Diseño y precio. Eso es lo que se van a encontrar quienes apuesten por el Reno 8 Pro. Un equipo estéticamente muy cuidado, con aspectos que recuerdan a los iPhone, y un nivel de hardware aceptable. Lo bueno, el rendimiento en casi todos los apartados. Lo malo, la duración de la batería.
Vaya por delante que Oppo se centra, como otras marcas, casi todas asiáticas, en el usuario que, más allá del marketing de firmas como Apple o Samsung, busca un equipo razonable en precio pero potente en prestaciones. Esos son los principios de Oppo, que suma a esa receta el diseño. El del equipo que nos ocupa es muy interesante, con una pequeña joroba que aloja el sistema de cámaras y la sensación en mano de que se está ante un equipo de calidad.
La firma se mueve en este caso en un segmento de precio que está entre la gama media más tirando a alta (799 euros). El Reno 8 Pro dispone de una pantalla de 6,7 pulgadas de tipo Amoled, FullHD+ con un refresco de 120 Hz, tasa de muestreo táctil de 360 Hz y un brillo de hasta 950 nits. El cristal es Gorilla Glass 5 para aumentar su resistencia a golpes y arañazos.
Su sistema de cámaras está compuesto por una lente principal de 50 megapíxeles con apertura f/1.8, un gran angular de 8 megapíxeles f/1.8 y un macro f/2.4. La cámara de selfies tiene 32 megapíxeles de calidad y f/2.4. Un sistema de cristales que, en combinación con el software de procesamiento de imágenes, aporta una buena experiencia en el apartado fotográifico, que decae en espacios con poca luz -como es habitual-. Los sensores en este sentido son todos de Sony (tanto en las cámaras traseras como en la frontal). No se puede pasar por alto que se echa en falta estabilización óptica (OIS), sobre todo al tirar de zoom. Otra petición: en lugar de un macro, hubiera sido preferible la opción de tener un teleobjetivo.
La firma ofrece una variante más económica, el Reno 8, una opción interesante porque baja hasta los 549 euros. En este caso, la dimensión de su pantalla se reduce hasta las 6,43 pulgadas, el procesador es también un Dimensity pero menos potente y el refresco de pantalla baja hasta los 90 Hz
El procesador, clave en el precio
El dispositivo carga un chip de Mediatek. En concreto, trabaja con el procesador Dimensity 8100-MAX a 2,85 GHz. Un procesador que nos ha parecido un acierto -no es la primera vez que lo probamos-. Si se utiliza un teléfono con este chip sin saber que lo lleva, no es descabellado que se piense que porta cualquiera de gama alta de la citada Qualcomm. En cuanto a la RAM y ROM, su configuración es de 8 GB y 256 GB respectivamente.
Si a este buen rendimiento se añade que es muy contenido en precio -nos referimos al chip- respecto a los que se puede comparar en el caso de sus competidores de Qualcomm, no es de extrañar pensar que va a estar presente en muchos de los próximos lanzamientos de aquellas marcas que se basan en el precio para captar clientes.
Por otra parte, lleva lector de huellas, reconocimiento facial, WiFi 6, Bluetooth 5.3, GPS Dual, NFC para realizar pagos con el móvil y entrada USB tipo C.
La batería, mejorable pero con carga rápida
El punto en el que más flojea el equipo es en el de la batería. Con una capacidad de 4.500 mAh, está lejos de los números en los que se mueven teléfonos no solo de la gama media-alta a la que se dirige, sino de la de muchos equipos que se ubican varios escalones por debajo. El tiempo de pantalla está en el entorno de las cuatro horas y media de uso, cuando por ese precio debería estar por encima de las cinco.
Es un error que se ha corregido en parte con una carga rápida de 80W. Para entendernos, alimentar el terminar supondrá aproximadamente unos 25 ó 30 minutos si se arranca con entre un 25 ó un 30% de batería. Un tiempo más que razonable.
La firma ofrece una variante más económica, el Reno 8 (sin el apellido 'Pro') que baja hasta los 549 euros. En este caso la dimensión de su pantalla se reduce hasta las 6,43 pulgadas, el procesador es también un Dimensity pero menos potente (modelo 1300) y el refresco de pantalla baja hasta los 90 Hz respecto al Oppo Reno 8 Pro.