Los primeros pico-proyectores (hablamos de algo más de un año) ocupaban un poco más que la palma de una mano y producían unas proyecciones de unas 40 pulgadas como máximo si es que se quería vislumbrar algo. Además, necesitaban que el ambiente estuviera más bien muy –muy- poco iluminado. Aun y todo, como decimos, eran perfectos para acompañar al portátil en la cartera y proyectar el PowerPoint en las reuniones profesionales, o llevarlo en la mochila a casa del cuñado para rebozarle las fotos de las vacaciones en todo su esplendor.
Pero este tipo de gadget ha experimentado una evolución exponencial; uno de los mejores exponentes de ello es el Philips PicoPix PPX 4350 Wireless. Se trata del pico-proyector más pequeño que ha pasado por nuestras manos (y han sido muchos): tiene unas dimensiones similares a las de una cajetilla de tabaco.
En su parte superior encontramos un cursor circular que sirve para navegar por las opciones y gestionar las distintas funciones; a su lado, un botón de retorno al menú principal y una rueda para ajustar manualmente el enfoque. En el lado contrario, sólo está la rosca hembra para el trípode (o palo, por qué no).
Incluye un puerto USB
En su perfil, repleto de orificios para la ventilación interna, está la bombilla-emisora y una salida HDMI, una ranura para tarjetas MicroSD, el conector para auriculares y el selector on/off.
De una esquina sale una correa para la muñeca con dotes multifuncionales: sí, sirve para que no se te precipite al suelo el pico-proyector si se desprende de la mano; pero, además, dicha correa incluye un puerto USB hembra para conectar un pendrive o disco duro, a partir de los cuales proyectar su contenido; mientras que el oportuno USB macho al que se acopla es el medio bien para recargar la batería interna de este Philips una vez lo insertas en un alimentar de tipo USB estándar, o para conectarlo a un ordenador, por ejemplo, y exhibir el dichoso PowerPoint.
Como ves, la conectividad física de este gadget es completa, pero no se queda ahí, ya que también puede recibir contenidos para proyectar de forma inalámbrica (de ahí su apellido comercial “Wireless”). Para ello, basta con instalarle un dongle (receptor) WiFi en el USB hembra de la citada pulsera y asociarlo a la fuente de fotos, vídeos o música. También lo puedes aliar con otros gadgets mediante el protocolo Bluetooth.
Memoria interna de 4 GB
Plantéate entonces esta situación: tienes una película en un pendrive, disco duro, tarjeta MicroSD o en el PC y la proyectas mediante este PicoPix, el cual emparejas vía Bluetooth con un potente altavoz para escucharlo todo en condiciones (porque su altavoz interno es… Lo que es).
Y si te parece poco, dispone de una memoria interna de 4 GB en la que almacenar los contenidos que creas oportuno. Otro aspecto inalámbrico es que este pico-proyector cuenta con una batería interna recargable, por lo que puede funcionar sin estar enchufado a la red eléctrica. Su autonomía estimada es de 1 hora; sí, un detalle en el que éste y todos los pico-proyectores necesitan progresar.
El Philips PicoPix PPX 4350 Wireless equipa la tecnología llamada WavEngine, que es capaz de generar 50 Lumens mediante dinámica de iluminación LED. Esto quiere decir que ya no hace falta que la habitación esté en casi penumbra para que se pueda distinguir sin problemas si el que ves es Brad Pitt o Angelina Jolie. De hecho, con una luminosidad normal funciona bastante bien. Asegura la marca que es capaz de generar una superficie de proyección de hasta 60” (152 cm) en diagonal; sí, lo consigue, pero creemos que el equilibrio idóneo de visualización óptima está en unas 52-55” (que está muy bien, por otra parte).
Dos últimos detalles llaman también la atención de este pico-proyector. Primero, que puedes configurar muchas variables de proyección y sonido (brillo, contraste, saturación, modo de proyección, graves, agudos, etc.); y segundo, que incluye una curiosa función de linterna, con iluminación fija, luz SOS y luz de alarma. No está de más; nunca se sabe para qué se va a necesitar.