El pasado viernes, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), el organismo encargado de aprobar la comercialización de los nuevos medicamentos para que lleguen a los pacientes europeos, recomendó que se autorice la primera vacuna contra el ébola, fabricada por los laboratorios MSD.
Esta recomendación supone un “hito histórico” en la lucha contra esta enfermedad, tal y como ha aplaudido en un comunicado la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha estado durante los últimos años intentando acabar con el brote de ébola en República Democrática del Congo (RDC).
En la actualidad continúa activo un brote en el norte del país africano que ya se ha cobrado la vida de más de 2.100 personas y ha sido declarado una emergencia de salud pública de preocupación internacional, ya que las tasas de mortalidad en pacientes que han contraído esta enfermedad oscila entre el 25% y el 90%.
No obstante, el mayor brote de la enfermedad registrado en los últimos años tuvo lugar en 2014 y se extendió por varios países cercanos a RDC, donde se cobró más de 11.000 víctimas mortales. En España, fue esta epidemia en particular la que protagonizó cientos de titulares, telediarios y cabeceras de prensa a raíz de Teresa Romero, una auxiliar de enfermería en el Hospital Carlos III que contrajo la enfermedad en territorio español al atender a un misionero contagiado procedente de Liberia. Como consecuencia, la enfermera fue sometida a un terrible escrutinio público.
Más de 236.000 personas
Hasta la fecha, la vacuna -bautizada comercialmente como Ervebo- sólo había estado disponible a través de la OMS en la campaña de vacunación de emergencia que está llevando a cabo para acabar con el último brote de ébola en República Democrática del Congo. Las dosis, donadas por MSD para poder llevar a cabo un ensayo clínico a gran escala, han tratado a más de 236.000 personas en ese país.
Una segunda vacuna está siendo desarrollada por la farmacéutica Johnson & Johnson, que todavía no cuenta con la licencia necesaria. No obstante, las autoridades congoleñas ya han anunciado que comenzará a usarse durante el mes de noviembre en algunas zonas en el este de RDC donde el ébola no se está expandiendo de manera activa como tratamiento experimental.
“La vacuna de MSD ya ha salvado muchas vidas en el actual brote de ébola, por lo que la decisión de las autoridades sanitarias ayudará a que salve muchas más”, ha celebrado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Trabas regulatorias
La recomendación hecha por las autoridades sanitarias europeas no implica un acceso inmediato al medicamento, que tendrá que ser aprobado por la Comisión Europea. Sin embargo, los analistas esperan que reciba luz verde en Europa en apenas semanas. Por otro lado, tampoco implica un acceso directo en la obtención o la administración de la vacuna en la República Democrática del Congo ya que todavía no se ha concedido la licencia, pero es un primer paso.
Según ha informado la OMS, las dosis autorizadas estarán disponibles a mediados de 2020 y la vacuna seguirá utilizándose en el país bajo un protocolo de investigación, también conocido como "acceso extendido" o "uso compasivo". Esto quiere decir que se utilizará para proteger a las personas con mayor riesgo de infección, como los trabajadores de la salud o las personas que han entrado en contacto con pacientes infectados.
El vicepresidente ejecutivo de MSD, Roger Perlmutter, ha declarado que la prioridad de la compañía ahora es lograr la aprobación regulatoria de su fábrica en Alemania para poder aumentar el stock de la vacuna ahora que está licenciada. A su modo de ver, esto podrá ser utilizado para mejorar el ratio de respuesta de los países europeos en el caso de otra epidemia.
A día de hoy, excepto Ervebio, que es una vacuna preventiva, el ébola no tiene cura. No obstante, varios grupos de investigadores anunciaron el pasado mes de agosto que estaban desarrollando dos fármacos experimentales cuyo ratio de supervivencia en pacientes afectados por el virus ha llegado a ser hasta de un 90% en un ensayo clínico en RDC. Para poder afirmar que existe una cura definitiva para una de las enfermedades más mortales del mundo actualmente, habrá que esperar.