Cuando empezaron a oírse noticias sobre un nuevo juego de Batman, a muchos les surgió el escepticismo. Era lógico: durante años los fans de los cómics no han hecho más que decepcionarse con las traslaciones de sus héroes favoritos a los videojuegos. Las excepciones más notables fueron las dos entregas de Spiderman en PlayStation y PC y el Spawn: In the demon’s hand de Dreamcast, pero de eso hacía muchos años. ¿Sería diferente en este caso? Veámoslo.
Bienvenido al manicomio
La historia de Arkham Asylum arranca con Batman encerrando una vez más al Joker en el edificio que da nombre al juego. Lo que ni él ni Gordon esperaban es que fuera todo parte de un plan del payaso que tendremos que descubrir a lo largo del juego. Batman entonces decidirá quedarse encerrado en el asilo para detenerle, pero los presos a las órdenes del Joker no se lo pondrán nada fácil. Para hacerles frente contamos con ataques físicos basados en la combinación de puñetazos, patadas, golpes de capa y esquivas. Conforme vayamos derrotándolos y encontrando los trofeos de Enigma y rompamos las dentaduras de El Joker obtendremos puntos que canjearemos por nuevas acciones para el combate y mejoras en el traje y en los artilugios que utilizamos.
Como el plan del Joker coge por sorpresa a Batman dichos artilugios serán limitados al principio, pero poco a poco los ampliaremos. Entre ellos contamos con las bombas de humo, los batarangs o la batgarra, entre otros. La novedad radica en el “modo detective”, que es un visor que detecta cosas con las que podremos interactuar de una u otra forma ya sea para avanzar por el mapeado y continuar la historia, como para resolver los acertijos que nos ha dejado Enigma.
Gracias a una historia cuidada y bien escrita por Paul Dini, guionista habitual de las películas de animación de Batman, y a unos personajes que respetan la personalidad de sus homónimos en los cómics, como las habilidades detectivescas de Batman, Rocksteady consigue que nos sintamos de verdad en la piel de Batman y en el universo creado por Bob Kane. Destacan sobre todo los momentos en los que hace acto de presencia el Espantapájaros: una delicia a nivel jugable y estético, y con una potente carga emocional.
El diseño de Arkham, por su parte, es variado y opresivo, como debe ser un manicomio. Los gráficos para recrearlo están a la altura y aún hoy conserva el tipo. Las peleas son muy divertidas gracias a la variedad de los combos y a la facilidad de ejecutarlos, pero requeriremos de grandes reflejos para ser más rápidos que nuestros oponentes, sobre todo en el Modo Desafío.
La música y el sonido, compuestos por Nick Arundel y Ron Fish, son tan buenos como el resto de los apartados, con una banda sonora que capta muy bien el espíritu oscuro del personaje y de la historia del juego. Además cuenta con dobladores en español de calidad, siendo el más destacado Claudio Serrano, por ser quien ha doblado también a Christian Bale en la saga cinematográfica de Christopher Nolan.
Aunque se trata de un juego excelente por el mimo con el que se nota que ha sido desarrollado y por el respeto al universo al que recrea, la limitada libertad de acción por parte del jugador puede que no guste a quienes disfrutan del estilo de juegos como GTA, o Fallout 3. A ellos sólo puedo decirles que aun así lo prueben y lo terminen, porque sus demandas se verán satisfechas en Arkham City. De todos modos, necesitarán conocer esta historia para comprender totalmente la siguiente.
Ciudad de psicópatas
El asilo de Arkham se ha convertido en una mini-ciudad (de ahí el título de esta secuela) bajo el mando del doctor Hugo Strange, quien está detrás de algo llamado ‘Protocolo 10’. Bruce Wayne, sabiendo esto, se deja apresar por los hombres de Strange para descubrir de qué se trata.
En esta ocasión Batman contará con la ayuda de Catwoman, a quien también podremos controlar durante un 10% del juego. Con ello cambiaremos un poco de aires y conoceremos a un personaje de lo más carismático y con un estilo de combate distinto al de Batman, pero que también mejorará canjeando puntos.
Esta secuela nos otorga mucha más libertad de acción y nos hace sentir aún más como Batman: subidos en lo alto en los edificios observando lo que pasa en las calles de Arkham City, planeando y colgándonos con el bat-gancho de azotea en azotea para llegar a las diferentes zonas del mapa, que es cinco veces más grande que el de Asylum. Gracias a esta mayor libertad contamos con muchas más misiones secundarias, como salvar a los rehenes de Victos Zsasz o detener los asesinatos de Deadshot, por lo que las horas de juego están garantizadas.
Los gráficos mejoran un poco con respecto a Arkham Asylum aunque el motor gráfico se nota que no da para mucho más, siendo la versión de Wii U la que peor parada sale y la de PC, la que mejor. La música es mucho más épica que oscura, acorde al juego, el cual contiene mucha más acción y escenas espectaculares pero siempre respetando al cómic y manteniendo la esencia de lo que hizo grande al anterior entrega.
El guión de Dini cierra la historia magistralmente con giros inesperados, villanos muy bien diseñados y batallas con jefes finales geniales, además de con un final grandioso que le dará un vuelco al corazón del jugador y hará que le den ganas de aplaudir durante los créditos finales. Un broche final impagable.
Queda una duda por resolver. Ahora sólo nos saber si la precuela desarrollada por otro estudio, WB Montreal, y sin Paul Dini como guionista, redondeará aún más la saga o será otra de esas fallidas adaptaciones, en esta ocasión por culpa de la ambición de Warner Bros. tras el éxito de ventas cosechado y las buenas críticas recibidas.