La censura en la Red tiene en China a uno de sus grandes defensores. Desde hace más de diez años, el gobierno comunista del país asiático cuenta con un doble sistema para restringir el acceso libre a la red. Esto ocurre a través de un sistema de bloqueo directo de sitios web y de filtrado de resultados de búsqueda conocido como el gran cortafuegos (‘Great Firewall’, en un juego de palabras con la famosa Gran Muralla, ‘Great Wall’).
Desde entonces han continuado en su afán lo inicialmente impensable, poner diques al mar digital en el país con más internautas del planeta. Sin embargo, la sofisticación de la tecnología y ciertos eventos que desataron el temor de las autoridades comunistas, como el rol determinante de las redes sociales en las revueltas de la Primavera Árabe en 2010, despertaron las capacidades y la astucia de los censores, explica la periodista Paloma Almoguera en un reportaje para la agencia Efe.
Redes para eludir la censura
El último objetivo han sido las famosas redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés), servicios de pago para conectarse a servidores de otros países y así poder acceder a páginas no permitidas en China como Twitter, Facebook o Gmail, ésta última inaccesible desde finales de diciembre a través de conexiones internas sin que haya habido ninguna información oficial. Las compañías del sector, como Astrill, informan desde hace una semana a sus usuarios en China de que algunos de sus servicios están siendo bloqueados en los dispositivos que emplean el sistema operativo iOS de Apple.
Series como ‘Shameless’ o ‘Empire’ han sido retiradas de las principales páginas de reproducción de vídeos chinas.
“Interceptar e interferir en servicios de correo electrónico extranjero como Gmail y poniendo el objetivo en IPSec, que es utilizado principalmente por empresas, es sólo una forma con que China nos dice: ‘No os queremos aquí’”, reza el mensaje. Ni a ellos ni a series televisivas estadounidenses como Shameless, Empire y Agent Carter, retiradas recientemente de las principales páginas de reproducción de vídeos chinas, entre ellas Sohu o Youku, tras una orden del Gobierno.
‘Tweets’ con responsabilidad legal
Antes de que esto ocurriera, series como The Big Bang Theory o The Good Wife también habían sido censurados, lo que provocó en su momento el descontento de sus seguidores en China, pero lo que más preocupa a organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch es la detención de centenares de blogueros y usuarios de redes sociales. Estos arrestos han tenido lugar en virtud de la normativa impuesta en 2013 de limitar a 500 el número de veces que un mensaje puede ser "reenviado" sin que el autor asuma responsabilidad legal.
En caso de que las autoridades consideren que el texto original es de contenido “subversivo”, su creador se puede enfrentar a una pena de prisión, como es el caso de Qin Zhihui, condenado a dos años de cárcel en 2014 después de que un mensaje suyo en Weibo, el Twitter chino, fuese reenviado 11.000 veces y comentado 3.300. El artífice de las medidas es el nuevo zar de internet en China, Lu Wei, quien desde que tomó el control de la Oficina de Información e Internet hace dos años se ha convertido en el ojito derecho del presidente, Xi Jinping, por su mano de hierro en la gestión de la red.
“Que vengan si obedecen la ley”
Carismático según quienes le conocen, a Li no le ha temblado el pulso a la hora de reunirse con gerifaltes del sector para advertirles de las nuevas restricciones o defender sin ambages la necesidad de aumentar el control en conferencias internacionales. “Las compañías de internet extranjeras pueden venir a China si obedecen la ley”, dijo el pasado octubre en la Conferencia Mundial de Internet en Pekín, según medios oficiales chinos.
El ‘zar’ chino de Internet no cede a los encantos del fundador de Facebook, ni a los de nadie.
Parece que el propio Mark Zuckerberg recogió el guante cuando, el pasado diciembre, le recibió en la sede californiana de Facebook con un libro de discursos de Xi Jinping sobre la mesa de su despacho, lo que para muchos fue una postración inaceptable. No obstante, Lu no cedió a los encantos de Zuckerberg. Ni a los de nadie.
Confirmación oficial
Mientras empresas como LinkedIn han optado por plegarse a la voluntad de Pekín y censurar parte de su contenido de su versión para China, el Gobierno está a punto de aplicar un controvertido sistema de registro con nombre real a usuarios que lleva años fraguándose y no es del agrado de los internautas. Pese a que los más de 650 millones de usuarios cada vez son también más hábiles en el arte de sortear la censura para hablar de temas delicados, el Gobierno no parece cejar en su empeño de querer “garantizar un desarrollo saludable de internet”.
Así lo aseguró Wen Ku, del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, en una rueda de prensa en Pekín esta semana, días después de que el diario oficial Global Times confirmara inusualmente la actualización del gran cortafuegos chino. Al estilo del zar Lu, Wen subrayó que “las páginas extranjeras deben obedecer las leyes chinas y las políticas de gestión de internet”, que incluyen que las compañías de VPN se registren en China, algo que no han respetado, según dijo también el Global Times. Sin dar ejemplos, Wen adelantó que "se adoptarán nuevas medidas cuando emerja una nueva situación en internet". Cuando surja un nuevo fuego a extinguir, aunque siempre queden cenizas.