"Me bañaré en cuanto pueda". Así de rotunda se ha mostrado este martes Cristina Ojeda, la madrileña de 38 años que el pasado 25 de diciembre sufrió la mordedura de un tiburón sedoso en el antebrazo mientras se bañaba a 20 metros de la orilla en la playa de Arinaga, en el sudoeste de Gran Canaria.
"He tenido un encuentro cara a cara con un tiburón. Cosas que pasan cuando nadas en Canarias en diciembre", expuso en las redes sociales, donde puntualizó que no fue "atacada" con "alevosía", sino que fue mordida de manera "fortuita". Cuatro días después del ataque ha asegurado que apenas duró un segundo: "Fue rapidísimo. Estoy segura de que se asustó más que yo".
La propia afectada ha restado importancia al ataque: "¡No me voy a morir!"
La propia Ojeda, que se encuentra fuera de peligro y con sólo heridas superficiales en uno de sus brazos, ha relatado su sorpresa en Twitter por la repercusión mediática que ha tenido el incidente en los medios de comunicación. "Alucino con la importancia que se le está dando... ¡Que no me voy a morir!", ha relatado. Asimismo, manifestado que tras golpearle "en el morro", se asustó.
Por su parte, miembros de la Alianza Tiburones Canarias mantuvieron el pasado sábado un encuentro con la propia turista para intentar averiguar con qué especie de animal se topó, entendiendo que, "con bastante certeza", se trataba del un tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis), según recoge Europa Press.
Un hecho aislado
Especialistas en vida marina han concluido que las mordeduras del tiburón no son más que "un hecho aislado". De hecho, se trata de la primera vez en la historia de Canarias que se registra y documenta el ataque de un tiburón a un bañista. "Lo que ha ocurrido es muy raro porque con tantos millones de personas nadando en Canarias durante tantos años, nunca ha pasado nada, por lo que hay que considerarlo como muy extraño. Pero ha ocurrido para mala suerte de esta chica que se ha llevado un susto tremendo, aunque ha mostrado muchísima entereza", destaca el biólogo y veterinario Pascual Calabuig, en declaraciones al periódico Canarias 7.
La afectada, por su parte, se ha mostrado partidaria de no elevar la alerta: "No creo que haga falta mantener en alerta a las playas canarias. Fue fortuito y aislado. Me bañaré en cuanto pueda".