Que sepamos, el concepto “curva” no posee una patente o registro para cuyo uso sea necesario pasar por caja. En otro sentido, las tecnologías que utiliza el LG Flex para crear su curva no son un altísimo secreto custodiado por los caballeros templarios. Lo cierto es que este terminal es el único de su tipo, definición y categoría que se comercializa a gran escala; las Samsung, Sony o Huawei no quieren saber nada del tema, y eso que la primera presentó hace casi dos años un terminal curvado que no pasó de un prototipo. Por cierto, los rumores de que Apple tiene en mente las curvas siguen a la orden del día…
La segunda generación del LG Flex, apellidado 2, ya ha recibido su puesta de largo y en breve ocupará su merecido lugar en las tiendas físicas y online. Porque curioso, es muy curioso; al menos para llamar la atención del potencial cliente que seguramente acabe comprando un G3. El lanzamiento de su versión original fue todo un acontecimiento social, sobre todo por el apadrinamiento de las operadoras de telefonía móvil; porque si investigabas en su dotación técnica, no estaba en sintonía con la impactante fisonomía y la espectacular función auto-regeneradora de su carcasa. Mucho menos con su precio: 800 euros (lo puedes encontrar sOlo un año después de su salida por la mitad).
¿En que mejora el Flex 2?
La marca coreana ha tenido a bien encajar las críticas recibidas con el Flex 1 y el 2 lo mejora y mucho. Para empezar, mantiene el ángulo de curvatura, estudiado en detalle para adaptarse perfectamente a la curva imaginaria que se genera de la oreja a la boca. Pero, ojo, la pantalla pasa de las 6” del genuino a las 5,5” de la versión 2 (algunas críticas apuntaban que, sí, era demasiado grande, léase aparatoso) y su resolución pasa de un simple HD (¿800 euros por una pantalla HD?) a Full HD, que no es para tirar cohetes pero no deja de ser un paso adelante. LG asegura que la capa protectora de esta renovada pantalla es bastante más resistente. En cuanto a su parte trasera, sí, se sigue auto-regenerando cuando recibe un rasguño (busca en YouTube los vídeos que lo demuestran).
En lo que se refiere a su potencia, duplica los ‘cores’ del procesador del Flex 1 (de cuatro pasa a ocho) gracias a un chip de última generación, que se basa en estructura de 64 bit. Mantiene la RAM (2 Gb) aunque saldrá una versión con 3. La GPU (procesador gráfico) también evoluciona porque, recordemos, uno de los argumentos de venta del Flex (1 y 2) es que la curva ofrece una experiencia inmersiva en los apartados de multimedia y juegos.
La cámara selfie (la frontal) ofrece unos inexplicables 2,1 Mp (como el Flex 1), mientras que la trasera, aun manteniendo los 13 Mp, hereda de su primo el –excelente- G3 el flash dual y el sistema de autofocus mediante láser, lo que garantiza unas fotos y vídeos de gran calidad. Hablando de vídeos, es capaz de registrar en resolución 4K, apoyada en un eficaz estabilizador óptico.
Menos batería, más autonomía
Otros detalles técnicos de interés son su conectividad WiFi de tipo ac (la más avanzada del momento), que acepta tarjetas MicroSD de hasta 2 Tb de capacidad y que su batería, aun pasando de 3.500 del Flex 1 a 3.000 mAh del 2, proporciona una mayor autonomía (LG dixit). Por descontado, este terminal es un Android y saldrá de fábrica con la última versión de este sistema operativo que Google se haya dignado a liberar.
Del lúgubre negro de la primera versión, el Flex 2 está disponible en unos atractivos gris platino y rojo flamenco. Es una insignificante pizca más grueso y reduce su peso en 25 gramos. Para ti queda la decisión de si te complace este móvil, cuya forma es tan estupenda para hablar, navegar, gestionar las redes sociales y ver multimedia, como tan molesta en el bolsillo del vaquero.