Tecnología

Este es el cargador único que ha aprobado la UE: ventajas y desventajas

Los expertos apuntan que la medida busca evitar acumular 11.000 toneladas al año de residuos electrónicos

  • Una persona con un teléfono móvil. EKA/OCUV

Las instituciones de la Unión Europea llegaron este martes a un acuerdo para establecer un único cargador universal de tipo USB-C para que se armonice su uso en teléfonos móviles, tabletas, libros electrónicos, cámaras digitales, videoconsolas y auriculares, a partir de otoño de 2024.

La propuesta permitirá a los consumidores comprar nuevos dispositivos electrónicos sin tener que adquirir un cargador adicional y evitar así acumular 11.000 toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea.

La Comisión Europea lleva impulsando este acuerdo desde hace trece años, cuando en 2009, alcanzó un acuerdo voluntario con los principales fabricantes de dispositivos móviles, que permitió reducir de 30 a tres los cargadores existentes: el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning, exclusivo de Apple.

Ahorro para los consumidores

La propuesta de la Unión Europea cuenta con dos puntos clave, por un lado se busca la armonización de los cables y dispositivos que permitirá usar un único tipo de cargador para varios dispositivos. Por otro, se armoniza también la velocidad de carga rápida, independientemente del dispositivo de que se trate.

Los expertos apuntan a que la medida tendrá numerosas ventajas para los consumidores. El uso de un único cable para distintos dispositivos -aunque sean de diferentes marcas- permitirá que la velocidad de carga sea la misma y ayudará al ahorro de 250 millones anuales en compras innecesarias de cargadores, al propiciar la reutilización de cargadores antiguos. El gasto en cargadores aumenta, en algunos casos, a unos 2.400 millones de euros al año.

Ventajas para el medioambiente

Los consumidores podrán comprar un nuevo dispositivo sin un nuevo cargador. Según las estimaciones de la Comisión Europea, la nueva medida permitirá evitar 11.000 toneladas al año de basura electrónica, además de reducir en unos 180ktCO2 las emisiones de gases con efecto invernadero.

Menos innovación

La industria argumenta que la medida de la Unión supondría un retroceso en innovación tecnológica, algo con lo que Bruselas no parece estar de acuerdo. Los empresarios insisten en la necesidad de regalar el cable de recarga con cada nuevo dispositivo ya que se trata de uno de los artilugios electrónicos que se rompen con mayor facilidad.

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