El científico español Ismael Galván y su equipo han descubierto que las aves del entorno de la central nuclear de Chernóbil se están adaptando a la exposición a la radiación a largo plazo. Pero no es la única sorpresa. Su trabajo es parte de un estudio más amplio sobre el papel de la feomelanina, el pigmento que da su color característico de pelo a los pelirrojos y cuya producción podría hacerles más vulnerables a la radiación en general.

Investigadores de la Universidad de Kyoto han medido las dosis de radiación que reciben los habitantes de tres áreas situadas en la zona entre 20 y 50 km alrededor de la central nuclear de Fukushima. Tras analizar las lecturas de los dosímetros y la radiación recibida por otras vías, los autores concluyen que estas personas están expuestas a una radiación extra similar a la que se recibe cada año de fuentes naturales. También estiman que, si se toman las medidas oportunas, el riesgo de aumento de cáncer tras el accidente nuclear de 2011 no será relevante epidemiológicamente en los próximos años.  

TEPCO, operadora de la central de Fukushima, solicitó hoy 689.000 millones de yenes (más de 6.760 millones de euros) adicionales al Estado nipón para poder afrontar el pago de compensaciones a las víctimas de la catástrofe nuclear. La petición de Tokyo Electric Power (TEPCO) es la segunda de este tipo desde el inicio de la tragedia nuclear al Gobierno japonés, que aprobó el mes pasado un fondo por valor de 891.000 millones de yenes (8.740 millones de euros) para mantener a flote a la eléctrica.