Asociaciones, pacientes y sociedades científicas llevan meses advirtiendo sobre el impacto de casi un año de pandemia de coronavirus en la atención a otras enfermedades. En el caso del cáncer ya existen cifras que dan idea de la embestida de la crisis sanitaria. Por ejemplo, con la paralización de programas de cribado que, en el caso del cáncer colorrectal, evitan unas 3.500 muertes anuales. Un estudio presentado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) indica que el número de nuevos pacientes oncológicos bajó un 21% durante el confinamiento. "El cáncer es peor que el coronavirus si no se trata", advierten los médicos.
A punto de finalizar un 2020 que ha sido terrible para pacientes con otras enfermedades, la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) o la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), entre otras, han hecho balance con la AECC para cuantificar la magnitud del impacto de la primera ola de la pandemia en los pacientes oncológicos y oncohematológicos.
Los datos son demoledores: un estudio que ha analizado los meses de confinamiento, de marzo a junio, comparando los resultados con el mismo período del año 2019, concluye que el número de pacientes nuevos bajó un 21% durante el confinamiento. Además, se observa una disminución de la actividad diagnóstica de cáncer en citologías (30%) y biopsias (23,5%); el número de pacientes atendidos en los hospitales de día descendió un 14%; el de tratados con quimioterapia descendió un 9,5% y el de los tratados con radioterapia un 5%.
Tumores digestivos
Sólo en los tumores digestivos, entre los cánceres más frecuentes, se estima que la caída en los nuevos diagnósticos, por la paralización de las pruebas en la primera ola, ha podido llegar al 30%. También se han paralizado los cribados, que evitan hasta un tercio de las muertes por cáncer de colon y se han suspendido cirugías y modificado algunos tratamientos.
"Es difícil estimar qué consecuencias va a tener. No se verá de forma inmediata, pero hay estudios que sugieren que tengamos un exceso de hasta un 10% de más muertes por cáncer en uno o dos años", señala a Vozpópuli el doctor Fernando Rivera, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander y responsable del comité organizador del 28º Simposio Internacional ‘Avances en el Tratamiento de los Tumores Digestivos’ que organiza el Grupo de Tratamiento de los Tumores Digestivos (TTD), celebrado recientemente.
Víctimas de la crisis
Los pacientes con tumores digestivos han sido víctimas colaterales de la crisis sanitaria. Empezando por el diagnóstico, advierten los especialistas, que en muchos de estos tumores es la diferencia entre la supervivencia y un peor pronóstico. El doctor Rivera explica que, en la primera oleada, se paralizaron las pruebas diagnósticas, como endoscopias y escáneres. Hay estudios que apuntan a que esto provocó una caída de entre el 20 y el 30% en los diagnósticos de cáncer, también en el caso de los tumores digestivos.
En los cánceres digestivos, continúa el oncólogo, un diagnóstico retardado afecta mucho al pronóstico. Posiblemente sean los tumores a los que más afecte este factor, pues avanzan rápido y dejar pasar meses supone perder oportunidades de tratamiento. En algunos casos, como el cáncer gástrico y el de páncreas, es peor, porque donde había posibilidad de tratamiento, en dos o tres meses "se pierde toda oportunidad". Y esto, admite, ha ocurrido durante la pandemia.
Los programas de cribado
Además, el doctor Rivera llama la atención sobre la paralización en los cribados de cáncer colorrectal que pueden evitar una de cada tres muertes por este tipo de tumor (hasta 3.500 muertes evitables al año en España). Esto se ha parado dos o tres meses y ha supuesto una pérdida de diagnósticos precoces, explica. La pandemia también ha afectado a las cirugías, aunque, en general, los tratamientos se han mantenido, salvo alguna modificación.
"Los programas de cribado son esenciales, eso nadie lo discute. Pueden evitar una de cada tres muertes por cáncer. Si tenemos una estimación de 18.000 muertes por cáncer colorrectal al año, se puede decir que con estos cribados se evitarían unas 3.500 muertes al año", incide el oncólogo.
Llama la atención sobre un hecho: el análisis de sangre oculta en heces es un test sencillo capaz de detectar las lesiones premalignas o el cáncer de colon en sus fases iniciales y es muy barato. En torno a 2 euros. "Mil veces más barato que tratar ese tumor. Un tratamiento de cáncer colorrectal en estadio 4 hoy en día puede llegar a costar unos 40.000 o 50.000 euros. Que esos cribados, salvan vidas nadie lo discute", añade.
Vuelta a la actividad
Sin embargo, el médico reconoce que, en un escenario de pandemia, continuar con los cribados era casi imposible. Se paralizaron en toda España. No sólo en colon. También en otros tumores muy frecuentes, como el de mama. Sobre todo en aquellas comunidades donde, en la primera ola, la incidencia era muy alta, como Madrid. "Si tienes tres veces más afectación de coronavirus, vas a tres veces más de paralización de todo lo demás. El cáncer es peor que el coronavirus si no se trata", apunta.
En Cantabria, donde este tipo de programas llevan implantados desde hace muchos años, diferencia, las cosas iban mejor durante la primera oleada por lo que el impacto fue menor. Pasada la primera ola, algunas comunidades, como la suya, se dispusieron a recuperar el tiempo perdido citando a los pacientes para comenzar de nuevo con los cribados. "Incluso a mayor ritmo, para absorber lo que tocaba y lo pasado", puntualiza. Un objetivo en el que ya trabajan otras comunidades. Admite que los pacientes se muestran más reticentes (tienen más miedo), pero calcula que en unos meses se normalice la situación pre-coronavirus.