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¿Sufres un trastorno de personalidad? Estos son los más comunes y sus síntomas

Seguro que en más de una ocasión has escuchado a alguien que sufre un trastorno de personalidad. En España las personas que padecen este tipo de condición va en aumento

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Seguro que en más de una ocasión has escuchado a alguien que sufre un trastorno de personalidad. En España las personas que padecen este tipo de condición va en aumento y solo en 2017, según Statista, se registraron aproximadamente 322.000 casos. Y aunque parezca que es un tema aceptado por la sociedad, las personas que lo padecen suelen sufrir en silencio este problema por miedo al qué dirán.

Aunque muchos tendrán claro qué es la personalidad, algunos seguramente no sabrían definirla muy bien. ¿Qué es entonces? Es la forma de pensar, sentir y comportarse que diferencia a una persona de otras y suele estar influenciada por las experiencias, el entorno (situaciones de la vida) y las características heredadas. 

De hecho, generalmente permanece igual con el tiempo, por lo que alguien que tiene un trastorno asociado a la personalidad es una forma de pensar, sentir y comportarse que se desvía de las expectativas de la cultura, causa angustia o problemas de funcionamiento, perdura en el tiempo y afectan a algunas zonas del funcionamiento habitual de ese individuo como los pensamientos, las emociones o el control de los impulsos.

Estos patrones suelen aparecer en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta son inflexibles y aparecen en multitud de situaciones que conducen a un malestar significativo en el entorno social y laboral. Hay 10 tipos específicos de trastornos de personalidad, sin tratamiento pueden ser muy duraderos y generalmente afectan a dos de estas áreas: forma de pensar sobre uno mismo y los demás, manera de responder emocionalmente, formas de relacionarse con otros y control del propio comportamiento.

Por lo general, a los menores de 18 años no se les diagnostica trastornos de la personalidad porque aún están en pleno proceso de desarrollo y este tipo de condiciones requieren que un profesional de la salud mental observe los patrones de funcionamiento y los síntomas a largo plazo. Además, ten en cuenta también que es posible sufrir varios al mismo tiempo.

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Trastorno de personalidad antisocial

También llamado sociopatía, la persona que sufre un trastorno de personalidad antisocial no sabe discernir entre el bien y el mal y manipula y viola los derechos de quienes le rodean. Generalmente esta condición suele aparecer en la niñez o durante la adolescencia hasta la edad adulta, donde han desarrollado un patrón en el que hacen caso omiso de la ley, se aprovechan de los demás y los intentan destruir.

Pueden mentir y poner a otros en riesgo sin sentir ningún remordimiento, pero además les da absolutamente igual si están infringiendo algún tipo de norma. También suelen ser personas muy ingeniosas que utilizan su saber estar y diferentes estrategias para conseguir lo que quieren, mienten, son arrogantes y se enfadan fácilmente. Además, las personas con este problema suelen ser crueles con los animales y provocar incendios.

Según un estudio, este tipo de condición lo sufren más o menos el 3% de los hombres frente al 1% de las mujeres y aunque se desconocen las causas de su aparición la genética y los factores ambientales pueden influir. En en caso de los varones, además existe un mayor riesgo de padecer este trastorno si durante la niñez se sufrió algún tipo de abuso, si sus progenitores ya padecían la misma condición o alguno de ellos era alcohólico.

Y no solo eso, otra investigación asegura que quienes tienen un trastorno de personalidad antisocial pueden tener mayores riesgos de abusar de sustancias ilegales, consumir más bebidas alcohólicas y provocar mayores enfrentamientos físicos.

Trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad se desarrolla durante la adolescencia o la edad adulta temprana y está marcado por un patrón de inestabilidad emocional, comportamiento impulsivo, autoimagen distorsionada y relaciones bastante inestables. De hecho, alguien que la sufre puede hacer todo lo posible para evitar ser abandonada, tener repetidos intentos de suicidio, mostrar una ira intensa inapropiada o tener sentimientos continuos de vacío.

