"Tenemos que aclarar las contradicciones existentes en las líneas de investigación, que cuando no llegan a ningún sitio se vuelve al punto de partida", ha asegurado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha comparecido de urgencia para explicar la situación de las investigaciones relacionadas con la desaparición de Ruth y José, los niños de Córdoba desaparecidos el pasado 8 de octubre en un parque de la ciudad. Díaz ha puesto de relevancia que el primer análisis sobre las cenizas de la hoguera que el padre de los niños, José Bretón, prendió en la finca de Las Quemadilla, aseguraba que eran huesos "de pequeños animales, no existiendo huesos procedentes de restos humanos". Fue la policía científica la encargada de ese informe y se descartó que los niños hubieran sido quemados porque "el informe era muy contundente".
Pero un segundo informe llevó a quebrar esta situación, y fue el realizado por el doctor Etxeberria, que determinaba que los restos eran de "seres humanos inmaduros", en un informe con fecha 17 de agosto. La propia Policía encargó un tercer informe al profesor José maría Bermúdez de Castro, profesor de investigación que trabaja en los yacimientos de Atapuerca en Burgos, que a instancias de la policía realizó el tercer informe y la conclusión "22 de agosto) expone coincidencias con el doctor Echevarría. Determina que, tras examinar las pruebas analizadas, los restos corresponden a un niño de 6,22 años de edad con un margen de error de +- 43 días.
Hoguera a 800 grados
Se sospecha que la hoguera que encendió el padre de los niños, José Bretón, pudo alcanzar los 800 grados centígrados, lo que el ministro ha puesto en contraste con "los 1.000 grados centígrados a los que se funde el hierro". Esa temperatura podría incluso "destruir las moléculas de ADN".