Una buena parte de los artistas colombianos que exhiben en esta edición de ARCO nacieron a finales de la década de los setenta. Se trata de una generación que presenció el auge y caída de las FARC, la eclosión del narcotráfico y la sangrienta época de los extraditables. Hoy, capaces de mirar atrás y libres de la violencia como signo, trazan un nuevo relato colectivo lleno de claridad y fuerza.