándose el perdido atractivo para iniciar y desarrollar allí proyectos empresariales,
Drástica reducción del gasto público
Claro, lograr unos resultados como los expuestos, y otros igual de espectaculares obtenidos en diversos ámbitos de la economía, ha requerido que a Milei no le temblara el pulso a la hora de aplicar sus recetas. Y a fuer que no le ha temblado. Veamos varias muestras. Ha reducido aproximadamente 35.000 el número de empleados públicos, justo lo contrario de lo que hace el Gobierno español. Mientras Argentina está adelgazando la nómina del Estado, en España se engorda día a día. El actual Gobierno argentino también ha reducido el gasto público habiéndose atrevido Milei a disminuirlo desde el anterior 44% sobre el PIB hasta el actual 32%, a diferencia de lo que acontece en España pues Sánchez no hace sino aumentar el gasto financiándolo además con un constante crecimiento de nuestra deuda pública. Milei ha decidido apostar por la drástica reducción de las múltiples subvenciones injustificadas e injustificables que estableció el peronismo, algo que debería hacerse con urgencia en España ¿se acuerdan de la subvención que recibe la Asociación de usuarios de fajas o algo así?
Y por supuesto, Milei ha emprendido una auténtica cruzada contra la corrupción, detectando y eliminando pensiones que se pagaban a pensionistas ya fallecidos o sueldos a funcionarios que no pisaban su oficina -más o menos como el hermano de Sánchez-. Y ha anunciado ya la próxima eliminación del 90% de los impuestos existentes en Argentina, ejemplo de simplificación y racionalización del sistema tributario que bien pudiera imitar el fiscofílico Sánchez. Toda la política económica, en su conjunto, está reactivando y reactivará aún más la economía argentina sacándola del pozo negro del que proviene.
Tras repasar el contenido de lo escrito hasta ahora, al redactar este año mi carta a los Reyes Magos me ha resultado inevitable pedirles que traigan una motosierra para España, una bien grande que nos permita eliminar abruptamente todos los excesos de gasto, de corrupción, de ineficiencia, de sobre regulación y de intervencionismo con el que el Gobierno de Sánchez ha inundado a la economía española
El índice de pobreza ha empezado a remitir y todas las previsiones apuntan a que al final de este año, en Argentina habrá menos individuos por debajo del umbral de pobreza que los existentes cuando el peronismo fue desposeído del poder
Prometí antes hablar de la pobreza en Argentina. Cierto que en los primeros meses del mandato de Milei aumentó el número de los que estadísticamente se consideran pobres. Lógico, pues esa era la tendencia existente con el anterior Gobierno y las tendencias de ese tipo no son reversibles en unas semanas. De ahí que el primer trimestre de 2024 cerrara con más argentinos incluidos en la zona de pobreza que los computados a final de 2023. Pero desde entonces y, a partir de empezar a producirse los efectos de las primeras medidas adoptadas por Milei, el índice de pobreza ha empezado a remitir y todas las previsiones apuntan a que al final de este año, en Argentina habrá menos individuos por debajo del umbral de pobreza que los existentes cuando el peronismo fue desposeído del poder. Así se explica que las últimas encuestas reflejen que un 53% o un 54% de los argentinos apoyen la gestión del Gobierno de Milei, porcentaje desconocido en las últimas décadas.
De manera que, utilizando la terminología del actual presidente argentino, los zurdos -de allí y de aquí- deben preocuparse y mucho pues la experiencia Milei está demostrando que la libertad es más fructífera que la autocracia, que el liberalismo es socialmente más eficaz que el intervencionismo, que la sociedad es más productiva que el Estado y que los empresarios y emprendedores son más eficientes que los burócratas. La realidad acaba imponiéndose al relato por mucho que, como sucede en España, esté fabricado por un numeroso ejército de fontaneros monclovitas, difundido robóticamente por Sánchez y sus robotizados ministros y publicitado por sus medios de comunicación oficiales y oficiosos, bien regados unos y otros de los correspondientes recursos públicos.
Finalizo expresando como deseo que Sus Majestades de Oriente atiendan mi petición y dejen en los zapatos de los españoles una enorme motosierra que, utilizada por el nuevo Gobierno que España necesita, permita arrancar de cuajo todas las malas hierbas que han sembrado y regado Sánchez y los suyos. Y no solo las económicas, también las políticas, las sociales, las institucionales, las administrativas, todas.