Acuciado por la presión de Bruselas ante el incumplimiento constante de los objetivos europeos para 2020, el Gobierno ha presentado en su Plan Nacional de Reformas la primera reducción de la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social durante la crisis, desde el 28,2 al 28% de la población. Una exigua rebaja que pone fin al alza de más de cinco de puntos sufrida desde 2007 pero que no aleja a España de la cola de Europa en estos tristes parámetros. Incluso con uno de cada cuatro españoles en riesgo de pobreza o exclusión social, la mejora de 2013 causa cierta perplejidad al observar la destrucción de empleo padecida en ese ejercicio.