Más de 110 millones de euros. En concreto, 111.012.991 euros. Ese es el dinero que se ingresó durante el año 2015 en las denominadas "cuentas de peculio" de las que es titular Instituciones Penitenciarias y que sirven para que los algo más de 51.000 reclusos que permanecen actualmente en las cárceles españolas guarden los fondos con los que hacer frente a sus gastos tanto dentro como fuera de la prisión. Así aparece recogido en la documentación que el Ministerio del Interior ha incorporado al pliego de condiciones para adjudicar a una entidad financiera la gestión de dichos depósitos y a la que ha tenido acceso Vozpópuli. En la misma se detalla, centro por centro, cuánto dinero se transfirió a estas cuentas durante ese año, qué cantidad salió de las mismas para realizar pagos y el saldo medio de cada una de ellas. De las 84 prisiones y Centros de Inserción Social (CIS) que dependen de Interior, 28 reflejan ingresos por encima del millón de euros. De ellas, los depósitos de tres, la de Topas (Salamanca), Albocàsser (Castellón) y Cáceres, registraron movimientos superiores a los 6 millones de euros. La última alcanzó la cifra de 6.498.241 euros.
Las otras cárceles 'millonarias' son la pontevedresa de A Lama (1,9 millones de euros), Albolote, en Granada (1,8 millones), Algeciras (2,8 millones), el Psiquiátrico de Alicante (1,5 millones), Almería (1,3 millones), Arrecife de Lanzarote (1,3 millones), Castellón (3,9 millones), Córdoba (5,5 millones), Cuenca (2,4 millones), la zaragozana de Daroca (1,9 millones), la palentina de Dueñas (1,8 millones), Huelva (2,8 millones), Jaén (4,5 millones), León (1,1 millones), las madrileñas de Valdemoro (poco más de 1 millón de euros) y Estremera (5,5 millones), Málaga (3,1 millones), Mallorca (1,5 millones), las tres de Sevilla ( con 4 millones, 3,2 millones y 4,6 millones, respectivamente), Valencia (3,9 millones), Valladolid (1,9 millones) y Zaragoza (4,1 millones). En el lado opuesto se sitúan los Centros de Inserción Social (CIS), donde los internos disfrutan de régimen abierto y, por tanto, la mayoría sólo acude a pernoctar. El caso extremo es el CIS Torres Espioca, en Valencia, cuya cuenta de peculio sólo recibió 65,77 euros durante 2015. En la del CIS de Granada entraron 564 euros, y 1.998 euros en el de Tenerife.
La prisión cuya cuenta de peculio recibió más dinero fue la de Cáceres, con cerca de 6,5M. La que menos, el CIS de Valencia, con sólo 65,77 €
Las cuentas de peculio -una por cada centro penitenciario- son utilizadas para que familiares, amigos y abogados de los presos les ingresen dinero para que puedan gastarlo en la prisión. Para ello, los internos cuentan con una 'tarjeta monedero' (el dinero en efectivo no está permitido dentro de prisión) que tiene un límite semanal de 80 euros con el que pueden hacer compras en el economato de refrescos, café, latas de conserva o productos de aseo. En la cuenta también se carga la adquisición a través del 'demandadero' de productos no prohibidos pero que no están a la venta entre rejas, como televisores para las celdas o libros. Los ingresos deben ser realizados "por razones de seguridad y para una mejor gestión del peculio", con una serie de condiciones. Así, Instituciones Penitenciarias exige que quede "constancia de la identidad tanto de la persona que hace el ingreso como del interno receptor del mismo. Sin esta información será rechazado el ingreso", añade la documentación en manos de este diario.
Ventanilla y transferencias
Una información que "será exigible" tanto en los ingresos "por ventanilla" como en las transferencias. En ambos casos, "se deberá hacer constar el nombre, apellidos, DNI, NIE o pasaporte de la persona que realiza el ingreso, así como el nombre, apellidos y NIS [número de identificación del preso] del interno beneficiario". Datos que Interior puede consultar en cualquier momento a través del sistema de banca electrónica de la entidad financiera que presta el servicio y que en la actualidad es el Banco Santander. Un exhaustivo control que se ha extremado precisamente desde 2015, el año al que se refieren las cifras millonarias de ingresos, al haberse detectado supuestos casos de blanqueo e, incluso, pagos por transacciones de droga en los movimientos de los peculios, como adelantó Vozpópuli en noviembre del año pasado.
Interior exige a la entidad financiera que gestiona estos depósitos que identifique a las personas que hacen los ingresos con nombre, apellidos y número de documento de identidad
Por ello, Interior inició entonces la instalación de un nuevo sistema informático que obliga a los reclusos a facilitar a la dirección de la cárcel una relación de personas 'autorizadas' a realizar dichos ingresos de fondos en sus cuentas de peculio de un modo similar a como hasta ahora deben facilitar un listado de los números de teléfonos a los que pretenden hacer las llamadas a las que tienen derecho. Una vez con dicha información, Instituciones Penitenciarias 'revisa' las identidades para comprobar que estas personas tienen relación familiar o de amistad con el interno. De este modo, pretende detectar aquellos casos en los que una misma persona figure como autorizado para ingresar fondos en los peculios de diferentes reclusos sin aparente relación entre sí. Las fuentes penitenciarias consultadas destacan que con el anterior sistema esto no era posible si los internos que recibían las cantidades de un mismo sujeto estaban recluidos en cárceles diferentes.