Malas noticias para el campo andaluz. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos hace perder las esperanzas de que los aranceles pudieran aliviarse. El aceite de oliva y, sobre todo, los productores de aceituna de mesa se muestran altamente preocupados por las consecuencias de la investidura republicana.
Desde Asemesa, el ente que aglutina a este sector agroindustrial, comparten con Voz Pópuli que no afrontan el “mejor escenario, pero no nos engañemos, el escenario con Biden tampoco había mejorado”, detallan. El sector olivarero ve peligrar su principal mercado y culpa a la debilidad del Gobierno y de la Unión Europea ante el pulso norteamericano.
“No es solo una amenaza para nosotros, sino una amenaza para toda la producción europea”, dice el secretario general de Asemesa, Antonio de Mora, quien aclara que “aunque los republicanos tienden a implementar políticas más proteccionistas a sus mercados, con Biden no cambió nada”.
El futuro arancelario depende más bien de la política interna, no tanto de una doctrina republicana vs demócrata. “El impulso de los aranceles está en los productores californianos, que nos acusan sin motivo de competencia desleal”, detalla Mora.
No es un cruce de acusaciones, la Organización Mundial del Comercio ya ha desmentido en dos paneles informativos las acusaciones de competencia desleal y califica de “injustos aranceles” a las imposiciones norteamericanas. Desde agosto de 2018, Estados Unidos ha aplicado medidas antidumping y antisubvención sobre las importaciones de aceitunas negras españolas.
El ente internacional las descalifica y da la razón a Bruselas. Las ayudas europeas no son a la agroindustria, sino para paliar los desajustes productivos de los agricultores y productores. “Nuestros precios son más baratos porque somos más competitivos”, detalla Mora.
Asemesa lamenta que Estados Unidos ha acatado los dictámenes de la OMC de manera insulsa, “son puro maquillaje”, lamenta Mora sobre las correcciones que ha hecho la Casa Blanca en la política arancelaria. Los aranceles que en 2018 significaron repentinamente el 31% han bajado al 25%, límites que imposibilitan igualmente la competitividad para los productores nacionales y sobre todo andaluces.
“Necesitamos alguien que nos represente con fuerza”
Asemesa denuncia la postura de debilidad del Gobierno –negocian a través de los ministerios de Luis Planas y Carlos Cuerpo- pero también de la Unión Europea, "es lamentable que no tengamos un Estado que haga fuerza y plante cara a Trump”, dice Mora. Denuncian que Bruselas lleva años perdidos por apostar por una política de entendimiento que resulta infructuosa.
“Si tuviéramos un gobierno con fuerza tanto aquí -en España- como en Bruselas, ya se habrían impuesto medidas de represalia contra producción importante de ellos, es el único lenguaje que entienden”, dice Mora. Las “medidas de represalia” no son mera revancha, sino un cauce legal previsto por la OMC para establecer reciprocidad en los mercados internacionales, son cauces legales que Bruselas no está aplicando, pero sí Estados Unidos, que sancionó 300 productos europeos, entre ellos el aceite de oliva o las aceitunas de mesa.
Un producto bandera que depende de la exportación
En Andalucía se produce el 80% de la aceituna de mesa de toda España, es por ello que el ente nacional Asemesa está basado en Sevilla. La aceituna de mesa es uno de los productos pioneros en España en la exportación. Ya antes de la entrada en la Unión Europea en los ochenta, las aceitunas andaluzas inundaban los mercados norteamericanos. Hoy, los estantes de supermercados norteamericanos reciben el 20% del total de la producción de aceitunas, lo que supone 900 de los 1.300 millones de euros que facturó en 2023 el sector. Pero el que tradicionalmente ha sido el primer mercado y cliente global, Estados Unidos, lleva un lustro cerrando sus fronteras.
Desde 2019, también el aceite de oliva español hizo frente al mayor golpe comercial vivido en EEUU por culpa de la política de aranceles de Donald Trump. Esta medida proteccionista fue parte de una respuesta estadounidense en la disputa con la empresa europea Airbus, un competidor de Boeing, con fuertes vínculos en países como Alemania, Francia y España.
Entre 2019 y 2020, las exportaciones españolas de aceite de oliva a EE. UU. disminuyeron un 87%, lo que benefició a países como Italia, Portugal, Grecia y Túnez, que ocuparon el vacío dejado por España.
En la anterior década, las exportaciones de aceite de oliva andaluz venían creciendo en más de 400% cuando Trump impuso el arancel en 2019. Provincias como Jaén, que produce alrededor del 25% del aceite mundial, resultaron particularmente afectadas.