La lengua es el oxígeno de lo humano: red que lanzamos para pescar significación, voz que nos expresa. No es otro conocimiento más: es la base del conocimiento. No es otro factor de la cultura: es su mapa más cabal. Mientras más rudimentario es su uso,

Emerge un nuevo mundo en el que el espacio físico y las historias comunes se desdibujan. Individuos solitarios frente a pantallas conectadas a la red escogemos todo a la medida: religión, comida, sexo, vida, muerte… Pero el reverso del apogeo de la libe