Pablo Casado ha ultimado ya la renovación en el PP en la que los ministros de Rajoy apenas han asumido funciones de relevancia. Algunos de ellos han sido compensados con presidencias en diferentes comisiones del Congreso. Otros deambulan sin más distinción que su escaño de diputado o alguna adjuntía, más simbólica que efectiva, del grupo parlamentario.
Desde su llegada a la presidencia de su formación, Casado ha apostado por caras nuevas y gente no significada con las anteriores etapas. Cierto que Aznar ha vuelto, pero en su 'dosis justa y precisa', como desliza una alta fuente de Génova. El 'nuevo PP' está compuesto por un grupo muy reducido de fieles a Casado, que han crecido juntos en política y que han tenido que lidiar día a día con los enormes errores y fiascos del pasado. Teodoro García Egea, Javier Maroto, Adolfo Suárez, forman la tripleta central de Génova, donde también se sientan algunos cargos de anteriores etapas por mor de la 'integración'.
El 'nuevo PP', así lo quiere transmitir claramente Casado, está más representado en Isabel Díaz Ayuso y en José Luis Martínez Alemida, sus cabezas de cartel por Madrid, que en otros dirigentes que siguen anclados en la formación a la espera de que retornen tiempos mejores. No ocurrirá, pero ellos siguen allí, sin hacer ruido. Es el PP de la regeneración, la renovación, la apuesta por el debate de las ideas y el 'sincompejismo' que airea con insistencia tanto Casado como su núcleo más próximo.
La salida de los hermanos Nadal
Algunos exministros dan muestras de fatiga y, convencidos de que este PP no es ya el suyo, han optado por volver a su actividad profesional, como los hermanos Nadal. Alvaro fue ministro de Energía y Alberto, secretario de Estado. Pese a su condición de indisimulados 'sorayistas', Casado les hizo un hueco en el área económica de la formación. Un puro gesto sin efectos prácticos ya que buena parte de los postulados económicos del PP son los que ahora señala Daniel Lacalle, auténtico gurú de los populares, quien intervino en la convención nacional del partido celebrada días atrás en Madrid. Los Nadal han solicitado su reincorporación a las oficinas comerciales de España en Washington y Londres. No dejan la militancia del partido pero se rinden ante la evidencia. Casado no cuenta con ellos.
Tampoco cuenta demasiado con otros miembros del Ejecutuvo de Rajoy. Iñigo Méndez de Vigo, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez, Isabel García Tejerina, Juan Ignacio Zoido, siguen en la política, ocupan presidencias de comisiones parlamentarias, pero sin apenas peso específico en el partido. De todos ellos, la única con un puesto importante en la cúpula de formación es Tejerina, que ocupa la vicesecretaría general sectorial, que en su día desempeñó Javier Maroto. Zoido también forma parte del Comité de Dirección, sin mayores responsabilidades.
Mucho por hacer
Casado ha movido las piezas que ha podido. Queda mucho por hacer, señalan en su entorno. "Había que satisfacer a muchas sensibilidades y eso no se hace en dos días", añaden. La cita electoral de mayo actuará de una especie de criba interna. Hay candidatos que concurrirán como cabeza de cartel porque ya estaban votados en sus respectivas primarias y no se podía dar marcha atrás. Quienes superen la prueba, como Moreno Bonilla en Andalucía, tendrá todas las bendiciones de la dirección nacional. A otros, posiblemente se les señalará la puerta de salida.
El caso de Ruth Beitia ha servido de ejemplo a seguir. La campeona olímpica designada personalmente por Casado para encabezar las listas en Cantabria, renunció a los quince días de ser nombrada. La hostilidad del aparato regional, con María José Sáenz de Buruaga al frente, acabaron con la paciencia de la deportista. La segunda ronda de los cambios se abordarán tras las elecciones. Casado necesita que el 'nuevo PP' esté en forma, alineado con la dirección, para emprender la reconquista de la Moncloa para el año próximo.