El exconsejero de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, continuará una temporada más preso en la cárcel de Estremera (Madrid). Las explicaciones dadas por el que fuera mano derecha de Esperanza Aguirre este miércoles ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional, el juez Eloy Velasco, y las fiscales Anticorrupción Carmen García y María Teresa Gálvez no han convencido ni a unos ni a otros.
Según consideran fuentes de la investigación consultadas por Vozpópuli, en su primera declaración voluntaria ante el juez, el político madrileño se ha limitado a "mentir" en cuestiones claves como el paradero de los fondos que presuntamente mantiene ocultos en el extranjero o los datos que fueron hallados en la agenda que le fue incautada y que sirvió a los investigadores para abrir la pieza secreta donde se investiga actualmente la presunta financiación irregular del Partido Popular de Madrid en el marco de la trama Púnica.
De hecho, las dos únicas preguntas que formuló este miércoles Velasco al inicio del interrogatorio -dónde tiene los fondos ocultos y a quiénes corresponden las iniciales que aparecen en la citada agenda manuscrita- fueron contestadas con respuestas "inverosímiles" que distan mucho de lo que se entiende como "colaboración judicial".
Enfada al juez
Por ejemplo, cuando el instructor le preguntó por las iniciales J.L.M que aparecen en su agenda y que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil identifica con el empresario Javier López Madrid, Francisco Granados explicó que se podía corresponder con el productor José Luis Moreno, asistente a algunos de los actos que organizaba el PP de Madrid. En dichos apuntes contables -donde había unas cifras señaladas bajo el epígrafe 'In y otras en 'Out'- aparecían también las iniciales "Me" que la UCO entiende que son en inglés las del propio Granados, es decir, "yo".
Sin embargo, el imputado dijo que podrían ser iniciales del Ministerio de Educación y de unos cursos que se organizaban conjuntamente. De flujos de dinero en B, nada de nada. Eran cifras de los asistentes a actos del partido. Granados negaba de esta forma la presunta financiación irregular del PP de Aguirre, a la que por cierto ha definido como una buena gestora y honorable expresidenta de la Comunidad de Madrid.
El momento de mayor tensión entre el juez Velasco y el acusado se vivió cuando el primero preguntó a Granados por el millón de euros hallado en casa de sus suegros
Asimismo, uno de los momentos más tensos del interrogatorio ha sido, precisamente, al preguntarle el magistrado por el verdadero origen de los 922.000 euros que la Guardia Civil localizó en noviembre de 2015 dentro de un maletín oculto en un altillo de casa de los suegros. En este punto, Granados ha insistido en la versión que ya dio en un escrito remitido el pasado mes de octubre y en la que aseguró que dichos fondos eran parte del dinero que atesoraba en una cuenta en Suiza y que repatrió en agosto de 2007 mediante una operación urbanística 'pantalla' en la que participó el que fuera su socio y amigo David Marjaliza.
El magistrado le ha replicado entonces cómo explicaba que casi nueve años después el dinero siguiera oculto. El político lo ha intentado explicar con un cambio de domicilio y ha intentado exonerar a sus suegros al asegurar que estos no sabían que él había escondido el dinero allí.
También fue preguntado por su gestor de fondos en Suiza, Michael Trevor Langdon, quien aseguró -cuando declaró ante el juez Velasco- que recibía en metálico dinero del exconsejero en su despacho oficial procedente de la corrupción política. El que fuera mano derecha de Esperanza Aguirre explicó que sólo le dio dinero en mano una vez y fue porque se trataba de un préstamo que Langdon le había hecho.
Carga contra Marjaliza
Peor parado ha salido en esta historia su exsocio Marjaliza. Si contra alguien ha arremetido este miércoles Granados fue contra su examigo y exsocio, al que ha acusado de tener "negocios sucios y oscuros" en el municipio madrileño de Valdemoro. De David Marjaliza, confesor de la trama, ha dicho que es un "mentiroso" que decidió acudir a la Audiencia Nacional porque no soportó su pasó por prisión.
Fuentes de la Audiencia explican que con su declaración Granados ha tratado de salvar a algunos imputados a los que ha dedicado solo buenas palabras -como, por ejemplo, al presunto conseguidor, el empresario Alejandro de Pedro- y perjudicar a otros como es el caso de Marjaliza y dos ex altos cargos del Ayuntamiento de Valdemoro.
De momento, la situación procesal del ex dirigente del PP está igual que antes de ir a declarar. Su horizonte penal es sombrío y su permanencia en prisión se da por descontada. Hasta su propio letrado, el penalista Carlos García de Ceca, manifestó a su salida de la Audiencia Nacional que a partir de ahora habría que "continuar trabajando para conseguir su libertad".