El escandaloso comportamiento del ciudadano Koldo y de su cuadrilla -incluido su entonces jefe- que derivó en el lucro ilegal con la venta de mascarillas, la irregular conducta coral de ministerios y administraciones autonómicas socialistas favoreciendo lo anterior, el fraudulento recurso a los Fondos Europeos para financiar la compra de mascarillas inservibles… todo ofrece una dimensión tan copernicana que, inevitablemente, provoca que el interés despertado por la conducta seguida por Begoña Gómez, cónyuge de Sánchez, sea menor del que debiera ser pues la suma de hechos, datos e indicios existentes en el caso conforma un escenario más que sospechoso.
Se ha sabido que recibió varias veces -al menos, dos- en el palacio de La Moncloa a Víctor de Aldama y a Javier Hidalgo. El primero, uno de los dos principales artífices privados del timo de las mascarillas que investiga la Audiencia Nacional. El segundo, propietario/directivo de la sociedad Air Europa, beneficiaria del millonario rescate que por 475 millones de euros le concedió la SEPI, y del grupo empresarial patrocinador de actividades de la propia Begoña Gómez. Lo expuesto ya es suficiente para calificar de poco edificantes las reuniones celebradas por la mujer de Sánchez. Con todo, el escrito de la Agencia Tributaria remitido por su Oficina Nacional de Investigación del Fraude -ONIF- el 2 de febrero al Juzgado de Instrucción nº 2 del órgano judicial citado proporciona más información del contexto que rodea a la conducta seguida por Begoña Gómez.
Consta en el informe que, requerido por la Inspección de Hacienda, Aldama declaró ser o haber sido consultor del grupo de empresas de Air Europa y que en dicha condición trabajó en dos frentes. Uno, en las negociaciones con el Ministerio de Transporte relativas al rescate por la SEPI de la compañía Air Europa que lógicamente se iniciaron en 2020 cuando, desatada ya la pandemia, el Gobierno decidió que la entidad pública pudiera acudir al rescate de empresas estratégicas afectadas por la crisis pandémica. Dos, en las negociaciones con el Gobierno de Venezuela para que Globalia -compañía vinculada a la citada línea aérea- cobrara los 200 millones de dólares USA que se le adeudaban. Esta gestión fue contratada en septiembre de 2019 según consta en el informe de la AEAT.
Fruto de la primera negociación, Aldama entró en contacto con directivos del Ministerio dirigido por Ábalos y debió entablar una buena relación con ellos pues al poco de estallar la pandemia, y detectarse las apremiantes necesidades de mascarillas, fue él quien se ofreció a solucionar el problema y… ya sabemos -o mejor, vamos sabiendo- cómo terminó la fiesta. Menos eco ha tenido lo concerniente a la segunda negociación llevada a cabo por Aldama por cuenta de Air Europa-Globalia pese a que presenta aristas más que sorprendentes. Consta en el informe de la AEAT que, antes de entrar Aldama en el tema, el encargo de las gestiones con el Gobierno de Venezuela lo estaba cumpliendo el expresidente Zapatero. Y consta también que, según declaró el Grupo empresarial, en la gestión de Zapatero no se pactó retribución alguna mientras que para la de Aldama se previó contractualmente que éste percibiera cinco millones de euros. No me cuadra, lo siento, no me cuadra.
Parece claro que al inspector de Hacienda, como a mí, tampoco le cuadra la conducta de Air Europa/Globalia consistente en no pagar nada por una gestión potencialmente útil y estar dispuesta a pagar hasta 5 millones de euros por una objetivamente inútil
De modo que Air Europa/Globalia encarga primero la gestión de cobro a una persona como Zapatero, ampliamente conocida aquí y en Venezuela, con magnífica sintonía con el Gobierno español y una relación más que fluida con Maduro y con todo el staff del régimen bolivariano que dirige aquel país, y se acuerda que la gestión sea gratuita. Tiempo después, en septiembre de 2019, cuando entre otras cosas, Zapatero ha conseguido que Maduro reciba al presidente de Globalia, se incorpora a la negociación Aldama, entonces un perfecto desconocido en España y en Venezuela sin acceso alguno ni al Gobierno español ni al venezolano, y con él se pacta una retribución millonaria. Sigue sin cuadrarme. Menos aún al leer una frase incluida por el autor del informe de la AEAT que resulta claramente expresiva al avisar: “Llamamos la atención sobre … las conexiones de Aldama en Venezuela” de las que no figura ninguna en el informe. Parece claro que al inspector de Hacienda, como a mí, tampoco le cuadra la conducta de Air Europa/Globalia consistente en no pagar nada por una gestión potencialmente útil y estar dispuesta a pagar hasta cinco millones de euros por una objetivamente inútil que se añade a la anterior. No sé, “cosas verdes, Sancho”.
