Cuatro empresas de la industria farmacéutica, entre la que se encuentra el gigante de los genéricos, Teva Pharmaceuticals, han alcanzado este lunes un acuerdo por un valor de 260 millones de dólares para frenar el que se iba a convertir en el primer juicio sobre el rol de los laboratorios en la crisis de los opiáceos de Estados Unidos.
Según explica el diario estadounidense The Washington Post, uno de los medios internacionales que ha adelantado la noticia, el acuerdo incluye, además de a la compañía israelí Teva -que fabrica versiones genéricas de los opiáceos- a tres de los mayores distribuidores de medicinas del país: McKesson, Amerisource Bergen y Cardinal Health.
La única empresa implicada en el juicio que no ha formado parte del acuerdo es la cadena de farmacias Walgreens, por lo que sí se tendrá que enfrentar al tribunal en las próximas semanas. No obstante, el acuerdo permite a las compañías ganar mucho más tiempo del que disponían anteriormente, teniendo en cuenta que deben hacer frente a más de 2.500 demandas a nivel nacional.
El primer juicio a nivel federal.
Este lunes 21 de octubre habría comenzado el primer macrojuicio a nivel federal contra la industria farmacéutica por su rol en la crisis de los opiáceos, un momento histórico en la gestión de una epidemia sanitaria que ha dejado más de 400.000 muertes desde los años 90. A nivel local ya se ha producido una sentencia contra Johnson & Johnson, que ha sido obligada a pagar 515 millones a varios afectados.
La compañía Purdue Pharma, fabricante de uno de los opiáceos más utilizados en aquella época, Oxycotin, intentó llegar a otro acuerdo extrajudicial por un valor de unos 12.000 millones, a cambio de la desestimación de más de 2.000 demandas contra esta empresa. Sin embargo, no llegó a buen puerto y la compañía ha terminado por declararse en bancarrota, por lo que no formará parte del proceso judicial.
Por su parte, las compañías acusadas en el juicio que se debería haber celebrado este lunes se enfrentaban a la posibilidad de ser sancionadas con unos 8.000 millones de dólares en estos juicios federales. El monto del acuerdo es mucho menor del solicitado inicialmente por la Fiscalía de los condados de Cuyahoga y Summit, responsables de la acusación.
Más de 2.500 demandas pendientes
El consumo y abuso generalizado de opioides, legales e ilegales, ha causado al menos 200.000 muertes, mientras que otras 200.000 han muerto por sobredosis de heroína y fentanilo ilegal en Estados Unidos desde 1999. Esto ha llevado a casi todos los Estados y a más de 2.500 ciudades, tribus indígenas, hospitales y otros actores a iniciar querellas en las que culpan a los fabricantes y distribuidores de la epidemia.
En su mayoría, las demandas se han concentrado en un caso ante el Tribunal federal en Cleveland (Ohio), que encabeza el juez Dan Polster, quien seleccionó las querellas de Cuyahoga y Summit como ejemplo para orientar el resto de las demandas.
Los condados de Ohio argumentaron en sus demandas que los distribuidores interesados más en sus ganancias que en la salud pública hicieron poco para controlar las dosis y continuaron proveyendo los compuestos sin prestar atención a las recetas.En su demanda, Cuyahoga y Summit reclamaban 7.200 millones de dólares para remediar la crisis y otros 1.000 millones de dólares en compensación por los daños sufridos. Según el Post, los condados de Ohio recibirán 215 millones de dólares, en efectivo, de los distribuidores de opioides, y Teva pagará otros 20 millones de dólares, además de financiar con otros 25 millones de dólares la provisión de medicamentos contra la adicción.
Según los últimos cálculos de los analistas del banco de inversión internacional Berenberg, la crisis de los opiáceos en Estados Unidos puede llegar a costarle a los laboratorios implicados más de 150.000 millones de dólares en sanciones judiciales.