El aceite de oliva, conocido como el "oro líquido", es uno de los pilares de la dieta mediterránea y un símbolo de la cultura gastronómica española. Este producto natural, obtenido de la extracción de las aceitunas, es reconocido a nivel mundial por su sabor inconfundible y sus múltiples beneficios para la salud. España lidera la producción y exportación de aceite de oliva, representando más del 40% de la producción global, con un consumo anual que supera los 500.000 toneladas, lo que lo convierte en un elemento indispensable en las cocinas de los hogares del país.
Considerado una fuente rica de antioxidantes y grasas saludables, el aceite de oliva virgen extra ha sido ampliamente estudiado por su capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar la salud cerebral y combatir el envejecimiento celular. En el contexto del Día Mundial del Olivo, repasamos cómo este ingrediente milenario contribuye al bienestar del corazón, avalado por investigaciones y recomendaciones de instituciones como la Fundación Española del Corazón.
Aceite de oliva: un gran aliado para nuestro corazón
Tal y como relata la Fundación Española del Corazón, el aceite de oliva virgen es un alimento con alto contenido en sustancias antioxidantes y vitaminas, que además también es rico en otros compuestos naturales como los carotenos y polifenoles, compuestos antioxidantes que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades crónicas como, por ejemplo, la enfermedad cardiovascular.
Estos compuestos antioxidantes (los polifenoles) son sustancias conocidas por su poder antiinfamatorio y antitrombótico que ejercen un efecto cardioprotector ante la arterioesclerosis, un proceso de estrechamiento y endurecimiento de las arterias debido a la perdida natural de elasticidad asociada al trascurso de la edad. Y es que la arterioesclerosis es responsable de un gran número de enfermedades cardiovasculares, tales como la angina de pecho, infarto de miocardio, hipertensión arterial y enfermedad vascular periférica.
Luego, el aceite de oliva es también rico en ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada que ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos, reduciendo los niveles de colesterol LDL (malo) en sangre, a la vez que hace aumentar el colesterol HDL (bueno), otro beneficio más que hace de este alimento, un jugo saludable.
Por todo ello, el aceite de oliva no solo es un aliado imprescindible para realzar el sabor de nuestros platos, sino también un ingrediente clave para cuidar de nuestra salud cardiovascular. Incorporarlo en aliños, ensaladas y recetas tradicionales no solo enriquece nuestra dieta, sino que también nos ayuda a aprovechar sus numerosos beneficios. En este Día Mundial del Olivo, celebremos este tesoro de la naturaleza y su papel fundamental en una alimentación equilibrada y saludable.