El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha recurrido ante el Tribunal Supremo la condena a seis años de cárcel por el uso de tarjetas opacas de la entidad argumentando que se basó en pruebas obtenidas de forma ilícita con las que se vulneró su derecho a la intimidad económica.
Miguel Blesa fue condenado el pasado 23 de febrero a seis años de prisión por apropiación indebida del patrimonio de Caja Madrid por gastar 436.688 euros con tarjetas opacas de la entidad; junto a él fueron condenados los otros 64 usuarios de las visas, entre ellos su sucesor al frente de la entidad, Rodrigo Rato, que también ha recurrido el fallo.
En el documento presentado al Supremo, Blesa alega que la obtención de los datos no contó con la pertinente autorización judicial, ya que se accedió sin su consentimiento a una información de Caja Madrid que fue posteriormente manipulada por los servicios de Bankia.
Esta información, lo que se conoció durante el juicio como la hoja Excel, recoge "supuestas disposiciones" de Blesa, a las que Bankia accedió antes de comunicarlo al FROB o a la Fiscalía.
Estos gastos, sostiene Blesa, no eran sino un medio de disponer de una retribución, y ni siquiera eran propiedad de Bankia, sino de Caja Madrid y posteriormente de la Fundación Montemadrid; y ni consta que se autorizase legalmente a Bankia a obtener esta información sobre los titulares de las tarjetas o sobre los gastos efectuados con ellas.