Aunque tampoco se sabe muy bien qué lo causa, numerosos estudios lo relacionan con factores ambientales (entorno inestable, abusivo o negligente), la genética y algunos desórdenes relacionados con los niveles de serotonina, la hormona que ayuda a regular el estado de ánimo.

Según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (la que utilizan en España para encontrar un diagnóstico adecuado), alguien con trastorno límite de la personalidad podría tener períodos de paranoia relacionada con el estrés o experimentar una disociación severa, mucha dificultad para controlar sus enfados (y estarlo sin motivo) y también frecuentes cambios de humor que lo lleven a estados de ánimo depresivos.

Además, esta condición podría provocar que la persona tuviera más riesgo de padecer trastornos de alimentación, ansiedad, trastorno bipolar o abuso de drogas y con ello tener muchos problemas laborales, familiares y de pareja.

Trastorno obsesivo-compulsivo de personalidad

¿Has escuchado en alguna ocasión decir a alguien que tiene TOC? Seguro que sí, pero lo cierto es que no es lo mismo que el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo. Este se caracteriza por un perfeccionismo, un orden y una pulcritud extremos. A menudo a estas personas les cuesta expresar sus sentimientos y tienen serios problemas en formar relaciones cercanas con los demás.

Si eres alguien muy trabajador pero por culpa de tu perfeccionismo eres ineficiente, es una de las características más importantes de esta condición. Pero no solo esa, estas personas también están continuamente enfadadas y su sentimiento de justicia e indignación es el único que vale.

Muy perfeccionistas.

Las personas con este trastorno no tienen idea de que hay algo malo en su forma de pensar o comportarse. Creen que su manera de hacer las cosas es la única que está bien y que todos los demás están equivocados. Aunque las causas tampoco se conocen, algunos estudios revelan que podría surgir cuando el niño sentía que debía ser muy obediente y perfecto y eso se trasladó a cuando era adulto.

La International OCD Foundation (OCDF) calcula que los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de ser diagnosticados con este trastorno y asegura que entre el 2 y el 7% de la población tiene esta condición, lo que la convierte en la más prevalente.

Trastorno narcisista de la personalidad

Las personas que sufren este trastorno de la personalidad tienen un patrón de necesidad de admiración y falta de empatía. Pueden tener un grandioso sentido de importancia personal, de derecho, y aprovecharse del resto siempre que quieren porque les dan igual.

Con muchos problemas en el trabajo, los estudios y las relaciones sociales en general, las personas con esta condición pueden sentirse generalmente infelices y decepcionadas cuando no reciben los elogios o los favores especiales que creen que merecen. Otros pueden verlos como alguien snob, suelen ser bastante vanidosos y es posible que no disfruten de estar cerca del resto de gente porque no son suficientes para ellos.

Suele aparecer a una edad adulta temprana y quienes lo sufren jamás reconocerán que tienen un problema porque eso va en contra de su propia imagen. Cuando las cosas no salen como ellos quieren se enfadan mucho y ninguna de sus relaciones llegan a ser completamente satisfactorias.

Acude a tu médico para que te derive a un especialista

Tratamientos

El tipo de tratamiento dependerá del trastorno de personalidad específico, su gravedad y las circunstancias de cada individuo. Si crees que podrías sufrir alguno de estos trastornos no dudes en acudir a tu médico de cabecera para que te derive a un especialista.

Ciertas clases de psicoterapia son eficaces para tratar los trastornos de la personalidad. Durante esta clase de tratamiento, las personas pueden obtener información y conocimientos sobre su condición y lo que contribuye a los síntomas, y pueden hablar sobre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Además, también les ayuda a conocer los efectos de su comportamiento en los demás y aprender a controlar o afrontar las señales y reducir los situaciones que causan problemas en las relaciones.

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