Desde que comenzó la locura de ómicron hay una duda que ronda en la cabeza de muchos: ¿hasta qué punto podemos fiarnos de los test de antígenos? Está ocurriendo, con más frecuencia de la deseada por el desconcierto que genera, que hay gente con síntomas que en una primera prueba da negativo, pero que, ante la persistencia de las manifestaciones de la enfermedad, lo repiten a los días y entonces sí dan positivo. Es precisamente este "lío" uno de los motivos por los que se están las colapsando los servicios de Atención Primaria, ya que la gente acude a los centros ante la duda.
En Vozpópuli hemos consultado la información proporcionada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y los estudios del epidemiólogo de la Universidad de Harvard, Michael Mina, para aclarar si los test de antígenos, presentes en nuestro día a día desde hace casi dos años, fallan o si somos nosotros los que fallamos.
Lo primero y más importante a tener en cuenta es que este tipo de prueba para detectar el coronavirus son mucho más fiables cuando la carga viral es alta. Por este motivo, es recomendable hacerse el test en los primeros siete días desde que se pudo producir la infección o en los cinco primeros días desde la aparición de síntomas, "cuando la carga viral está en su punto más álgido", según explica la AEMPS. Cuando se realiza la prueba sin síntomas o con carga viral muy baja, se pueden obtener resultados de falsos positivos o de falsos negativos.
Si la prueba se realiza fuera de ese plazo de tiempo, la fiabilidad es menor y puede ser que haya fallos en la detección de positivos. Dar negativo en un test de antígenos no significa estar limpio del virus: significa únicamente que la carga vírica es baja y, por lo tanto, las posibilidades de contagio son mucho menores.
La acción de la vacuna sobre el test
Uno de los motivos que explica que en ocasiones se dé negativo en una primera prueba (incluso teniendo síntomas) y más tarde sea positivo es la acción de la vacuna y/o de una infección previa, que haya provocado que creemos anticuerpos.
La vacuna, que según los estudios de Mina está cumpliendo correctamente su función de impulsar la inmunidad para detectar el virus rápidamente antes de que empeore y la persona se vuelva contagiosa, ha cambiado la relación entre los síntomas y la carga viral.
Vayamos al principio, al momento de la infección. Cuando una persona vacunada o con contagio previo se infecta de coronavirus, la inmunidad se activa rápido tras la exposición y provoca síntomas antes de que el virus alcance niveles elevados. Es decir, desarrollan síntomas de manera natural antes de que la persona infectada sea contagiosa. En cambio, si se contagia una persona sin vacuna y sin anterior infección, la inmunidad se activa despacio, el virus crece rápido y los síntomas tardan en aparecer hasta que los niveles de virus son elevados.
Los síntomas son resultado de la respuesta inmune del cuerpo humano y no un efecto del virus. Lo que hace la vacuna es activar una reacción ante el virus muy rápida que provoca síntomas cuando todavía no hay una carga viral lo suficientemente elevada como para que el test de positivo. Por lo tanto, tener síntomas de coronavirus no es sinónimo de alta carga viral. Es fundamental contar con este punto a la hora de hacerse las pruebas.
Por lo tanto, este test, diseñado para detectar niveles contagiosos de virus, podrá ser negativo durante los tres días de síntomas, antes de que el virus crezca, si no es eliminado por la respuesta inmune. Las pruebas de antígenos dan positivo cuando más interesa desde el punto de vista médico: en el momento en el que la persona se vuelve más contagiosa.
Un complemento a otras pruebas
Resumiendo, las pruebas de antígenos pueden ayudar a detectar el coronavirus siempre y cuando la carga vírica sea alta, algo que ocurre en los primeros siete días desde que se produzca la infección. También hay que tener en cuenta la acción de la vacuna, que puede provocar negativos cuando realmente sí se está contagiado.
La doctora Sheila Sarrió, médico de Urgencias Hospitalarias, explica que los test de antígenos tienen únicamente un valor orientativo. "Esto significa que si no hay síntomas y la carga viral es baja, no sirven para nada. No son tests de diagnóstico, son test de sospecha" apunta.
También lo confirman desde la propia AEMPS, que aseguran que "las pruebas de autodiagnóstico pueden ser de ayuda como complemento a otros métodos diagnósticos en el control de la pandemia de la covid-19. {...} Es importante tener en cuenta que las pruebas de autodiagnóstico no serán consideradas para el diagnóstico de confirmación de Infección activa ni en personas con síntomas ni en asintomáticos. Los resultados positivos en estas pruebas se considerarán casos sospechosos que deberán confirmarse en un centro sanitario mediante una PDIA (Prueba de Diagnóstico de Infección Activa)".
A continuación, os dejamos la guía diseñada por la AEMPS para hacer correctamente un test de antígenos de la manera más fiable posible.