El informe remarca que los países de la OCDE saben que los impuestos deben estar presentes en el proceso de consolidación fiscal al que se enfrentan debido a unos déficits presupuestarios sin precedentes, y apunta que la mayoría de los gobiernos han estabilizado sus ingresos fiscales respecto al PIB en 2010.Así, la presión fiscal respecto al PIB ha aumentado ligeramente desde el 33,8% de 2009 al 33,9% de 2010. De esta manera, aún sigue por debajo del 34,6% registrado en 2008 y lejos del más reciente máximo del 35,2% alcanzado de media en la OCDE en 2007.