Opinión

¿Vuelta al cainismo?

Estas líneas se escriben la víspera de la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a petición propia ante el Pleno del Congreso de los Diputados previsto para el miércoles 17 de julio a las 9 horas de acuerdo con el artículo 203 del R

  • Pedro Sánchez. -

Estas líneas se escriben la víspera de la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a petición propia ante el Pleno del Congreso de los Diputados previsto para el miércoles 17 de julio a las 9 horas de acuerdo con el artículo 203 del Reglamento con un punto único: dar cuenta de las decisiones adoptadas en los Consejos Europeos del 17 y el 27/06/2024 y exponer las líneas fundamentales del Plan de Acción por la Democracia. Habrá que aguzar el oído para atender en qué vaya a consistir la regeneración a que nos van a someter, según vienen amagando. 

Mientras, el goteo de las declaraciones en los juzgados y las filtraciones subsiguientes van dejando pistas de las convocatorias cursadas para comparecer en Moncloa tanto a Carlos Barrabés, Paco Boya y demás empresarios de la innovación como a figuras no menos relevantes en el sector del transporte aéreo como Javier Hidalgo y Victor Aldama, del equipo de Globalia. Todos ellos, sin duda, gente valiosa a los que sería difamatorio tildar de carentes de cualquier afán de lucro, como si pudieran equipararse o cristalizaran en el mismo sistema benefactor que la Cruz Roja, la Asociación de la Lucha contra el Cáncer o el Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil.

El mérito del acuerdo para la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suscrito entre el PSOE, partido que encabeza el gobierno de coalición progresista, que ha estado representado en la ocasión por Félix Bolaños, y el PP, partido líder de la oposición, que ha delegado a estos efectos en el diputado Esteban González Pons, se atribuye en buena parte a la vicepresidenta de Valores y Transparencia de la Comisión Europea Vera Jourová, cuya asistencia a las conversaciones bipartidistas pudiera haber servido de catalizador para la firma que al fin se celebró en Bruselas el pasado 25 de junio. 

Así que, después de cinco años de bloqueo cerril, este logro fue celebrado hasta el punto de que llegara a cundir el optimismo y fuera invocado como un presagio anticipador de otros acuerdos que todos venían insistiendo en considerar necesarios. Pero el júbilo enseguida se extinguió para volver a las acusaciones de fango, fango y fango. Surgió otra ventana de oportunidad cuando Santiago Abascal lanzó un órdago amagando y cumpliendo su amenaza de retirar a Vox de los gobiernos autonómicos acordados con el PP si se procedía a redistribuir a los MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados) concentrados en Canarias. 

Que si quieres arroz Catalina y como sé que te gusta el arroz con leche, por debajo de la puerta te echo un ladrillo

Entonces, Alberto Núñez Feijóo, se mantuvo impasible, como el alemán del Cara al Sol. Se mostró inaccesible al chantaje, dio muestras tan de agradecer de ruptura de esa identidad PP-Vox que predica incansable Pedro Sánchez para invalidar cueste lo que cueste a su rival. Pero, que si quieres arroz Catalina y como sé que te gusta el arroz con leche, por debajo de la puerta te echo un ladrillo. Es decir, que el inquilino de Moncloa ha seguido aferrado a la aplicación de aquello de que quien no recoge conmigo desparrama, como si prefiriera volver al cainismo, a la siembra del antagonismo de España y la Anti España, que habíamos logrado abolir dotándonos de la Constitución de 1978 mediante la cual conseguimos terminar con la España de vencedores y vencidos que, por ser la nuestra una guerra civil, resultaban ser igualmente españoles e inaugurar la paz y la concordia que ahora algunos intentan cancelar.    

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