El caso es que de los tres personajes del guión que estamos narrando -Aldama, Javier Hidalgo y Zapatero-, son los dos primeros los que tienen las reuniones de negocios en el complejo presidencial de La Moncloa con la mujer del presidente del Gobierno, una de ellas en marzo de 2020. ¿Curioso? No, ¡Espeluznante! Llámenme tiquismiquis pero, obviando ahora la fecha de la reunión -que es mucho obviar pues coincide con el inicio del proceso de la compra masiva de mascarillas y antecede en unas semanas al rescate de Air Europa por la SEPI-, a mí no me parece de recibo que la cónyuge de Sánchez se reúna para hablar de proyectos empresariales con los dos citados, por mucho que ambos pudieran venir avalados por su respectiva relación con Zapatero antes expuesta. Pero es que, además, si Begoña Gómez quiere mantener reuniones de negocios con ellos o con cualquiera tampoco me parece admisible que utilice para ello las instalaciones presidenciales de La Moncloa que, pagadas por todos, tiene -debieran tener- un destino diferente. No es admisible y no lo es, digan lo que digan Sánchez y los suyos, que, por cierto, aún no han dicho nada sobre esta cuestión salvo criticar que se mencione esgrimiendo para ello que deben respetarse algunos límites. Exacto, los que no ha respetado Begoña Gómez.
¿Dónde está la transparencia?
Acudiendo ahora a las fechas, resulta imposible creer que en marzo de 2020, cuando sus empresas se aprestaban a afrontar la crisis económica que generaría -que generó- el confinamiento sanitario, Javier Hidalgo estuviera pensando en afrontar proyectos empresariales alternativos antes que a resolver los problemas que se avecinaban para su grupo empresarial. En consecuencia, no puede rechazarse como hipótesis que, en contra de lo declarado, las reuniones entre Hidalgo, Aldama y Begoña Gómez no fueran en realidad para hablar de posibles nuevos proyectos empresariales y sí para hacerlo de otras cuestiones. Pues que así se diga y se explique de qué hablaron. Si se atreven, claro, por lo que a lo peor es aún más grave.
trshjpn
A mí lo que me cuadra es lo que piensan usted y el inspector de Hacienda. Por cierto hoy se ha sabido también que la Bego visitó 2 veces en secreto la sede de Air Europa en Pozuelo y mantuvo otra reunión secreta esta vez vía telemática también en 2020 antes de que el Gobierno que preside su marido le concediera el rescate. Y ahora también va y resulta que fue a Bego y a Carmen Calvo a las que Carolina Perles, exmujer de Ábalos, les contó lo de Koldo antes de ser cesado por el que comparte el colchón
ANTONIO CRESPO
Cada día es más evidente que la derogación del delito de MALVERSACIÓN no era tanto para beneficiar a los separatistas como a toda la purria suciata ,comenzando por Begoña y Begoño.
romrom
A mí me llaman la atención dos cosas: una, que zapatero, a pesar de su aspecto inofensivo de mr. bean, siempre está de por medio en todos los tinglados. La segunda, que no me creo que begoña actuara sin conocimiento y consentimiento de su marido
Tony010
Lo curioso de todo esto es por qué no se habla del Instituto de Empresa, organización que sirvió de soporte y correa de transmisión de uno de los mayores escándalos de corrupción de la democracia (el Régimen del 78 de va superando a sí mismo en cada legislatura). ¿Qué obtuvieron de Presidencia los directivos del IE a cambio de facilitar todo este tenderete de vodevil propio de República bananera?
Cozumel
Perlas: 1-Por menos Urdangarín, su socio y al mujer de su socio fueron condenados a mas de 7 años de cárcel. Urdangarín nunca usó un despacho oficial que encima no le correspondía para sus reuniones 2-Lo relatado es suficiente para que se querelle la fiscalía anticorrupción, la oposición, sociedad civil, pp, Vox contra Begoña Gómez y con eso ya cae esta banda que nos gobierna 3-No se si con la reforma de la psoe y quitar la acusación popular ahora es posible, esto amerita para un artículo